El príncipe Enrique ahora trabaja solo: múltiples actos y viajes sin Meghan Markle
En las últimas semanas, el duque de Sussex ha visitado Nueva York, Londres o Lesoto para participar en distintos eventos sin la compañía de su mujer, en contraste con su tendencia a sus proyectos conjuntos y a animarse el uno al otro allí a donde van
Meghan Markle contaba en una entrevista con The Cut en 2022 que encontrar una casa para empezar una nueva vida con su familia en Montecito (California) no fue fácil. Cuando vieron su actual hogar por primera vez explicaba que les pareció excesivamente lujoso, que no iban a poder permitírselo, pero sus posteriores acuerdos con Spotify por 25 millones de dólares y con Netflix por 100 millones de dólares les hicieron replantearse la opción. Aun así, contó que el argumento definitivo para quedarse con ella fueron dos palmeras que hay plantadas en el jardín. “Una de las primeras cosas que vio mi marido [Enrique de Inglaterra] cuando recorrimos la casa fueron esas dos palmeras. ‘¿Ves cómo están conectadas en la base?’, me dijo. ‘Amor mío, somos nosotros”, explicaba sobre la mansión que acabaron adquiriendo por 14,65 millones de dólares. El príncipe Enrique y Mehgan Markle han proyectado esa imagen de dos personas que parecen conectadas por la base en múltiples ocasiones desde su mudanza a Estados Unidos. Por eso están llamando la atención de medios de comunicación y usuarios de redes sociales las múltiples apariciones públicas que el duque ha hecho en solitario en los últimos días, ya sea en Nueva York, Londres y, ahora, en Lesoto. Acostumbrados a ver al matrimonios haciéndose compañía en los viajes y proyectos que emprenden, parece inevitable hacerse la pregunta: ¿Dónde está Meghan Markle?
El lunes 30 de septiembre el duque de Sussex viajó al Reino Unido para asistir a la entrega de los Premios WellChild en Londres, una organización benéfica de la que es patrocinador desde hace 16 años. La duquesa le acompañó en las ceremonias de 2018 y 2019, pero no ha vuelto desde que ambos dejaron de ser miembros activos de la realeza británica en 2020. Según la revista Hello!, Meghan no viajó junto a su marido porque había priorizado el cuidado de sus dos hijos, Archie, de cinco años, y Lilibet, de tres. Pero el príncipe Enrique ya ha dejado muy claro en más de una ocasión que ni su mujer ni sus hijos van a pisar suelo británico después de que el Gobierno les retirase su servicio de escoltas permanente tras renunciar a sus tareas de representación oficial de la casa real. “Es una de las razones por las que no traeré a mi esposa de vuelta a este país [el Reino Unido]”, advirtió en una entrevista con ITV a principios de este año.
Antes de esa cita, el hijo menor de Carlos III apareció en solitario a finales de septiembre en Nueva York durante la Asamblea General de la ONU y la Semana del Clima. Participó en los eventos benéficos de la entrega del Premio Diana (en honor a su madre), de la organización The Halo Trust (centrada en la limpieza de minas terrestres), de African Parks (que busca abordar problemas de conservación del medio ambiente en el continente) y de la empresa de ecoturismo Travalyst. También dio un discurso sobre la importancia de la seguridad digital de los jóvenes, como ya hizo en agosto durante su viaje a Colombia, acompañado, esa vez sí, de su esposa. En esta ocasión, en cambio, Meghan también se quedó en casa, donde además de cuidar de sus hijos se le supone trabajando en los planes para American Riviera Orchard, la marca de estilo de vida que anunció el pasado marzo y de la que hay fecha oficial de salida. “Ha habido una separación [de sus trabajos] durante un tiempo”, señala el estratega de relaciones públicas Mark Borkowski en un análisis para The Telegraph. “No hace falta ser un científico para pensar que algo está pasando. Ella ha estado haciendo lo suyo, la obra de Martha Stewart. Él parece estar volviendo a lo básico”, añade al medio británico. Enrique de Inglaterra también aprovechó su viaje a Nueva York para acudir a The Tonight Show, el late night de Jimmy Fallon, y dejarse ver de una manera más informal en una mansión encantada.
En mayo, los duques de Sussex hicieron juntos una gira por Nigeria. En agosto, la hicieron por Colombia y los medios internacionales destacaron durante días los gestos de cariño y complicidad que se profesaba la pareja en esa especie de giras reales no oficiales. Ahora destacan la ausencia de Meghan. “Podría haberse dado cuenta de que es mucho más poderoso [Enrique] por sí solo sin la distracción de Meghan, como lo era Diana sin Carlos”, apunta en el mismo artículo de The Telegraph Ingrid Seward, redactora jefa de la revista Majesty y autora de biografías reales. Algo similar comenta Phil Dampier, autor del libro Royally Suited: Harry and Meghan in their own words (Realmente adecuados: Enrique y Meghan en sus propias palabras), que considera que el príncipe “comienza a perder terreno” y parece “un accesorio adicional” para su mujer. “Es bastante obvio que en estos viajes a Nigeria y Colombia, Meghan era la compañera dominante y Enrique parecía, y posiblemente se sentía, un poco como una pieza de repuesto”, opina.
El pasado martes 1 de octubre Enrique de Inglaterra voló directamente desde Londres ―donde no vio ni a su padre ni a su hermano, el príncipe Guillermo― hasta el sur de África para participar, otra vez sin Meghan, en más eventos benéficos, esta vez con Sentebale, que ayuda a niños y adolescentes con diagnóstico de VIH. Se reunió alrededor de una fogata con el príncipe de Lesoto, Seeiso Bereing, y pronunció un apasionado discurso sobre el trabajo que la organización benéfica está realizando. Para Dampier, estos caminos aparentemente separados de los duques de Sussex en esta nueva etapa suponen “un intento claro de él de emprender su propio camino y crear un nicho que no sea Invictus [los juegos que fundó para militares heridos en combate y a los que también se ha unido Meghan Markle en numerosas ocasiones]”. “Creo que lo veremos hacer más cosas así, viajando y haciendo cosas por su cuenta, recuperando algún tipo de prestigio”, considera.
Hasta ahora, el matrimonio había tendido a trabajar junto, y a animarse mutuamente en entregas de premios y eventos. La Fundación Archewell y su nueva Red de Padres, un grupo de apoyo para aquellos cuyos hijos han sufrido daños online, es una empresa conjunta. Igual que sus acuerdos con Netflix y Spotify, que también firmaron juntos. Pero esto no siempre ha sido una garantía de éxito. El podcast Archetypes, resultante del acuerdo de los duques con la plataforma de audio, en el que Meghan abordaba temas alrededor de los estereotipos sociales que recaen sobre las mujeres junto a sus famosas invitadas, no cumplió las expectativas de Spotify y rompieron su colaboración después de dos años y medio (y solo 12 episodios).
En Netflix sí triunfaron. La docuserie sobre la pareja se convirtió en el debut más visto de la plataforma en la categoría documental, con 81,55 millones de horas vistas en su primera semana de estreno, en diciembre de 2022. Tras ese éxito, hubo dos proyectos con una repercusión muchísimo más discreta. A finales de 2022 salió Líderes de nuestro tiempo —una serie de seis capítulos en Netflix el legado de personalidades internacionales y activistas—, y en 2023 estrenaron un documental en la plataforma sobre los Juegos Invictus. Pero Netflix ha vuelto a anunciar este año que habrá dos nuevos proyectos con ellos como protagonistas. Pero en estos irán por separado. Enrique de Inglaterra será el responsable de una serie dedicada al polo, que ofrecerá un “acceso sin precedentes” al mundo de la competición profesional de este deporte que es una de sus mayores aficiones. El proyecto de Meghan Markle, en cambio, estará centrado en “los placeres de la cocina, la jardinería, el entretenimiento y la amistad”.
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