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Antón Reixa: “De lo que más me arrepiento en la vida es de haber sido presidente de la SGAE”

Ha sobrevivido a un ictus, un accidente de tráfico, una depresión, la covid y la presidencia de la SGAE. Y ahora lanza con su banda lanza su primer disco de estudio en casi 30 años, ‘Organización Nautilus’, que sigue la pista del tesoro buscado por el capitán Nemo en la ría de Vigo, según Julio Verne

Antón Reixa, fotografiado en Madrid en 2019
Antón Reixa, fotografiado en Madrid en 2019ÓSCAR CORRAL

Podría parecer otra de esas cómicas asociaciones de ideas que siempre han caracterizado las letras de la banda Os Resentidos, pero, ciertamente, el Nautilus pasó por Vigo. Así lo indica la novela 20.000 leguas de viaje submarino, donde se cuenta que el capitán Nemo trataba de hacerse con el oro de los galeones que se hundieron en la batalla de Rande de 1702. “Julio Verne dice que el Nautilus navegó hasta la ría para encontrar el tesoro y sufragar a los independentistas cretenses. ¡Yo nunca había pensado que en Creta hubiera independentistas!”, relata divertido Antón Reixa (Vigo, 64 años) por teléfono a ICON. El cantante y poeta se ha servido de esta pista para dar forma al primer disco de estudio que Os Resentidos edita en 28 años, Organización Nautilus (Altafonte), una metáfora, la del tesoro, para hablar del “talento escondido en Galicia”.

“Cuando empezamos, éramos los únicos que hacíamos rock en gallego y ahora debe de haber 150 grupos, que no solo tienen el valor de defender el idioma, sino que además hacen contribuciones importantes. Parezco un viejecito, pero me alegra que esta evolución me haya dado la razón histórica”, dice el autor de temas tan icónicos de la llamada Movida viguesa como Fai un sol de carallo (Galicia caníbal) o Galicia, sitio distinto. Os Resentidos, precisamente, se reunió en 2012 para recoger el guante que varios grupos jóvenes, como Novedades Carminha, les habían lanzado mediante el disco homenaje A tribo toda baila (Gasa). Aunque al principio descartaron que la reunión fuera a ir más allá de unos cuantos conciertos, el ambiente de “espontaneidad y energía renovada” cambió las cosas. “En 1994 lo dejamos porque ya no teníamos nada que decir. Siento que ahora es distinto, hemos hecho el disco de manera muy honesta”, opina el vocalista.

La idea del tesoro oculto como representación del talento gallego no solo funciona en clave musical: para los vídeos, Reixa y su compañero habitual, Manuel Segade, han contado con las ilustraciones de Antón Romero, un joven de 14 años con trastorno del espectro autista. Si Negu Gorriak cantaban “Euskalduna naiz eta harro nago” (“Soy vasco y estoy orgulloso”), Os Resentidos empiezan el disco con una declaración de principios no menos contundente: “Son de Vigo, non o nego” (“Soy de Vigo, no lo niego”). ¿Nacer en Vigo condiciona la vida de una persona? Reixa tira de retranca: “No más que nacer en cualquier sitio que asumas como propio, pero a mí me gusta que se note de dónde viene la gente, a no ser que hayan nacido en aguas internacionales”.

Con un sonido que recuerda a la última etapa de Siniestro Total —los dos grupos comparten al guitarrista Xabier Soto—, Organización Nautilus mantiene las señas de identidad que han acompañado a Os Resentidos desde su seminal Vigo, capital Lisboa (1984, Grabaciones Accidentales): la ironía de las letras, declamadas en ese registro spoken word que les acerca a géneros como el acid jazz o el hip-hop, la apertura de estilos, aquí con espacio para una cumbia y un chachachá, o su crítica al capitalismo. Al hilo de esto, sorprende la recuperación del poema A xustiza pola man (en español, La justicia por la mano), de Rosalía de Castro, que coge inusitados aires de himno antisistema sobre una base inspirada en (You gotta) Fight for your right (to party), el famoso tema de los raperos neoyorquinos Beastie Boys. “Iba en el coche con mi hija, sonaba esa canción y entre ella y yo empezamos a encajar la letra”, explica Reixa. “Soy seguidor de la poesía de Rosalía, era una mujer con muchos cojones. No era una mística. Hay una parte de su obra con una radicalidad de su esencia campesina muy rotunda y reivindicativa”.

La actual formación de Os Resentidos. Antón Reixa (voz), Xabier Soto (guitarra), Anxo Graña (gaita), Pablo Vidal (bajo), Gabriel Villar (segunda guitarra) y Kino Seoane (batería)
La actual formación de Os Resentidos. Antón Reixa (voz), Xabier Soto (guitarra), Anxo Graña (gaita), Pablo Vidal (bajo), Gabriel Villar (segunda guitarra) y Kino Seoane (batería)ALBERTO SEGADE

El “hartazgo del viejo militante” también se refleja en el disco, consecuencia, en parte, de “las costras” que dice acumular el cantante que bramaba en los conciertos “¡Comunismo y marisco para todos!”. Una de las más recientes, su destitución como presidente de la SGAE en julio de 2013, después de que él mismo denunciara el fraude conocido como ‘la Rueda’, vinculado a los derechos de autor de los minutos musicales nocturnos en televisión. “Había tantos intereses que eso acabó conmigo y obviamente no logré mi propósito. De lo que más me arrepiento en la vida es de haber sido presidente de la SGAE. No he visto gente tan extraña como la que me encontré en esa Junta. Fueron solo 14 meses, pero yo trabajé mucho, con muy buena intención y no valió de nada”, recapitula. “No es la primera vez que me pasa. En 1979 militaba en una organización nacionalista y, entre varios colegas, firmamos una carta pidiendo que se activase la democracia interna. La asamblea se reunió y, efectivamente, ¡trajimos la democracia interna porque votaron echarnos!”.

Antón Reixa, que sufrió un ictus y una depresión en 2005, es un superviviente. El pasado febrero estuvo hospitalizado por coronavirus, pero no llegó a ir a la UCI y fue dado de alta en menos de una semana. También pasó 18 días en coma a consecuencia de un accidente de tráfico hace cinco años, del que lo último que recuerda, afirma, era ir escuchando al todavía líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en la radio. “Ahora él no está y yo tengo un nuevo álbum, es de esas pequeñas victorias que te da la vida”, bromea. La experiencia del coma, durante el cual soñó que estaba en Michigan, que era perseguido por paquistaníes o que veía repartir panfletos a Donald Trump, le inspiró en su convalecencia para escribir el libro y crear la instalación artística Michigan, acaso Michigan (editado en castellano por Círculo de Tiza y en gallego por Edicións Xerais).

Pese a que, a raíz del accidente, le reconocieron un 65% de minusvalía y ahora necesita ayudarse de un bastón por la cojera que arrastra, el cantante asegura encontrarse bien de salud, con ganas y fuerzas para salir de gira. El 22 de mayo, el grupo tiene previsto actuar en Vigo. Reixa también se encuentra estos días representando en teatros su espectáculo Melancoholemia, una videoperformance basada en otro de los textos que escribió durante su convalecencia. Y Os Resentidos no es el único viejo proyecto que ha retomado: ha reunido además al Grupo de Comunicación Poética Rompente, activo entre 1975 y 1983, con el que editará un nuevo libro en junio (en gallego y en castellano) y espera dar una serie de recitales. “Todo lo que soy lo aprendí de Rompente. Es lo que me acercó a la vanguardia, las propuestas multimedia, la performance… No estábamos bien vistos por la sociedad literaria de entonces, pero las actuales generaciones de poetas han empezado a valorarnos, se acercan a nuestra obra y eso es muy reconfortante”, cuenta.

Sus simpatías por la juventud vienen de lejos. Antes de que llegara el éxito de Os Resentidos y viviera de la música, Reixa fue profesor de Lengua y Literatura Gallega, trabajo que, reconoce, disfrutó mucho. “Tenía una relación muy buena con mis alumnos. Una vez llegué a aprobar en la evaluación final a uno que había muerto y no me había dado cuenta”, recuerda entre risas. Igual que en el último corte de Organización Nautilus canta “Si nos organizamos, follamos todos”, dicen algunas lenguas que, como docente, recomendaba a los jóvenes “follar mucho”, leyenda que el acusado se abstiene de confirmar. “Lo más importante es no trasladar amarguras a los que vienen. Creo que he envejecido bien, no soy uno de esos cascarrabias que dicen que lo de antes era bueno y lo de ahora no. Sigue acompañándome el pensamiento de que la mejor canción, la mejor novela o el mejor cuadro son los que todavía no conocemos”.

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