Fajitas anti Trump
Donald Trump fracasó con su propia marca de carne en 2007. Mientras rezamos porque vuelva a pegársela en las elecciones, preparamos unas fajitas nacidas entre sus inmigrantes menos favoritos, los mexicanos.
Este texto se publicó originalmente en la revista 'Tentaciones'.
¿Necesita el mundo otro artículo sobre Donald Trump? Seguramente no, porque salvo que seas un eremita sin teléfono ni 4G, ya conoces al personaje y a la colección de infelices, miedicas, catetos o racistas (o las cuatro cosas a la vez) que le han aupado a la candidatura a la presidencia de Estados Unidos. Y seguramente estarás hasta la pepitilla de leer sobre sus memas propuestas, como la de construir un muro en la frontera con México (y pretender que éste país lo pague). Sin embargo, creo que en España no se ha hecho suficiente hincapié en una de las iniciativas empresariales más locas de este ser: los Trump Steaks.
Steak significa “filete” en inglés, y eso es más o menos lo que nuestro hombre puso en el mercado en 2007 bajo la susodicha marca: solomillos, chuletones y hamburguesas a precio de oro que se promocionaban, muy al estilo entre vendemotos y abusón de su impulsor, como “los mejores del mundo”. Por si el hecho de que Trump vendiera carnaca no era de por sí suficientemente estrambótico, el canal de distribución superaba lo imaginable: ésta se compraba congelada en la tienda de artículos electrónicos friquis Sharper Image o en la teletienda QVC.
Aunque el producto podía tener su público -aspirantes a magnates, garrulos hiperheterosexuales, hombres de las cavernas y otros potenciales admiradores simultáneos del vacuno y de Trump-, los filetes fueron un rotundo fracaso. Las críticas de los compradores en QVC.com fueron demoledoras, y la revista Gourmet consideró los steaks “comestibles, pero no particularmente buenos”. Las ventas fueron tan flojas que la aventura duró dos meses.
Diría que Trump Steaks es un ejemplo de las baladronadas de un señor que se presenta a sí mismo como un empresario ganador, cuando no es más que un majadero cargado de dólares. También se puede interpretar como augurio del desastre al que puede llevar a EEUU de resultar elegido. Pero quizá la mejor conclusión posible del caso la hizo Martha Stewart en su momento: la gurú doméstica dijo que era “una lástima” que los filetes no fueran del propio Trump despiezado.
Mientras rezamos para que Donald no llegue a presidente, preparemos unas fajitas provenientes de esa inmigración que tanto le gusta, la mexicana.
Dificultad: Hasta Ello podría hacerlas.
Ingredientes
- 800 g de cualquier corte tierno de ternera en una o dos piezas
- 1 pimiento rojo
- 1 pimiento verde
- 1 cebolla roja
- 1 chile jalapeño
- 2 dientes de ajo
- 2 limones
- 1 cucharadita de comino
- Aceite de oliva
- Sal y pimienta negra
Instrucciones
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