Tortilla de cruasán: ¿locura o genialidad?
Un restaurante de Barcelona triunfa con una fastuosa tortilla que junta huevo, cruasanes desmigados y diferentes rellenos. Con nuestra receta puedes comprobar si el invento funciona o no.
Compañeros y amigos nutricionistas: no nos lo tengáis en cuenta. Por favor, no nos odiéis, nos juzguéis ni dejéis de trabajar con nosotros. No recomendamos el consumo semanal, mensual ni mucho menos diario de las tortillas de cruasán, pero sí creemos firmemente que es algo que hay que probar por lo menos una vez en la vida. Aunque sea solo para saber si estamos frente a un despropósito o ante el invento que da sentido a la existencia del ser humano en la Tierra.
Si os cae cerca, podéis hacerlo en Les Truites, un restaurante del barrio barcelonés de Sarrià donde la preparan rellena de jamón ibérico junto a más de 180 variedades tortilleras. Tienen desde las más tradicionales, con base de patata -con o sin cebolla- y diferentes añadidos vegetales o cárnicos, hasta otras más arriesgadas como las de café, callos con garbanzos o espaguetis y queso feta. Además, tienen curiosos pasteles y otras guisadas o con jugo.
Si no tenéis pensado pasar por Les Truites lo sentimos mucho por vosotros, pero también podéis preparar en casa la versión que os proponemos, con el relleno que más os apetezca. Es un buen invento para llevar a una cena de esas en las que cada uno aporta algo para picar, y hacerte el misterioso intentando que la gente adivine de qué es (aviso: no es fácil, una vez troceado y empapado en el huevo tiene una textura menos definida, y el sabor tampoco se parece a lo que relacionamos con un cruasán).
Podéis rellenarla con alimentos que mejoren con el calor, como quesos fundentes o embutidos como el jamón o la sobrasada. O si de verdad vais a prepararla solo una vez en la vida, podéis lanzar un órdago y mezclar una de cada. Yo decidí preparar dos tortillas -éramos 10-: una de queso Reblochon con un poco de trufa rallada y otra con un poco de jamón de recebo y Mahón tierno.
Ambas tuvieron muchísimo éxito, aunque los concebollistas echamos un poco de menos la melosidad de nuestro ingrediente fetiche. Como primeriza no sé si estoy capacitada para dar grandes consejos, pero creo que una de las claves para que salga bien es que los cruasanes no sean demasiado dulzones, además de asegurarse de que la proporción cruasán-huevo esté equilibrada para que no quede seca o demasiado líquida. El calor y el tiempo de reposo también son importantes, ya que el cruasán se sigue empapando en el huevo después de salir del fuego, así que la tortilla puede perder un poco de melosidad si tardáis mucho en comerla.
Dificultad: A no ser que quieras hacer tú mismo los cruasanes, ninguna.
Ingredientes
Para una tortilla (4/6 personas)
- 6 huevos de gallinas felices
- 3 cruasanes de la mejor calidad posible
- 50 ml de nata líquida para montar
- Sal
- Pimienta
- 80 g de jamón de recebo en trocitos y 80 g de queso de Mahón
- o 120 g de Reblochon
- Aceite de oliva
Instrucciones
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