Una oleada de ataques de la resistencia iraquí en Bagdad causa 42 muertos y 216 heridos

Tal y como se temía, el comienzo del Ramadán en Irak, el mes santo musulmán de ayuno y oración, ha multiplicado la violencia. En un día de pesadilla, que se ha convertido en el más sangriento de la posguerra, la resistencia ha llevado a cabo una brutal oleada de cinco ataques suicidas y otras explosiones en cadena en Badgad, el más grave, un coche bomba contra el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Por el momento, los datos sobre el número de víctimas son confusos, pero el último balance ofrecido por fuentes médicas y policiales asciende a 42 muertos, entre ellos cinco kamikazes, ocho policías y un soldado estadounidense, y 216 heridos. Los demás objetivos han sido cuatro comisarías, la prisión de Abu Gharib, el Ministerio de Salud, el del Petróleo, y sedes de las fuerzas de EE UU y hoteles de lujo. Poco después de las cuatro de la tarde se ha escuchado una nueva explosión en Bagdad.

Este último recuento lo han proporcionado fuentes hospitalarias, a partir de un registro de bajas en los centros médicos. La cifra anterior, 34 muertos y 224 heridos, fue lanzada a mediodía por la policía y el viceministro de Interior iraquí, Ahmad Ibrahim.

El general de EE UU Mark Hertling ha señalado que los cinco ataques suicidas, son "actos criminales y sacrílegos" y ha asegurado que han sido "organizados por extranjeros". De ellos, el más grave se ha producido contra la sede de la Cruz Roja, donde un coche bomba conducido por un kamikaze ha hecho explosión sobre las 6.50 hora española al paso del vehículo en el que viajaba personal de la organización, según un guardia del recinto. El coche usado por el terrorista era una ambulancia. El numéro de muertos asciende a 12, de los que diez, según Pascal Jansen, portavoz de la CICR, pertenecían al organismo: dos guardias de seguridad iraquíes y ocho voluntarios iraquíes. Los otros dos muertos son iraquíes que circulaban en su coche en el momento de la deflagración.

Además, hay otros 23 heridos, de los que 15 son empleados iraquíes del CICR y los ocho restantes, civiles iraquíes. Jansen ha añadido que el equipo de expatriados sólo tiene contusiones y heridas leves. Así, la única delegada de Cruz Roja Española en Bagdad, la jiennsense Inmaculada López de la Cova, se encuentra en perfecto estado, pero "muy afectada". Otros testigos han señalado que la ambulancia se ha empotrado a toda velocidad contra la puerta del inmueble que ocupa la sede del CICR y que la explosión, muy fuerte, ha destrozado el edificio, parte de las viviendas vecinas y numerosos vehículos.

Cuatro comisarías atacadas

La fachada de la sede de la Cruz Roja, situada en la calle Al Nival del céntrico barrio de Karrada, también ha resultado dañada por la explosión, al igual que las antenas de comunicaciones. Los dos vehículos implicados han quedado totalmente calcinados. Se trata del primer atentado que sufre el CICR desde 1980, año en que empezó a operar en Irak. En un comunicado, el presidente de la Federación Internacional y de Cruz Roja Española, Juan Manuel Suárez del Toro, ha expresado su "profunda consternación" por el ataque "sin precedentes". Aun reconociendo el "grave golpe" que ha supuesto el atentado, Suárez del Toro ha asegurado que el organismo no tiene la intención de dejar el país.

Minutos después de la explosión, tropas estadounidenses apoyadas por helicópteros y carros blindados ha cercado el lugar, mientras otra deflagración se producía en las cercanías del Ministerio del Petróleo y Minería y otra más junto a la sede del Ministerio de Salud, donde se han producido cuantiosos daños materiales. El del Petróleo es el único edificio ministerial que quedó intacto tras los bombardeos de marzo y abril. El departamento de Salud está el sur de la rivera oriental del Tigris y justo en frente del CICR. Horas después, se ha registrado una explosión en un cuartel de policía iraquí en el distrito de meridional Al Baya, aunque por el momento se desconoce si hay víctimas.

A las 8.30 de la mañana hora local (10.30 en España) se ha producido un segundo ataque contra una comisaría, ésta situada en el distrito centro de Shaab. Un vehículo cargado de explosivos y conducido por un suicida ha estallado junto al puesto de control de la comisaría. Cuatro policías iraquíes han muerto y tres soldados de EE UU han resultado heridos, uno de ellos de extrema gravedad, mientras que la cifra de heridos iraquíes se acerca a los 40. Una veintena de coches han quedado calcinados y la fachada del edificio se ha derrumbado.

Otras dos comisarías más han sido atacadas, una en el distrito de Al Amiriya, al noroeste de la capital, donde un coche bomba ha causado al menos ocho policías muertos y decenas de heridos. El cuatro y último ataque suicida contra la policía se ha producido en el distrito de Al Jadra, al oeste de la capital, y ha causado la muerte a tres civiles iraquíes y heridas a una quincena. Según el coronel Erik Namir, de la III Brigada Aerotransportada, dos soldados están también heridos leves. "El número de muertos puede elevarse bastante, ya que muchos heridos han sido traslados rápidamente sin que se sepa si estaban muertos", según Namir. Por otro lado, al menos un soldado de EE UU ha muerto y otros dos han resultado heridos en un ataque con mortero contra la prisión de Abu Gharib cerca de Bagdad, que se ha producido a las 22.30 horas (20.30 hora española), según ha confirmado un portavoz militar de EE UU.