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Katy Perry pierde el juicio contra Katie Perry: la cantante infringió la marca registrada de la diseñadora australiana

La empresaria presentó una demanda en 2019 porque la superestrella del pop vendió ropa con su nombre a clientes australianos durante sus giras en el país. “Ha sido una victoria de David contra Goliat”, celebra

Katy Perry
La cantante Katy Perry en Nueva York, en abril de 2023.KENA BETANCUR (AFP)

Su verdadero nombre es Katheryn Elizabeth Hudson, pero todo el mundo la conoce como Katy Perry (California, 38 años). Lo que la cantante estadounidense no imaginaba cuando eligió su nombre artístico es que acabaría enfrentándola en una batalla judicial por parecerse demasiado al de la fundadora de una pequeña tienda australiana de moda. Tampoco esperaría perder el litigio, pero así ha sido: un tribunal australiano dictaminó el pasado jueves que la superestrella del pop Katy Perry infringió la marca registrada de la diseñadora de moda con sede en Sídney Katie Jane Taylor, que vende sus productos localmente bajo una etiqueta con el que era su nombre de nacimiento, Katie Perry.

Katie Taylor, quien presentó la demanda en 2019, alegó que la cantante de éxitos como I Kissed a Girl, California Gurls o Teenage Dream ignoró su marca registrada y vendió ropa de Katy Perry a clientes australianos durante sus giras de conciertos en Australia en 2014 y 2018, a través de minoristas y sitios web. La jueza federal Brigitte Markovic dictaminó que la compañía de Katy Perry, Kitty Purry, infringió parcialmente la marca registrada del negocio de Katie Taylor, que vende principalmente ropa en línea, al promocionar los productos de la cantante a través de publicaciones en las redes sociales, según un documento judicial presentado el pasado 25 de abril. “Esta es una historia de dos mujeres, dos sueños adolescentes y un nombre”, aseguró Markovic en el juicio. La compensación económica por los daños ha quedo pendiente de dictaminarse en un futuro próximo.

Taylor calificó el veredicto como “una victoria de David contra Goliat” para las pequeñas empresas. “No solo he luchado contra mí misma, sino que luché por las pequeñas empresas en este país [Australia], muchas de ellas iniciadas por mujeres, que pueden encontrarse contra entidades extranjeras que tienen mucho más poder financiero que nosotros”, dijo en una publicación del blog de su tienda online. También celebró su triunfo en su cuenta de Instagram con un vídeo en el que agradece todo el apoyo que ha recibido. “Han sido 24 horas increíbles”, comentó en su publicación del pasado 29 de abril, “pero el pequeño negocio no para. No importa cuán grande sea la victoria, solo quería dar un enorme agradecimiento a cada persona que me ha ayudado. Esta es una victoria para todos nosotros, es una victoria para los pequeños negocios, es una victoria para la verdad y la justicia, es una victoria para todos a los que alguna vez les han hecho sentir inferiores que alguien, porque todos importamos. Uno de los motivos por los que quería enfrentarme a este gran desafío era para enseñar a mis dos hijos que ante la adversidad y ante alguien que te intimida hay que levantarse por lo que realmente crees. ¡Hemos ganado!”, concluye el vídeo sonriente y con el puño en alto.

La pelea entre la estrella del pop y la diseñadora de moda australiana sobre el nombre homófono comenzó a finales de septiembre de 2008 cuando Taylor registró la marca Katie Perry en Australia, quien asegura que por entonces no sabía de la existencia de la cantante estadounidense. “Imaginad mi sorpresa cuando recibí una carta de los abogados que representaban a la cantante estadounidense, Katy Perry. Dijeron que debía dejar de comerciar con este nombre de inmediato, retirar toda mi ropa y firmar un documento redactado por ellos para decir que a partir de ese momento nunca más volvería a comerciar con este nombre”, escribe en su blog. Y añade: “Me sentí humillada, insultada y sorprendida”. Tras el intento legal de la artista de bloquear el registro y la venta de esa marca de moda, luego abandonó la medida, según dijo Taylor, después de que esta le plantara cara y empezara el proceso legal que ahora ha ganado.

No es la primera vez que los famosos se meten en este tipo de conflictos. En 2014, la estrella de la telerrealidad y empresaria estadounidense Kylie Jenner, de 25 años, solicitó permiso legal para convertir su nombre de pila en una marca registrada, pero de inmediato la cantante Kylie Minogue, de 54 años, protestó al asegurar que dañaría a su productora musical, que lleva también su nombre. “Me he pasado la vida construyendo y protegiendo mi marca, así que creo que hice lo que tenía que hacer”, confirmó Minogue en una entrevista posterior al litigio en el que la cantante australiana fue la vencedora y tras el que Jenner tuvo que renombrar su marca. Más cercano es el caso de María del Mar Cuena Seisdedos, la cantante española anteriormente conocida como Tamara, luego como Ámbar y actualmente como Yurena. Fue demandada por la cantante de boleros Tamara por utilización de su nombre artístico. “Yo decidí renunciar al nombre, que era mío por registro, y se lo regalé”, confesó Yurena en 2021 en un programa de televisión.

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