Rosquillas de San Isidro: ¿tontas, listas, francesas o de Santa Clara?
Cerca del 15 de mayo vuelven a las pastelerías madrileñas unas rosquillas con distintos niveles de inteligencia. La profesora de cocina Bea Garaizabal nos explica su origen, y aprendemos a prepararlas en El Riojano
Las rosquillas de San Isidro no son para todo el mundo. Venidas de tiempos de escasez de materias primas -y abundancia de anís para mojarlas-, su relativa sequedad puede resultar difícil de comprender para algunos paladares contemporáneos. Sin embargo, son ricas tanto en historia como en variedades, nada menos que cuatro con distintos niveles de inteligencia y finura: las listas, las tontas, las francesas y las de Santa Clara.
¿De dónde sale esta tradición que vuelve cada mayo, al acercarse la fiesta del patrón de la ciudad el día 15? La cocinera y profesora de la Escuela Telva Bea Garaizabal nos explica el origen de las rosquillas y en qué se distingue cada variedad, y como bonus track, ofrecemos la receta de las rosquillas listas de una de las pastelerías históricas del centro de la capital, El Riojano.
Rosquillas listas de la pastelería El Riojano
Tiempo: 60 minutos
Dificultad: Media
Ingredientes
Para unos 400 g de rosquillas aproximadamente
Rosquillas
- 3 Huevos
- 85 g de aceite de oliva suave
- 25 g de azúcar
- 225 g de harina de repostería
Almíbar
- 1 litro de agua
- 500 g de azúcar
- Esencia de limón o 2 cucharadas de zumo
Glasa
- 50 ml de café expreso
- 100 ml de agua caliente
- 500 g de azúcar glas
Instrucciones
Batir los huevos, el aceite y el azúcar.
Cuando el azúcar esté disuelto, añadir la harina. Mezclar durante 10 minutos aproximadamente hasta que quede una masa homogénea y algo babosa.
Volcar la mezcla sobre la encimera untada en aceite. Estirar hasta obtener un churro. Formar las rosquillas y colocar sobre una placa con aceite.
Hornear a 240 °C. Cuando la rosquilla raje, bajar la temperatura a 150 °C. El proceso de cocción dura 20 min aproximadamente. Retirar del horno y dejar secar hasta el día siguiente.
Preparar el almíbar calentando el agua y el azúcar hasta que este se disuelva. Aromatizar con el zumo o esencia de limón y dejar enfriar.
Preparar la glasa batiendo el agua y el café calientes con el azúcar glas.
Mojar las rosquillas en el almíbar ligero de limón y colocar sobre una rejilla para que escurran. Una vez estén escurridas, bañar con la glasa y dejar que se seque.
Síguenos en TikTok, Instagram, Twitter y Facebook