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Ensalada de brócoli y pepino con vinagreta de limón y pipas

El brócoli crudo tiene un sabor herbáceo y un poco dulce que desarma a sus detractores más acérrimos. Podemos usarlo entero si laminamos el tallo y lo encurtimos ligeramente con zumo de limón

Crujiente, fresca y con un toque de acidez
Crujiente, fresca y con un toque de acidezMònica Escudero

Las ensaladas son un buen plato en cualquier momento del año, porque poner en el centro de la mesa algo fresco, bien aliñado y con ingredientes que aporten sabores y texturas contrastadas -un crujiente por aquí, un toque ácido por allá- siempre es una fiesta. La de hoy es un buen plan para que los reacios al brócoli puedan repensar su relación con esta brassica, que cruda tiene un sabor y aroma herbáceo y ligeramente dulce que no tiene mucho que ver con su versión cocida (y nada con la sobrecocida).

Si tienes una mandolina, es el momento de sacarla: te hará la vida más fácil en todos los cortes -de los floretes, de los tallos, de la cebolla y del pepino-; si no la tienes, un cuchillo grande y bien afilado harán el trabajo estupendamente (un rallador grande también irá bien para los floretes). Hemos usado pepino porque este verano se está despidiendo tan poco a poco que todavía hay, pero si no lo tienes a mano puedes sustituirlo por una manzana ácida como la Granny Smith o gajos de naranja cortada a lo vivo. En estos casos prueba la ensalada antes de añadir más limón que el que ya tienen los tallos, tal vez la acidez de las frutas sea suficiente.

El único truco que tiene esta ensalada es respetar los procesos de aliñado: los tallos necesitan un poco de reposo para perder un poco de fuerza al mordisco y ser menos agrestes. El tiempo total dependerá bastante del grosor que tengan; cuanto más finos, menos. Si quieres acelerar al proceso o te da igual perder la doble textura, puedes rallar también los tallos; en este caso con ponerlos cinco minutos antes que el resto será más que suficiente.

Usé pipas de girasol tostadas y aceitunas negras porque a) me gustan y b) las tenía a mano, pero las primeras podrían cambiarse sin problema por pipas de calabaza, nueces, anacardos, avellanas o almendras, y las segundas por las que más te gusten (aunque yo evitaría las rellenas de anchoa). Solo hay que tener en cuenta la sal que aportan o no estos ingredientes cuando vayamos a aliñar: unas aceitunas yeyé y unas nueces, por ejemplo, aportarán mucha menos que unas muertas o kalamata y unos anacardos fritos y salados. Si quieres convertirla en un plato único, ponle una base de legumbres o cereales cocidos y plántale encima un huevo en tu punto favorito: no tiene fallo.

Tiempo: 20 minutos

Dificultad: La de cortar fino el tallo del brócoli

Ingredientes

4

  • 1 brócoli mediano (unos 400 g)
  • 2 pepinos medianos
  • 1 cebolla roja
  • Un puñado de aceitunas (yo usé negra de Aragón)
  • Un puñado de pipas peladas tostadas
  • Aceite de oliva (si puede ser, virgen extra)
  • 1 o 2 limones o limas
  • Sal
  • Pimienta

Instrucciones

1.

Desechar uno o dos centímetros de la base del brócoli y pelar un poco el tallo. 

2.

Rallar o cortar la parte de los floretes. Cortar los tallos -el principal y los de los floretes- muy finos con ayuda de una mandolina, si se tiene, o un cuchillo bien afilado, separando en dos boles tallos y floretes. 

3.

Aliñar los tallos con un poco de sal y un buen chorro de zumo de limón, dar unas vueltas para que se empape bien y dejar reposar unos diez minutos, removiendo un par de veces en el proceso. 

4.

Mientras, pelar y cortar la cebolla roja a pluma. Cortar también el pepino en rodajas finas, desechando las puntas y quitando algunas tiras de la piel si es muy gruesa. 

5.

Pasados los diez minutos, probar los tallos: deberían estar un poco menos duros y tener sabor a limón. Si están al punto -o casi- añadir la cebolla roja, dar unas vueltas y dejar todo junto tres minutos más (si las láminas siguen muy duras, esperar unos minutos más antes de poner la cebolla). 

6.

Escurrir un poco la mezcla de tallos y cebolla y llevar a una ensaladera con los floretes, el pepino y la mitad de las pipas. Aliñar con aceite de oliva al gusto -yo puse cuatro cucharadas- sal, pimienta y un poco de zumo de limón (poco, porque los tallos ya lo llevan incorporado). 

7.

Remover bien, probar y si es necesario ajustar el aliño (se puede servir con unos trozos de lima o limón por si alguien quiere más acidez). Repartir encima el resto de las pipas y las aceitunas y servir. 

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