Jordi Roca abre un bar especializado en sándwiches (a partir de 5,50 euros) en el centro de Girona
El nuevo proyecto del repostero de El Celler de Can Roca, Bikineria Rocambolesc, está al lado de la confitería y la heladería del mismo nombre
Clásico, ibérico, pastrami y vegetal. Con esta simple tetralogía, Jordi Roca inauguró ayer al mediodía la Bikineria Rocambolesc, un bar de sándwiches en el centro de Girona, justo al lado de donde ya tiene la heladería y la confitería del mismo nombre, un proyecto que ya suma once años y lleva junto a su mujer, Alejandra Rivas. Con el nombre que se le da al típico sándwich planchado de jamón y queso en Cataluña, bikini, el pequeño de los Roca reivindica el bocadillo que gusta a todo el mundo, convirtiendo este rincón de su ciudad, entre la calle Santa Clara y la calle de les Hortes, junto al puente Eiffel, en un triángulo donde procurarse una comida, merienda o cena. Rocambolesc da una vuelta de tuerca más a su desenfada propuesta, pasando del mundo frío al caliente y del dulce al salado.
“Puedes tomarte un bikini, un helado y luego los petit fours, los tres locales se complementan”, apuntaba ayer al mediodía Jordi Roca en un evento previsto para prensa y colaboradores, pero que acabó convirtiéndose en una improvisada apertura, justo antes del día oficial, que es este viernes. Alejandra y Jordi abrieron las puertas para enseñar el nuevo espacio en privado, pero la subida de la persiana no pasó inadvertida y muchos ciudadanos se acercaron a descubrir la novedad. Como ya estaba todo a punto para abrir, de forma espontánea empezaron a despachar sándwiches. Nadie parecía sorprendido de la anticipación, más bien todo fue muy festivo, con un dj amenizando la velada. Y hasta Jordi y Ale pidieron a las primeras clientas que se sentaron en una mesita que se hicieran una foto con ellos.
En la confitería que queda justo al lado, en un ambiente más tranquilo, Jordi Roca contaba cómo surgió la idea de la Bikineria. El local donde se encuentra quedó vacío y ellos no dudaron en aprovechar la oportunidad de cogerlo por ser colindante a sus otros comercios. En medio de una lluvia de ideas apareció la opción de la taquería, puesto que Alejandra es mexicana, pero ya había varias en la ciudad. Así que pensando en bocadillos para llevar apareció como un chispazo el bikini, un clásico que nunca pasa de moda y que bien hecho es una delicia. Tuvieron claro que iban “a reivindicar el bikini”, apunta, remarcando que probarán recetas variadas que irán cambiando.
Aparte del clásico de jamón y queso (5,50 euros), con una masa fina, esponjosa y crujiente, sin corteza, y generoso en el relleno, querían aportar algún sabor rompedor y lo consiguen con el bikini de pastrami (6,50 euros), que lleva ternera de Girona cocida durante 72 horas a baja temperatura, especias y su chucrut. Jordi cuenta que esta receta está inspirada en un plato que había en el menú de El Celler de Can Roca hace tres años, el pastrami de ternera con puré de apionabo y verduras encurtidas. Y avanza que esta derivación puede volver a darse con los emparedados que vayan incluyendo.
En este espacio, presidido por una barra de madera detrás de la cual se ven las sandwicheras, y un banco largo que acoge cuatro pequeñas mesas redondas, la aventura ha empezado con dos bikinis más. El de jamón ibérico con burrata y trufa y el vegetal (6,5 euros ambos), relleno de berenjena escalivada, queso y trufa; todo con ingredientes de proximidad y cuidando al detalle el montaje y planchado para entregarlos en una papelina para comer con las manos. De bebida, la opción que quieren potenciar es el zumo de manzanas natural con la fruta de Girona con sello IGP (Indicación Geográfica Protegida), pero también sirven agua y cerveza, a la espera de ver si los refrescos son muy demandados. Como acaban de inaugurar, hay detalles que se irán perfilando.
Como su nombre indica, esta marca es rocambolesca, como la colaboración que han hecho con la nadadora Ona Carbonell. En el mismo espacio, hay un rincón con los bikinis de su nueva marca de baño sostenible. También presente en el evento, Ona contaba que Jordi y Alejandra le hicieron la propuesta por la amistad que les une. Le pareció divertida la idea de empezar a promocionar sus bikinis en una bikineria y allí están, expuestos en un rincón cercano al baño, amplio y con un espejo de pies a cabeza que sirve también de probador. Ona pretende sacar al mercado su nueva firma la próxima primavera. Cada día de 11.00 h a 22.00 h y los sábados hasta las 23.00 h, el público podrá probarse un bikini y zampárselo.
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