Menú semanal de El Comidista (29 de octubre a 4 de noviembre)

Las setas frescas son perfectamente sustituibles por secas, y el líquido en el que las rehidratas se puede emplear como sustituto de parte del caldo.

El punto que le dan a la carne las mostazas de Dijon y Pommery (la de granitos) y el brandy es único, y el golpe final de vino tinto, definitivo.

Para escoger un buen ejemplar, fíjate en que sea pesada –respecto a su tamaño– y tenga un color bastante rosado o rojizo.

La versión de esta salsa es ultralight en cantidad de ajo, pero si no teméis que os huela el aliento, podéis echarle más.

Esta vez arropamos la calabaza con pasta, bechamel, bien de queso y a gratinar: gochez y satisfacción aseguradas.

Una base fina estilo coca, castañas asadas, un par de peras y una crema de vainilla: la tarta otoñal definitiva existe.

¿Buscas un entrante sano, fresco, rico y muy fácil de hacer? Pues aquí lo tienes, 100% libre de animalitos y listo para que te lo comas a cubos.

Una receta a medio camino entre la morcilla y la croqueta, pero muchísimo más simple de hacer que cualquiera de las dos. Vegetariana, barata y llena de sabor.

Este bollo es una especie de hermano del brioche y primo del roscón de reyes, a la mexicana, y te hará fallecer de gusto

Un aperitivo, comida, merienda o cena vegetariano –o no, tú decides– que te hará triunfar con muy poco esfuerzo y todavía menos presupuesto.

Cambiamos algunos ingredientes para reducir contundencia y aporte calórico. Unas lentejas sabrosas, nada pesadas y sin renunciar al chorizo.

Todos los Santos es una de las festividades con más arraigo dulcero: la excusa perfecta para currarse este postre tradicional.

De Bilbao de toda la vida, esta menestra es 100% vegetal y es una opción perfecta para variar el menú. Eso sí, va con todo rebozado.

Un tartar de pescado con frutas de temporada, facilísimo de convertir en ensalada añadiéndole un lecho de hojas verdes –por ejemplo, rúcula o escarola– y una vinagreta sencilla a base de de aceite y limón.

Las naranjas son más ácidas al principio de la cosecha, pero van subiendo de dulzor a medida que avanza el frío, así que no te las pierdas.

El all i oli de manzana es un invento sencillísimo de preparar, y consigue rebajar el nivel de aceitazo sin renunciar a la melosidad de la salsa.

Si te cansa ese olor a mandarina pegado a los dedos, te interesa este pastel que, aparte de no llevar harina, sabe delicioso.

Prepararlos es una trabajera, pero cuando se te queden los labios pegados después de mojar pan en su salsa te darás cuenta de que el esfuerzo que hiciste para conseguir los 27 ingredientes valía la pena.

Además del blandito –el de toda la vida– encontramos también el saroni y el persimon, con una textura más parecida a la de la manzana.

Cuando bajan las temperaturas, apetecen las bebidas calenturrias y especiadas. Una copa aromática y cálida te hará sentir como si estuvieras en un refugio alpino.