Menú semanal de El Comidista (6 a 12 de noviembre)

Una crema normal y corriente, con ligeros toques orientales: leche de coco en vez de nata, un poco de chile, jengibre fresco, comino y lima.

Unas albóndigas veganas tiernas como los mofletes de un bebé. Mojarlas en all i oli de manzana asada redondeará una experiencia otoñal completa.

Además del blandito –el de toda la vida– encontramos también el saroni y el persimon, con una textura más parecida a la de la manzana.

Lo mejor es tomarla recién hecha: por algún motivo, el sabor de la lombarda se desdibuja al poco tiempo de entrar en contacto con el aliño.

Picar, formar y a la sartén: hacer una hamburguesa casera no tiene más complicación, y sí muchas ventajas. Añádele unos cuantos aderezos asiáticos.

Una base fina estilo coca, castañas asadas, un par de peras y una crema de vainilla: la tarta otoñal definitiva existe.

Unas empanadillas orientales de shitake o de champiñón. Montarlas tiene un poco de truco, pero seguro que a la tercera ya te salen perfectas.

Un taco de bacalao jugoso y al punto sobre un lecho de verduras especiadas y doradas, con una salsa verde que le da el toque fresco.

Para escoger un buen ejemplar, fíjate en que sea pesada –respecto a su tamaño– y tenga un color bastante rosado o rojizo.

Acompaña este platazo de El Campero con un pan crujiente y ligero -del estilo de la coca de cristal- con un poco de tomate a daditos, aceite, sal y pimienta.

Cuando aparece la pasta en escena, un guiso rápido de calamares se convierte por arte de magia en una salsa.

Un pastel suave y esponjoso como el algodón que te hará ser infiel a tu tarta de queso de cabecera. ¡Con los mismos ingredientes de siempre!

Si te llevas este platazo al curro, te servirá para quedar como el más cosmopolita, aunque no hayas cruzado ni la frontera de tu provincia.

Esta vez arropamos la calabaza con pasta, bechamel, bien de queso y a gratinar: gochez y satisfacción aseguradas.

Esta fruta es rica en pectinas, aminoácidos, fibra y elementos como calcio, hierro o potasio, así que aprovecha las que trae la nueva temporada.

Para degustar el lejano Oriente no hay que complicarse demasiado la vida: un bocadillo de chuleta empanada y una salsa con regusto samurai.

Un postre clásico -que no viejuno- perfecto para ir calentando los motores otoñales y abrigar el estómago.

Controla que el arroz se haga bien sin que el caldo se evapore del todo y acabes comiendo engrudo con granos. Prueba y añade líquido si es necesario.

Este 'falso' tiramisú de mandarina, moras y grosellas resulta más fresco y más ligero que el original gracias a los jugos ácidos de las frutas.

Te recomendamos nueve botellas de este líquido con carácter, comprometido con el medio ambiente y que no lleva nada más que uva.