El viaje de Enrique de Inglaterra y Meghan Markle le costó al Gobierno colombiano 53.298 euros

La visita del príncipe Enrique y Meghan Markle a Colombia entre el 15 y el 18 de agosto de 2024 le costó al país casi 250 millones de pesos colombianos. En concreto, 244.245.305 (53.298 euros al cambio actual). Así lo ha confirmado la oficina de la presidencia del país. Los datos se han hecho públicos tras la petición al Gobierno de María Fernanda Cabal, senadora de la oposición y oponente de la actual vicepresidenta Francia Márquez, para conocer los gastos públicos relacionados con la visita de los duques de Sussex. Tras conocer las cifras del coste de ese viaje, Cabal las ha publicado y denunciado en su cuenta de X, bajo el hashtag DerrocheReal: “Resultó que como Francia Márquez quedó fascinada por una serie de Netflix con los Duques de Sussex, los trajo a Colombia a costillas de los contribuyentes. ¿Cuánto nos costó el embeleco de Francia Márquez? Aquí les cuento“, empieza el hilo que publicó la senadora el pasado 1 de septiembre. “Luego de que Francia Márquez viera la historia de Harry y Meghan por la serie de Netflix, los trajo a Colombia por un espacio de 7 días con un costo no menor diario de $34.892.186 de pesos [7.614 euros]. Plata de los colombianos”, detalla en el siguiente mensaje la política conservadora.

La vicepresidenta y ministra de Igualdad confesó que el documental Enrique y Meghan, estrenado en la plataforma de streaming en diciembre de 2022, le inspiró al quedar “profundamente conmovida por su historia”, por lo que les invitó a visitar su país. De hecho, lo primero que hicieron los duques al pisar suelo del país latinoamericano fue ir a ver a la política.

La información compartida por el Gobierno colombiano detalla que los duques de Sussex pagaron los vuelos, el alojamiento, los gastos generales del viaje y la vestimenta de Meghan Markle, que varios medios han calculado en miles de euros. La seguridad, la alimentación durante algunos eventos y el transporte entre las diferentes ciudades que visitaron —Bogotá, Cartagena y Cali— fueron financiados con fondos públicos. De acuerdo con la información proporcionada, el coste total del viaje incluyó también varios días previos y posteriores, en concreto desde el 12 al 18 de agosto, porque se incluyeron la llegada por adelantado de la seguridad y los equipos de logística que organizaron el transporte y todo lo relacionado con los actos públicos de la pareja. Una información en la que también matizan que el matrimonio no recibió honorarios por su visita.

Los gastos en transporte fueron significativos. Del 15 al 16 de agosto, durante su visita a Bogotá, alcanzaron un total de 8.778.580 pesos colombianos (1.915 euros). El 17, en Cartagena se alcanzaron los 9.504.288 pesos (2.074 euros). Ese mismo día los duques visitaron San Basilio de Palenque, ciudad fundada por esclavos fugados, donde el gasto en seguridad llegó a los 40.619.059 (8.863 euros). En su visita a Cali, donde la pareja atendió a un festival de música y cultura, los gastos de movilidad fueron de 3.707.144 (808 euros). En la partida de alimentación, se gastaron un total de 44.082.700 pesos colombianos (casi 9.600 euros) durante tres días de visita.

“¿Qué beneficios tendrá para Colombia la visita de los duques de Sussex?”, pregunta también en su petición María Fernanda Cabal, que fue enviada el pasado 20 de agosto. La vicepresidenta colombiana defiende el viaje argumentado que la visita del hijo menor del rey Carlos III y su esposa “contribuyó a seguir demostrando que Colombia es un país de confluencia para causas globales, un país capaz de albergar intereses diversos, así como un destino atractivo para la inversión, el turismo y los negocios”. “Durante esta visita el país recibió la atención de medios y ciudadanos internacionales a quienes se les entregó el mensaje de que Colombia está cambiando positivamente”, añade. De hecho, cada viaje de los duques de Sussex, como el que realizaron el pasado mes de marzo a Nigeria, es seguido por los medios como si se tratara de una gira real. Algo que no es así, puesto que ambos dejaron de representar a la familia real británica en 2020.