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Kesha lanza ‘Joyride’, su primera canción sin Dr. Luke: “Buenas noticias, soy una mujer libre”

La cantante presenta su primer ‘single’ desvinculada de la discográfica del productor a quien ella acusó de violación en 2014 y él a ella de difamación en años posteriores. Una década después, llegaron a un acuerdo privado y emitieron un comunicado conjunto con el que pretendían “cerrar este capítulo y empezar uno nuevo”

Kesha lanza ‘Joyride’
Kesha en el concierto celebrado el 4 de julio en el Benjamin Franklin Parkway de Filadelfia (Pensilvania).Lisa Lake (Getty Images/Welcome America)
El País

“Buenas noticias, soy una mujer libre. Y, ¿sabéis qué quiero hacer? Quiero tocar mi primera canción en casi 20 malditos años como una mujer libre”, con estas palabras quiso presentar la cantante Kesha (Los Ángeles, 37 años) su último single, titulado Joyride, y el primero como artista independiente, desvinculada para siempre de su contrato con el sello discográfico Kemosabe Records. Lo hizo, precisamente, en una fecha muy simbólica: el 4 de julio, día de la independencia, valga la redundancia, de Estados Unidos, en un evento celebrado en el Benjamin Franklin Parkway, centro cultural de Filadelfia (Pensilvania) donde compartió escenario con el artista Ne-Yo. Hasta ahora, la artista seguía vinculada al citado sello, perteneciente a la discográfica Sony, contractualmente, a pesar de haber acusado a su fundador, Dr. Luke, de violación y manipulación emocional en el año 2014.

Durante estos 10 años de batalla legal, Kesha tuvo el apoyo de artistas como Adele, Lady Gaga o Taylor Swift. Sacó tres álbumes: Rainbow, en 2017; High Road, en 2020; y Gag Order, en 2023, de los que se seguía beneficiando Dr. Luke —cuyo nombre real es Lukasz Gottwald—. Además de la demanda de Kesha, hubo contrademanda por difamación por parte de Dr. Luke, quien siempre mantuvo su inocencia. El asunto se resolvió finalmente durante el verano pasado, mediante un acuerdo que no se hizo público. Sí emitieron una declaración conjunta, publicada en sus redes sociales, en la que ambos aseguraban que había llegado el momento de cerrar este capítulo y seguir adelante con sus vidas. Un año más tarde, la cantante ya tiene título de este nuevo capítulo: Joyride.

“¿Kesha? Esto es Ke$ha”, decían en Rolling Stone sobre su último single, lanzado bajo su nuevo sello Kesha Records y que, en efecto, recuerda a las desenfadadas canciones que la hicieron famosa durante los inicios de su carrera. “El último sencillo de Kesha es una llamada a su anterior sonido synth-pop que se encuentra en sus éxitos Tik ToK y We R Who We R”, declaraban, por su parte, desde NME; “Joyride es un himno festivo donde Kesha abraza a su perra interior y exige sin vergüenza alguna una noche emocionante con descaro y actitud”. En el medio patrio Jenesaispop, sin embargo, han sido algo menos entusiastas con el nuevo tema de la artista, y se preguntan directamente: “Joyride, ¿otro resurgir de Kesha o un cuadro?”.

Sea cual sea la opinión de críticos y público sobre la canción, lo cierto es que existe un consenso en que Joyride abre una nueva etapa en la vida y carrera de la artista que, en la última década, ha sido más vista en los tribunales que sobre los escenarios. En los próximos meses actuará en el festival Lollapalooza (Chicago) y en Festival Hera HSBC (Ciudad de México), y ya ha advertido que pronto anunciará nuevas fechas.

Desde que abandonase, tras el fin de su contrato, Kemosabe Records, Kesha ha utilizado sus redes sociales para ir actualizando a sus seguidores sobre la nueva música que estaba creando. A principios de este año, reveló que estaba trabajando “furiosamente” en nueva música y adelantó otra canción, una balada, en un vídeo promocional colgado entonces en su página web. El mes pasado, hizo su primera aparición como una “puta mujer libre” durante la celebración del Orgullo.

En una entrevista concedida a la revista Self, tan solo unos meses antes de cerrar la historia de Dr. Luke en los tribunales, y con motivo del lanzamiento de su disco Gag Order (orden de mordaza, en castellano) —término legal que hace referencia a la prohibición de un juez de hablar en público sobre un proceso penal pendiente—, la artista dio numerosos detalles sobre lo que había sido su vida en los últimos años. Trastornos alimentarios: “Llegué a un momento de mi trastorno en el que mi ansiedad era tan alta que dejé de ser funcional. Aquello ocupaba todo el espacio de mi cabeza, de la mañana a la noche. Estaba obsesionada por cómo me veía, por qué comer, por las tallas de ropa y por la aprobación de todos”, confesó. En su demanda, la cantante también presentó una serie de correos electrónicos en los que su productor le recomendaba controlar su alimentación, alegando que había productores y letristas que se negaban a trabajar con ella debido a su peso. Problemas de salud: “Casi muero en enero”, confesó la artista, que en 2022 fue diagnosticada con inmunodeficiencia variable común (IDCV), una inmunodeficiencia primaria que puede provocar múltiples infecciones pulmonares, infecciones bacterianas sistémicas y complicaciones gastrointestinales. Pero también habló de trabajo personal y autoconocimiento: “He buceado en mis emociones más feas y en las partes de mí que son menos divertidas. Ser vulnerable asusta mucho. El hecho de haber reunido un registro completo de todas estas emociones (de ira, de inseguridad, de ansiedad, de pena, de dolor, de arrepentimiento), es estresante... pero también es sanador”.

Hacía más de una década que su audiencia no veía a la Kesha fiestera y divertida que descubrió a través de su primer álbum, titulado Animal y producido por Dr. Luke, Max Martin y Benny Blanco, y que le dio la fama internacional. “Por lo general salgo, me pego una noche de fiesta, vuelvo a casa algo borracha y escribo algunas palabras... a la mañana siguiente me levanto y digo: ‘¡Wow! ¡Lo de ayer tiene que ser contado!”, contaba por aquel entonces a la revista Esquire sobre su proceso creativo, tan desenfadado como sus letras. Sobre cómo definía entonces su estilo, la cantante respondía en la revista Seventeen: “No sé, ¿basura chic? Me gusta no intentarlo demasiado; creo que las chicas necesitan alguien a quien admirar que no use tacones altos y un sostén push up. No puedo caminar con tacones altos, mucho menos bailar con ellos. Creo que se trata de tener confianza y energía positiva”. La también compositora, que cuando lanzó Tik Tok ya había escrito canciones para artistas como Britney Spears o Miley Cyrus, tenía claro lo que buscaba con su música y así lo confesó en más de una entrevista: Kesha había venido, simplemente, a divertirse. Parece que por fin lo está haciendo. Buenas noticias: es una mujer libre.


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