Leïti Sène, de ‘Élite’: “La única manera de ser antisistema es vivir fuera de él, todo lo van a hacer suyo para ganar dinero”

“Ponle amor a mis palabras, que a veces soy un poco basto”, avisa Leïti Sène (Barcelona, 23 años) cuando ni siquiera ha empezado la entrevista. Basto no es el adjetivo que mejor se ajusta a la forma de hablar de este músico y actor procedente del underground barcelonés, que se expresa con una cadencia casi apacible en la que tanto intercala palabras en español e inglés como interrumpe frases y encabalga reflexiones.

Por ejemplo, ¿cómo compuso T-Rex, primer sencillo de la mixtape JÖM que publicó este verano? “Yo le había dicho a Young Wolf [el productor] que quería salirme un poco de la new wave, así que vino y me dijo: ‘Bro, tengo este beat que tal’. Le digo: ‘Vamos a tirarlo’. Pum, lo tira, hago un freestyle y empiezo a escribir sobre la melodía, acabo de perfeccionar todo y en una hora y media está hecho”. En su discurso se sacrifica la precisión y la continuidad en pos de una fluidez que caracteriza a su personalidad, su carrera y su música. Es como si hubiera desenredado las ataduras que a los demás nos contienen.

Hijo de catalana y senegalés, Sène empezó a ganar dinero desde los 15 años gracias al baile urbano. Asistía a clases y bailaba en el Museo de Arte Contemporáneo o el Arco del Triunfo, hasta que se convirtió en trabajo. “Estuve tres años ganando bastante dinero con la danza: salieron dos compañías, daba clases, me presentaba a battles de freestyle y las ganaba…”. Con los cheques que recibía ayudaba en casa, pero también invertía en su futuro como rapero. Desde 2019 ha ido lanzando en solitario epés, mixtapes y sencillos como Mmm tkm, que tiene más de un millón de reproducciones en YouTube.

Dice que en 2022 vendrá el álbum propiamente dicho. Otra fuente de dinero (o, en sus palabras, “big money”) fueron sus dos trabajos interpretativos en la televisión: la comedia catalana Benvinguts a la familia entre 2018 y 2019 y el éxito de Netflix Élite durante su tercera temporada, el año pasado. En ambas compartió plantel con Georgina Amorós; su presencia en el reparto fue clave para que él se sintiera cómodo. “Siempre he tenido un poco de vergüenza. Pienso: ‘¿Qué pinto yo aquí? ¿Lo haré mal? ¿Y si no doy la talla?’. Y Georgina me daba ese punto de amor que me vino perfecto”.

Esa inseguridad en lo interpretativo, que choca con el resto de su personalidad, está ahí porque Sène no se considera a sí mismo actor: “No es que tenga tablas o mil técnicas, no tengo ni puta idea”. Aun así, no se cierra ninguna puerta. “Una diseñadora de moda como Sita Abellán es DJ, el C. Tangana se está introduciendo en el cine. Esta generación está viviendo un Renacimiento porque los artistas tenemos muchas inquietudes, que se pueden representar desde el cine, desde la música, desde la pintura…”.

Entre dichas inquietudes, en el caso de Sène, están las drogas, el sexo y el dinero, tres temas que atraviesan las letras de sus canciones y que para él significan lo mismo: libertad. “Cari llegamos tarde, hazte un porro más grande, tengo del mejor polen”, rapea en Mmm tkm, en la que también habla de tomar LSD. En el tema titulado perc30 –nombre por el que se conoce a una pastilla que mezcla los potentes medicamentos Percocet y Fentanyl–, canta sobre una chica que “va puesta de molly”, otra forma de llamar al éxtasis. En Downloading… recita: “Píntala, estamos celebrando”, y no se refiere precisamente a un óleo sobre lienzo. “Cuando te drogas entiendes diferentes cosas de ti y de lo que te rodea”, explica ahora el autor de estos versos.

Últimamente asegura estar alejándose de los estupefacientes fabricados en laboratorios. “Igual que comes tomates porque son buenos para tu cuerpo, creo que la naturaleza ofrece elementos que son para tu cabeza”, afirma. Su plan de futuro no es más acomodaticio: Sène planea ganar tanto dinero como para poder permitirse vivir en el campo, lejos del capitalismo. “La manera de ser antisistema ahora es vivir fuera de él”, opina.

No cree en la revolución, las manifestaciones le parecen gestos diseñados para darnos “cierto sentimiento de libertad”. “Mira la manera en la que capitalizan algo tan bonito como el feminismo. Todo lo que vayas a utilizar contra el sistema dentro de él, lo van a hacer suyo y van a ganar dinero con ello”. Él apuesta por reconectar con la naturaleza (o, en sus palabras, “volver al source”) para ser felices. “Nos quitará esa ansiedad que tenemos por culpa de tener que amoldarnos a un sistema que en el fondo no funciona para nadie”. Leïti Sène fluye, pero lo hace a contracorriente.

Realización: Ángela Suárez. Maquillaje y peluquería: Bissa Morena. Iluminación: Borja Llobregat. Técnico digital: Carlos Givaja. Asistente de estilismo: Kai Landre. Escenografía: Mar Capella. Representación: Lexa Services. Agradecimientos: Fran Moreno y su finca en Gamones (Segovia) y Yuukii Music.

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