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Scones de mantequilla, pasas y avena

Crujientes por fuera y tiernos por dentro, estos scones son el desayuno o la merienda perfecta. Con café, té, mermelada, mantequilla o lo que prefieras: incluso puedes hacerlos en versión salada.

Bocaditos ingleses de felicidad
Bocaditos ingleses de felicidadTONATIUH CORTÉS

Los mejores scones de la galaxia son también los más fáciles de hacer. Hay pocas recetas que tengan tal versatilidad y admitan tal cantidad de variantes como ésta, y que, al mismo tiempo, sean tan sencillas y buenas. La única dificultad que comporta, si podemos llamarla así, reside en aguantarse las ganas de amasar: olvidaos completamente del amasado francés y dejadlo para otra ocasión.

Porque, ¿cómo se consigue esa textura tierna por dentro y crocante en la corteza? ¿Esa sensación de estar mordiendo algo entre galleta y bizcocho? La clave es simplemente ésa: amasar lo mínimo indispensable para evitar cualquier desarrollo del gluten, por poco que sea.

A la simplicidad de su elaboración hay que añadir que, una vez formados, los scones se pueden congelar durante meses y sacarlos para hornear en cualquier momento. Tradicionalmente acompañan el desayuno, pero podéis adaptarlos a cualquier momento del día: desde la receta más básica hasta la más experimental, admiten casi cualquier ingrediente que podáis imaginar. Desde frutos secos hasta fruta deshidratada, pasando por cosas menos ortodoxas como cebolla, bacon, etc.

Cambiad sin miedo los 305 gramos de pasas por la misma cantidad de cualquier otro fruto seco que queráis: nueces, avellanas, almendras, dátiles, fruta confitada, etc. O sustituidlas por algún ingrediente salado, como queso rallado, tomates secos, olivas, etc. Dependiendo de cada ingrediente, habrá que corregir ligeramente la hidratación final, añadiendo leche o restando nata.

La versión que os proponemos es el resultado del trabajo de años y años de nuestro equipo de I+D, reúne lo mejor de este mundo y tenéis mi palabra que es un éxito seguro. El resultado es un bollo tierno y meloso, que se funde al contacto con el paladar y que desconcertará por la redondez y el equilibrio de sus aromas. Es ideal para tomar sólo o acompañado de una buena cucharada de clotted cream, mantequilla, mermelada o lo que os apetezca.

Ingredientes

  • 825 g de harina floja
  • 175 g de harina de avena
  • 150 g de azúcar
  • 56 g de impulsor
  • 8 g de sal
  • 250 g de mantequilla, fría
  • 305 g de pasas (mejor si son de corinto)
  • 559 g de nata para montar (35% materia grasa)
  • 75 g de miel de mil flores (en su defecto, cualquier otra)
  • 112 g de huevos
  • Unos 150 g de leche, para afinar la hidratación

Instrucciones

1.
Mezclar con unas varillas o un robot de cocina la nata, la miel y los huevos. Reservar.
2.
En un bol grande –en él mezclaremos la totalidad de los ingredientes– mezclar las harinas, el azúcar, el impulsor y la sal. Reservar.
3.
Cortar la mantequilla fría en trozos pequeños y añadir, junto con las pasas, a los ingredientes secos.
4.
Verter los ingredientes líquidos, excepto la leche, en el bol de los ingredientes secos y mezclar con la mano y los dedos juntos, haciendo un movimiento de pala desde abajo hacia arriba. Trabajad la masa lo menos posible: con más amasado se corre el riesgo de endurecer el resultado. No os preocupéis por los trozos de mantequilla que os quedarán sin deshacer, ese es parte del encanto de esta receta
5.
Hay que acabar con una masa seca pero no dura, en un punto que sea cómoda de trabajar. Corregid la hidratación hasta donde sea necesario con los 150 g de leche.
6.
Dejar reposar el resultado en la nevera unos 10 minutos, bien tapado. Retirar del frío, volcar la masa sobre la encimera y dividir en piezas de 100 g. Ayudaros para esto de una rasqueta plástica y un poco de harina espolvoreada por encima de la masa.
7.
Hornear a 175º C durante unos 12 minutos o hasta que tengan un color dorado y en el centro sobrepasen los 92º C. O los podéis congelar y utilizar en caso de emergencia, en cuyo caso es mejor dejarlos toda la noche en la nevera para que se descongelen lentamente.

Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta #RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un mail a defensoracomidista@gmail.com

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