El Gobierno someterá a referendo la aprobación de la Constitución europea
Zapatero defiende en el Congreso el acuerdo alcanzado la semana pasada en Bruselas
El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, ha defendido hoy en el Congreso el acuerdo sobre la Constitución europea aprobado por los 25 jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea el pasado 18 de junio en Bruselas. Zapatero ha anunciado además que convocará un referendo "para que sea el conjunto de los ciudadanos el que se exprese sobre el nuevo texto". Lo hará "en el plazo más breve posible", aunque el Gobierno quiere acordar la fecha exacta con el resto de fuerzas políticas.
"A España le conviene estar entre los primeros países que ratifiquen el tratado. Queremos combatir con nuestro ejemplo cualquier tentación de escepticismo", ha recalcado Zapatero. En cualquier caso, el Gobierno abrirá una ronda de consultas con el resto de fuerzas políticas para acordar la fecha de la consulta, y "como implicarnos todos para lograr la participación más numerosa".
"Sin líneas ni muros"
En un discurso en el que ha querido resaltar más los ideales políticos que los cálculos de poder que han protagonizado el debate en el seno de la Unión en los últimos meses, Zapatero ha señalado que "Europa es un espacio político unido" gracias a este tratado, "sin líneas ni muros". "Somos ya una Unión", y "esta Constitución es nuestra alma europea".
El presidente del Gobierno ha querido enfatizar la necesidad de transmitir la importancia de este hito a los ciudadanos. "Hemos de ser capaces de aplicarla y explicarla, porque deberíamos lograr que el debate de la Constitución interese a los ciudadanos, trate de sus intereses. La construcción europea no puede proseguir sin los ciudadanos", ha resaltado Zapatero. Para ello, el político socialista ha tenido la mano al resto de grupos parlamentarios, sobre todo claro al Partido Popular, el más crítico en éste y otros asuntos, para "recuperar el consenso, que nunca debió romperse, en el que debe quedar claro nuestro decidido compromiso europeísta".
"Negociación tensa, ardua, dura"
Zapatero ha dejado claro que la negociación en Bruselas, "tensa, ardua, dura", no ha impedido "lograr una gran Constitución para todos los europeos, un excelente tratado para Europa y para España", que "salvaguarda los intereses" españoles. El presidente del Gobierno ha defendido el acuerdo, "plenamente satisfactorio", con el que "España ve mejorada sustancialmente su posición respecto de la propuesta de la Convención [el órgano encargado de redactar la propuesta inicial].
En cualquier caso, Zapatero ha querido resaltar sobre todo el aspecto histórico del momento, y las consecuencias de altos vuelos que genera este acuerdo. "La historia de Europa en el último medio siglo es un brillante éxito político", que ha servido para que "sea un continente en paz", lo que sirve según el político socialista a la estabilidad global del mundo. "Para evitar las guerras hay que impulsar las políticas que hacen más unión", ha recalcado Zapatero, que ha querido ver la construcción de la Unión Europea como, entre otras cosas, un instrumento contra la guerra.
Una senda tortuosa
El pasado 18 de junio, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea brindaron con champán por un texto que tras meses de agrias discusiones había logrado concitar el respaldo unánime. Sin embargo, queda aún por andar el largo y tortuoso camino para ratificar la redacción final —que establece un reparto de poder complejo y farragoso, repleto de cláusulas y recovecos—. La Constitución sólo se considerará definitivamente aprobada cuando sea ratificada por los 25 países, Bulgaria y Rumanía (que deben adherirse a la Unión en 2007), un proceso que puede llevar al menos dos años.
¿Qué pasaría si un miembro la rechazara? Probablemente, si se trata de un país pequeño, tendrá una segunda oportunidad, como ocurrió cuando los irlandeses rechazaron el Tratado de Niza en 2002. Sin embargo, si fuera un Estado con mucho peso específico (en la mente de todos está el Reino Unido, sobre todo después de que su primer ministro, Tony Blair, avanzara que quiere someter el texto a referendo pese a los aires euroescépticos que barren el país) sólo cabrá aparcar la Constitución, modificarla o aplicarla allí donde hubiera sido aprobada.
Hasta el momento, además del Reino Unido y España, Bélgica, Dinamarca e Irlanda han anunciado que optarán por el referendo. También es probable que sea haga así en la República Checa, Luxemburgo y Holanda. Se muestran indecisos Francia, Portugal, Estonia, Polonia, Letonia, Lituania y Eslovenia.
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