Precariedad, redes sociales, depresión... Avocado Ibuprofen retrata la ansiedad de esa generación milenial que ya se ha hecho mayor
Por las viñetas de Jaakko Pallasvuo desfilan horrores como el miedo a desaparecer si no estás ‘online’, la inestabilidad de cierta clase creativa o la falsedad de las redes. También sarcásticas criticas al capitalismo y al arte contemporáneo. Ahora algunos de sus dibujos son también joyas
Bajo el pseudónimo Avocado Ibuprofen se encuentra Jaakko Pallasvuo, un artista finés surgido de la escena del net art de la década pasada que ha convertido sus viñetas en un creciente fenómeno de culto. Con ellas, retrata en Instagram la ansiedad de la generación milenial que ya se ha hecho mayor: en cada galería de imágenes se cruzan horrores como el miedo a desaparecer si no estás online, el cambio climático, la precariedad de cierta clase creativa, lo tramposo que es construir nuestra imagen en redes sociales, la pereza, la depresión… Los creaciones de Pallasvuo parece que quieran trascender de un modo perverso la visión simplificada de la realidad que nos ofrecen los memes, ayudarnos a fingir que entendemos el mundo que nos rodea.
Ahora estos cómics han conseguido pasar al mundo offline gracias a la editorial norteamericana Perfectly Acceptable, que ha decidido publicar un libro en el que recopila 49 viñetas publicadas originalmente en el perfil de Instagram @avocado_Ibuprofen. Y no solo eso. Algunos de sus dibujos ahora también serán joyas fruto de una colaboración con otro artisa finés: Otto Byström. Charlamos con Jaakko Pallasvuo con motivo de su participación, el pasado mes de abril, en el festival Libros Mutantes de La Casa Encendida, donde impartió un curso de creatividad online alrededor de su obra.
¿Por qué escogió @avocado_ibuprofen (aguate_ibuprofeno) como apodo? Salió de un generador de nombres que ideé yo mismo. Combinaba nombres de frutas con nombres de medicamentos. Blueberry_paracetamol, nectarine_ambien y guava_klonopin fueron algunas alternativas. Avocado_ibuprofen suena como si fuese una cuenta de un bot. Como spam. Me pareció apropiado para Instagram.
Es un artista con una larga trayectoria ¿Cómo se relaciona su práctica artística con los cómics? Empecé dibujando las viñetas para reflexionar sobre lo que, a mi parecer, iba mal en el arte contemporáneo y con mi práctica en relación a él. Quería un espacio que me sirviera para criticar el arte pero también hablar sobre la depresión y el capitalismo. Aunque ahora mismo los cómics han alcanzado más popularidad y es con lo que estoy más asociado. Supongo que han consumido mi práctica artística. Al menos por ahora. Estoy tratando de mantener un poco de perspectiva. Con suerte, después de la pandemia reanudaré otras formas de creación fuera de internet, más experienciales y en tres dimensiones. Acaba de publicarse mi libro y también estoy trabajando en una nueva pieza para la próxima edición de la Baltic Triennial en Vilnius de Lituania. Además, estoy escribiendo el texto para una performance junto a la coreógrafa María Metsalsus.
También ha empezado un proyecto de joyería. El artista Otto Byström me invitó a colaborar en una colección de joyas de plata. Se trata de un proyecto llamado Doubt [Duda]. Lo que me interesaba es explorar la forma en que palabras y dibujos pueden incrustarse en una joya. La joyería es interesante como una forma de arte antigua. Es algo con lo que su portador puede tener una relación muy íntima y duradera. Tal vez la idea sea llevar la escultura a una escala y a un precio en el que sea accesible para mucha gente.
En la colección hay unos pendientes con los nombres de Marx & Engels. ¿Considera esa obra marxista? Supongo que son una especie de meditación sobre la idea de mercantilización que Marx identificó y criticó, y sobre cómo la resistencia al capitalismo a menudo se estetiza y se integra dentro del propio sistema capitalista. Creo que los pendientes son contradictorios, irritantes y bonitos, perfectos para la izquierda caviar.
Volviendo a los cómics, va cambiando constantemente la forma de dibujar, la tipografía... ¿A qué se deben esas decisiones formales? No quiero repetirme demasiado. Quiero que los cómics sigan siendo algo interesante. Lo que se traduce en ir haciendo cambios de vez en cuando. Buscar un equilibrio entre coherencia y claridad, mientras intento llevarlos a nuevos lugares.
Mezcla de cinismo y amabilidad en sus viñetas. Es cruel y dulce con el lector. Siempre hay ambigüedad, duda e inseguridad. Sí, creo que hay un narrador específico para los cómics, que se aleja de mis otros escritos y obras de arte, y lo he desarrollado de un modo bastante orgánico. Pero, por supuesto, siempre hay algo intencional en el tono, para que parezca que pertenece a la ficción. Por otro lado, últimamente he intentado escribir más en forma de diálogo, para introducir algunos desacuerdos y contradicciones en las viñetas. La duda y la ambigüedad, o simplemente un conflicto interno no resuelto, es el núcleo de estos cómics. Una especie de motor que mantiene esas imágenes en funcionamiento.
Publicas muy a menudo en instagram. ¿Es importante para ti tener una rutina creativa? Mi proceso creativo es abierto, de modo que puedo tomar descansos muy largos si me apetece. En general, no me gusta una vida orientada a la rutina, pero durante la pandemia tuve que aprender a disfrutar de la repetición del día a día. Dibujar cómics me ha hecho sentir que tengo una razón para levantarme por la mañana.
¿Por qué elegiste Instagram como plataforma para tus cómics? La elegí por defecto, porque la audiencia está ahí. La verdad es que siento que no tengo elección, la industria editorial y el sistema del arte se están volviendo cada vez más precarios y frustrantes. Lo que me produce cierta resignación y pereza, me acomodo en lugar de intentar buscar una alternativa para mostrarlo. No es una situación ideal, está claro.
Recientemente, vi a alguien afirmar que la hipérbole es ahora mismo lo que fue la ironía en los noventa. ¡Eso creo que es cierto! Siento como si todo fuera muy acalorado e intenso ahora mismo. Como si los años noventa fueran ese momento del fin de la historia, al menos en algunos contextos occidentales, donde la gente estaba dormida y asumía que su forma de vida continuaría en ese presente eterno. Ahora estamos pasando por muchos cambios históricos y trascendentales, en un estado de constante conflicto y crisis global. No sé si hipérbole es la palabra correcta, pero se podría decir que se nos anima a vivir nuestras emociones de un modo intenso y agotador. Internet genera una gran cantidad de poderosos sentimientos, en su mayoría negativos, que parecen estar consumiendo a la gente. Espero que la alternativa no sea volver a una posición irónica y distante como la de los noventa.
Mantienes el anonimato online utilizando avatares para tus cómics. Parece que quieres evitar la popularidad. Me recuerda a lo que dijo la escritora Natasha Stagg: “Lana del rey es una de las voces de nuestra generación, porque vio antes que nadie cómo ser una estrella nunca más valdrá la pena”. Entiendo cómo ahora el anonimato puede ser aspiracional, del mismo modo que lo solía ser la fama. Es como si ahora mismo la posición más poderosa fuese tener suficientes recursos para estar completamente offline y no ser reconocido. En plan, un multimillonario anónimo viviendo en alguna isla o algo así... pero la verdad es que no quiero romantizar demasiado ese tipo de fantasía escapista inalcanzable.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.