Doce vinos frescos que apetecen en verano
Tintos, blancos o rosados, estos 12 vinos son tan frescos y ligeros que no querrás despegarte de ellos durante los meses de calor.
No voy a insistir en esta introducción con que en verano apetecen vinos frescos. Es un lugar común y, además, bastante haces con aguantar el calorazo. Así que seré muy escueto: Los vinos que vienen a continuación, ya sean blancos, tintos o rosados, entran muy bien en lo más tórrido del verano, punto.
Hunky Dory Vinyes Tortuga
“¿¡Pero qué maravilla es esta?!”, me exclamé a mí mismo la primera vez que bebí esta garnacha. Antes que Hunky Dory –efectivamente, bautizado en homenaje a David Bowie–, yo solo había probado una diminuta copita de otro vino de Vinyes Tortuga, que también me gustó y me pareció refrescante. Pero esto es sobrenatural. Un tinto poco típico, jugoso, muy frutal, con notas verdes y una acidez espectacular. Es un vino natural fermentado con levadura indígena, así que no vayas con prejuicios. ¡Sabe a verano!
Precio: 22,50 euros.
Parés Baltà Cosmic
Lo de Parés Baltà me parece de otro mundo. Esta gente cultiva 200 hectáreas en biodinámica y se marcan 30 vinos impecables. Este Cosmic es un Xarel·lo cultivado en un parque natural del Penedès que da alegría verlo –Parque de El Foix–. Al Xarel·lo le ponen un poquito de Sauvignon Blanc, que lo perfuma un poco y le aporta más frescura si cabe. A nivel aromático puedes esperar flores, fruta blanca y notas cítricas.
Precio: 10 euros.
Sassó Finca Parera
A Rubén Parera lo vi por primera vez en el documental Fermentación Espontánea, de Clara Isamat, dedicado a los vinos naturales. Me cayó bien desde el primer momento porque Rubén tiene muy buena barba y porque decía de este vino suyo algo así como que era un estilo de vida. Le pegaba un sorbo y le cambiaba la cara. Quise probarlo, a ver si me cambiaba la cara a mí también… y funcionó. Recuerdo echar el primer trago y que me mejorase el humor. Es otro Xarel·lo, este monovarietal y muy característico. Notas de hinojo, de limón y con cierta amargor final que limpia la boca.
Precio: 15,85 euros.
Macabeu Brisat Natural 2019
Tomas Cusiné es un bodeguero de Costers de Segre que este año lo ha petado mucho con sus microvinificaciones. Ha hecho cosas muy buenas Y muy raras, también. Una de las buenas –no tan rara– es este vino blanco que deja macerar con sus pieles –a eso en Cataluña le llamamos vino brisat o de brisa–. Esto le aporta algo de colorinchi y, de paso, tanicidad, que es esa sensación que te deja la boca algo seca. A veces mucho, si la persona que ha hecho el vino se ha pasado de frenada o lo han sacado al mercado con pocos años. Es un blanco de Macabeu (Viura) que te aguantará comidas veraniegas de principio a fin, con estructura y un final más largo que la puesta de Sol en Formentera.
Precio: 14 euros.
Cantayano 2019
No podía faltar un Verdejo. Pero qué Verdejo. En boca es una explosión de sensaciones. Es fresco, tiene una acidez buenísima y poco a poco va sacando aromas que van del hinojo y los cítricos hasta el aroma a pasto seco. A mí me recordó a un helado de Dellasera (famosa heladería de Logroño y una de las mejores de España) que se llama, precisamente, Paseo de Verano. En fin, es un Verdejo auténtico, sin putiferar, no sabe a frutas exóticas ni a chucherías, y por eso, entre otras cosas, no se puede vender como D.O Rueda. Pero es más Verdejo que muchos Rueda.
Precio: 10,20 euros.
Pio Pio
Constantina Sotelo es una señora muy maja que hace vino en Rías Baixas y que solo trabaja con Albariño, que yo sepa. El caso es que tampoco está en la DO y no puede venderse como Rías Baixas. En fin, chorradas. A mí me gusta mucho como define este vino en su web, así que voy a copiar lo que dice: “El vino Pio, Pio es un vino divertido, es un vino muy aromático que tiene una nariz muy floral, en boca es muy fresco y sabroso, dicen que da una sensación muy divertida ya que parece como si estuviera lloviendo dentro de la boca”. Pues nada, que te lloverá la boca.
Precio: 20,60 euros.
Ruf & Ann Rufete
Yo creo que la variedad Rufete, propia de la DOP Salamanca, una DOP inteligente que potencia las variedades autóctonas, no como otras, nos dará muchas alegrías. Este es un vino natural, elaborado cien por cien con Rufete, que destaca por una acidez volátil muy pungente. Pero eso es al abrirlo. Decántalo –viértelo en una jarra– y déjalo 20 minutos. El oxígeno hará su magia y empezarán a salir notas florales y frutales: cereza, violeta, regaliz… Es un vino delicado y muy ligero.
Precio: 19,40 euros.
Daterra Portela do Vento Blanco
Pues no, la uva Palomino no solo se hace en Jerez, Sanlúcar y el sur de Andalucía, en general, sino que se da muy bien en Galicia. Este ejemplo viene de Ribeira Sacra, donde Laura Lorenzo, una viñadora que trabaja en natural, lo elabora mezclado con algo de Doña Blanca, Colgadeira y Godello. Espera acidez, aromas como de almidón y una suavidad inusitada. Yo creo que esto tiene que funcionar de maravilla con comida japonesa. Y gallega, claro.
Precio: 14,15 euros.
Lar de Maía, 8º Rosado
Lar de Maía es una bodega familiar que, cansada de vender su uva a otros, está haciendo tres vinos bastante interesantes. Sobre todo este rosado, de nombre Octavo. Es un nombre regulinchi, que se refiere al mes del año en el que lo embotellan (agosto), pero el vino está muy bien. Encontrarás fresas y frambuesas y una muy buena acidez. Además, la botella es muy bonita.
Precio: 24 euros el pack de dos botellas.
Viña Mein
Entro en la recta final con un blanco gallego de sacarse el sombrero, si es que llevas. Esto es Treixadura con un poco de Godello y alguna variedad más. No toca madera, y es un vino fresco, con una acidez fantástica. Es uno de los referentes de la D.O. Ribeiro, además. Más fresco, el aire acondicionado.
Precio: 10,10 euros.
Petit Pittacum
Esta Mencía del Bierzo da mucho más de lo que cuesta. Es un vino muy expresivo, con aromas de frutas rojas y flores, pero también recuerda su paso por madera. En boca es ligero como una pluma y muy suave y te irá de coña con un arrocito de carne o con una pasta. También lo puedes tomar de copeo y quedarte tan ancho, claro.
Precio: 5,75 euros.
Cullerot
Y ya acabo. Elaborado en Valencia, con un montón de variedades, este blanco destaca por ser fresco y sedoso, maravillosas cualidades proporcionadas por su crianza en tinajas de barro y un trabajo de removido de sus lías. Es citrico, anisado, y recuerda a alguna fruta blanca, como peras o manzanas. Un vino muy versátil, arreglado e informal, para tomar en el chiringuito y en una cena con el amor de tu vida.
Precio: 8,90 euros.
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