La policía rusa libera a los pasajeros del autobús secuestrado y mata a uno de los asaltantes
Los secuestradores exigían que cinco 'piratas aéreos' salieran de prisión
Trece horas después de comenzar el drama, fuerzas antiterroristas y de la policía asaltaron el autocar, que estuvo todo el día parado en el centro de un puente de acceso al aeropuerto de Mineralnie Vodi.
El general Alexandr Sisóyev, jefe adjunto de la Policía local, ha explicado que uno de los terroristas cayó muerto a consecuencia del disparo de un tirador de elite y que el otro fue reducido y detenido.
Hasta el momento del asalto, los servicios de seguridad rusos habían mantenido una tensa negociación en el aeropuerto de Mineralníe Vodi, el más importante del Cáucaso Norte, con los dos hombres armados, que exigían un helicóptero, línea directa con el Gobierno y la libertad de cinco chechenos condenados por piratería aérea.
Los terroristas, que añadieron a su lista inicial de exigencias seis ametralladoras Kalashnikov, dos lanzagranadas y municiones, amenazaron con matar a los rehenes al anochecer si no se satisfacían sus demandas.
Tres de los rehenes puestos en libertad han sido ingresados en el hospital en Nevinnomyssk, dos con un fuerte shock y un tercero, responsable de la policía regional, sufre heridas de bala.
El aeropuerto, rodeado por soldados
El autobús, secuestrado cerca de la localidad norcaucásica de Nevinomysk, se encuentra bloqueado por las fuerzas de seguridad en un viaducto de acceso al aeropuerto de Mineralníe Vodi (situado en el territorio de Stravropol, fronterizo con Chechenia), a sólo 500 metros de la terminal aérea.
Las fuerzas de seguridad, del ministerio del Interior y miembros del grupo Alfa, un destacamento especializado en lucha antiterrorista, se han apostado en el aeropuerto.
El portavoz del Servicio Federal de Seguridad, Alexandr Zdanóvich, ha subrayado para alejar el temor a un asalto violento al autobús que el "despliegue policial es para garantizar que nadie pueda interferir en las negociaciones".
En este sentido, el ministro de Interior, Boris Gryzlov, ha confirmado que la policía tiene orden de no hacer ninguna concesión a los secuestradores, aunque ha subrayado aunque que la tarea principal es "liberar a todos los rehenes".
La agencia rusa Itar-Tass había informado horas antes de que un cuerpo especial antiterrorista de las fuerzas de seguridad había lanzado una "operación para neutralizar" a los dos asaltantes.
Por su parte, el presidente de la república independentista chechena, Aslan Masjhadov, ha condenado la toma de rehenes por medio de un portavoz, que ha hablado en la radio Echo de Moscú.
Secuestrados desde la madrugada
El secuestro que mantiene en vilo a Rusia se produjo a las 6.45 hora local (4.45 horas en España) en la ciudad de Nevinnomyssk, capital de la región de Stávropol, al sur del país, fronteriza con Chechenia y a unos 1.500 kilómetros de Moscú.
El autobús, un Ikarus de producción húngara que cubría la ruta Nevinomysk-Stávropol, fue asaltado por dos hombres poco después de salir de su terminal de origen y obligado a desviarse hacia Mineralníe Vodi.
El vehículo fue detenido por la policía en un puesto de control de carretera. Los dos hombres, armados fusiles Kaláshnikov y varias pistolas automáticas, respondieron con varios disparos al aire y la policía les dejó marchar hacia el aeropuerto.
Una práctica habitual
En los años 90, se produjeron numerosos secuestros en la zona, la temida e inestable frontera del Cáucaso Norte, atribuidos siempre por la policía a los rebeldes chechenos.
De hecho, esta práctica de chantaje y extorsión con rehenes fue una de las razones que justificaron el envío de tropas rusas a Chechenia en 1994.
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