Dos fuertes temblores sacuden de nuevo la provincia marroquí de Alhucemas

Dos temblores de gran fuerza han sacudido hoy la costa norte de Marruecos, en la zona donde en la madrugada de ayer un terremoto de magnitud 6,1 en la escala de Richter destruyó varias aldeas y causó la muerte de al menos 571 personas. Las réplicas han sembrado el pánico entre la población y han dificultado las tareas de desescombro. Los equipos de rescate apenas albergan esperanzas ya de hallar supervivientes entre las ruinas.

Desde el terremoto de la madrugada de ayer (2.27, una hora más en la España peninsular) se han producido más de 70 réplicas, de un magnitud entre 3 y 4. A las 5.21 (hora local), un temblor de magnitud 5,1 ha sacudido la costa norte del país africano; su epicentro se ha localizado en el punto de latitud 34,84 grados norte y longitud 4,04 grados oeste, a unos 45 kilómetros de Alhucemas, según ha informado el Instituto Geográfico Nacional. Apenas seis horas después, a las 12.44, se producía un nuevo seísmo, de magnitud 5,2, a 23 kilómetros al sureste de esta localidad, que se ha sentido también en Estepona y Melilla, aunque ningún vecino ha llamado a la policía o los bomberos.

Derrumbes y cascotes

Los nuevos temblores han provocado derrumbes en los edificios afectados por el primer seísmo, lo que ha provocado carreras entre los centenares de ciudadanos que permanecían frente a sus casas o ayudando a los equipos de rescate, ante la caída de cascotes a la calle. Los bomberos, llegados de todo el país, han tenido que abandonar las labores de desescombro y búsqueda de cadáveres al menos en dos ocasiones por culpa de estas réplicas.

Las autoridades marroquíes han dado por perdida en cualquier caso la posibilidad de hallar con vida a gente bajo los escombros en Imzuren, la localidad más afectada y en la que ayer murieron más de 200 personas. Los escombros están siendo retirados ya con escavadoras, según han declarado los bomberos.

Noche al raso

Precisamente por temor a las réplicas, muchas familias han pasado la noche a la intemperie en las aldeas cercanas a Alhucemas, que se han sumado a las que se quedaron sin casa y a las que temían que sus viviendas, seriamente dañadas, se vinieran finalmente abajo.

Anoche, en localidades como Imzuren y Ait Kamra y bajo una fina lluvia, los supervivientes del seísmo improvisaron campamentos con mantas que lograron recuperar de sus viviendas y las primeras ayudas que les había proporcionado la Media Luna marroquí y alguna ONG. "No tenemos agua, ni comida para los niños", se quejaba un hombre tras recordar que las tiendas de campaña, apoyadas a veces en sombrillas, las habían construido ellos "sin ninguna ayuda".