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Panceta de cerdo asada y marinada con chirimoya y especias

Proponemos un asado rápido elaborado con un corte humilde de cerdo -aunque podemos prepararlo con otra pieza-, lleno de sabores navideños que funciona perfectamente como plato principal.

Jugoso por dentro, crujiente por fuera
Jugoso por dentro, crujiente por fueraALFONSO D. MARTÍN
Alfonso D. Martín

La Navidad está a la vuelta de la esquina, y con ella llegan las reuniones familiares y las discusiones por quién cocina qué, dónde y contra quién. Desde El Comidista estamos intentando facilitarte todo este proceso, ofreciendo recetas nuevas y relativamente fáciles para sorprender a tu familia (si no les gustan, pero a ti sí, pues adelante y ajo y agua, que no hay nada más feo que no agradecer el esfuerzo que hacen otros en la cocina).

Las carnes suelen ser plato obligatorio en las comidas de Navidad dentro de nuestra cultura: asados, carne mechá, en salsa... No solo como platos principales, sino también embutidos y en salazón; como el jamón -serrano o ibérico, depende el presupuesto-, la caña de lomo, el chorizo o el salchichón. Para variar un poco, os traigo un asado de panceta de cerdo con las especias que personalmente me resultan más navideñas: canela, clavo y anís estrellado. Si la panceta no es del gusto de todos por su contenido en grasa, podéis cambiar el tipo de corte de carne -e incluso de proteína- libremente (aunque tendréis que estar un poco más atentos a la cocción, ya que la grasa ayuda mucho a evitar que la carne no se nos pase).

Para darle un poco más de color y dimensión, marinaremos la panceta con chirimoya -dulce y ligeramente ácida-, chiles guajillo y dientes de ajo: todo junto tiene un sabor tan potente que nos permite no tener que marinar la carne durante horas y horas. Si la Navidad os pilla concienciados con el excesivo uso que hacemos en España de la carne; os invito a probar la misma salsa pero con opciones vegetarianas: coles de Bruselas al horno con un poco de chile, o una coliflor asada entera algo menos de una hora a 180 grados. Lo que os sobre -si sobra- va perfecto en sopas, sofritos de arroz o pasta y bocadillos para el día de año nuevo.

Dificultad: La de vaciar la chirimoya.

Ingredientes

  • 1,2 kg de panceta de cerdo sin piel o lomo en una pieza (el corte que se prefiera)
  • 2 chirimoyas
  • 6 chiles guajillos secos
  • 4-5 dientes de ajo
  • 3 vainas de anís estrellado
  • 1 cucharadita rasa de clavo en polvo
  • 1 ramita de canela
  • 2 cucharadas de miel
  • 1 cucharada de sal
  • 1 cucharada de pimienta blanca o negra molida
  • Aceite de oliva

Instrucciones

1.
Cortar los guajillos e hidratarlos en agua caliente (no hirviendo) durante 30 minutos. Mientras tanto, sacar la carne de las chirimoyas.
2.
Triturar la carne de las chirimoyas, los guajillos, los ajos, las piezas de anís, clavo y canela junto a la miel, la sal y la pimienta hasta conseguir una pasta. Si es muy espesa, añadir un par de cucharadas del agua que usamos para hidratar los guajillos.
3.
Salpimentar el cerdo y meterlo en una bolsa de zip con la marinada, reservando un poco sin que entre en contacto con la carne cruda. Marinar mínimo una hora.
4.
Precalentar el horno a 180º, durante 10 minutos o un poco más si sabemos que el horno en cuestión es algo lento. Añadir un poco de aceite a la carne y meter con papel de horno durante 20 minutos (si usáis lomo, evitad el ventilador porque lo secará demasiado).
5.
Subir a 200º y, con una brocha, pintar el cerdo con el sobrante de salsa. Repetir este proceso dos o tres veces -dando la vuelta a la panceta- cocinando tres minutos cada vez.
6.
Sacar del horno, tapar y dejar que repose 15 minutos. Cortar y servir: si sobra, guardar en un táper y servir sobre arroz o para bocadillos.

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Sobre la firma

Alfonso D. Martín
Es cocinero, asesor gastronómico y fetichista de especias y fermentados. De pequeño gateaba al bar de al lado de casa para pedir un huevo duro y después empezó a tener dolor abdominal continuo por echarle picante a todo a escondidas de su madre. Si profanar recetas clásicas fuese un pecado, ya habría pasado los nueve círculos del Infierno de Dante.

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