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Viscoso, fermentado y oloroso: qué es el ‘natto’ y por qué lo toma todo el mundo en redes sociales

Popularizado entre aristócratas y guerreros nipones durante el siglo XII, es tendencia mundial gracias a TikTok y se puede comprar en supermercados asiáticos en España

Natto
Natto, el fermento japonés de moda.GETTY IMAGES

Una chica de unos 20 años se graba con el móvil abriendo uno de los muchos congeladores que hay en un supermercado de productos asiáticos en pleno centro de Madrid. Sigue grabando, mientras de su interior saca un pack de cuatro envases de natto, el fermentado japonés de moda en TikTok. Deja de grabar y se dirige hacia la caja para pagar los 3,50 euros que cuesta el paquete, que probablemente haya comprado para subir un vídeo a la plataforma reaccionando a su sabor. La escena ocurrió hace unos días en Hualian Market, en la calle de Leganitos de la capital, donde, al igual que esta chica, yo también acudí a comprar natto para hacer algo muy similar a lo que supongo que hizo ella: contar a qué huele, a qué sabe y, sobre todo, qué tiene de especial para que tanta gente no pare de comerlo en internet.

A quienes veían Shin Chan puede que les resulte bastante familiar. Su textura es viscosa, su olor intenso y su único ingrediente son los granos de soja fermentados. Así de primeras, el natto no parece tener demasiados elementos a su favor para convertirse en un alimento viral, sin embargo, este plato japonés ha logrado hacerse un hueco en el algoritmo de TikTok a base de vídeos que son un 50% gente explicando cómo debe comerse y otro 50% gente reaccionando a su sabor, e incluso documentando su proceso para acostumbrarse a él. Parte de esta viralidad se la debemos a Lizzo. Hace unas semanas, la cantante se grabó probándolo junto a una amiga que “come natto cada mañana” y el veredicto fue claro: “Bitch, I fucking like it”. Vamos, que le gustó. Mucho. De hecho, volvió a comerlo unas semanas después, esta vez mezclándolo con arroz, jengibre y wasabi.

El olor del natto es una de las primeras cosas que llaman la atención al probarlo por primera vez. Hay a quien le recuerda al amoniaco, a la levadura y quien lo cataloga como indefinible o repulsivo, pero a mí, sinceramente, me olió bien y su aroma me recordó bastante al del café. ¿Y qué hay de su textura? Su viscosidad viene dada por la fermentación de los granos de soja, previamente cocidos, con la bacteria Bacillus subtilis, que, además, le proporciona su característico sabor. El sabor quizá sea lo más difícil de describir: recuerda al gusto de algunos quesos y, al mismo tiempo, tiene toques de frutos secos y un ligero dulzor.

Granos de natto en un recipiente tradicional de paja.
Granos de natto en un recipiente tradicional de paja.GETTY IMAGES

En España, comprarlo es relativamente fácil si acudimos a supermercados asiáticos, sin embargo, encontrarlo en restaurantes no es tan sencillo. En Madrid, Donzoko (calle de Echegaray, 3) es uno de los pocos en los que se puede degustar. Allí lo sirven de dos maneras: solo, para que el comensal lo mezcle con el plato que prefiera, o acompañado de atún crudo y alga nori. “Con esta segunda preparación hacemos que la textura en boca del sashimi prevalezca y que el intenso sabor del atún y el alga nori modere el del natto”, explica su director, Ángel Fernández. Si en su restaurante lo sirven es precisamente porque entre su público habitual se encuentran comensales japoneses, que se lo piden con frecuencia. En Japón, cuenta González, el natto “es muy popular y de consumo cotidiano, de la misma forma que el queso y el yogur en los hogares europeos”. Y aunque el que sirve en Donzoko tiene una textura y un sabor más suave “que el que nos encontraríamos en una izakaya japonesa”, reconoce que no es el plato que más le piden los clientes locales, ya que “sigue siendo un producto bastante alejado de la gastronomía española y europea”.

La verdad es que es una comida que divide: o lo amas o lo odias. Incluso en Japón no a todo el mundo le gusta, pero para quien lo consume, es habitual hacerlo en el desayuno, mezclado con arroz blanco. Y aunque su popularidad haya resurgido gracias a TikTok, es una comida centenaria. “En el registro histórico en Japón consta que este alimento se introdujo en el siglo VIII y se popularizó entre los aristócratas y guerreros durante el periodo Kamakura [entre los siglos XII y XIV], junto con el tofu, en la cocina vegetariana budista”, cuenta el director de Donzoko, que destaca también algunas de sus propiedades nutricionales: “Es rico en proteínas, vitaminas B6, E y B2, potasio, magnesio, calcio y hierro”. Menciona, además, una serie de beneficios para la salud que suelen citarse entre las bondades de este fermentado: “Estimula la renovación celular, retrasa el envejecimiento de la piel y mejora el flujo sanguíneo”.

¿Qué ha hecho para que TikTok caiga rendido a sus pies?

Parte del encanto del natto reside, sin duda, en el “reto” que supone probarlo y en la curiosidad que despierta su aspecto. Fuera de Japón, nadie está muy habituado a él, ya que es una de esas comidas que exigen un cierto gusto adquirido. Entre quienes hacen vídeos comiéndolo por primera vez, hay gente a la que le repugna el olor y esos hilos que aparecen en cuanto te lo llevas a la boca, y hay quien le ha encontrado el punto, como Lizzo. En el otro lado están las personas japonesas que disfrutan de este plato tradicional con la naturalidad propia de quien saborea la gastronomía cotidiana, adaptándola a sus gustos, con más o menos salsas y mezclándolo con ingredientes de todo tipo, desde huevo hasta helado. El célebre cocinero y tiktoker japonés Bayashi también tiene varias recetas con natto, entre ellas, un espectacular sándwich de queso a la plancha.

Otra de las razones que están detrás de la popularización del natto en redes sociales es que comerlo implica un pequeño ritual, que comienza con la apertura del envase de poliestireno. Las habas de soja vienen cubiertas con una capa de plástico que se puede retirar sin más o con alguno de los trucos o hacks que se comparten en TikTok para evitar que los pegajosos hilillos se enreden por el camino. El más extendido consiste en hacer un pequeño agujero con los palillos en una esquina del envase y, a través de él, tirar del plástico protector para sacarlo.

A continuación, se le echan los dos condimentos que vienen dentro, mostaza y salsa de soja. Esta última puede variar dependiendo de la marca, la que yo compré, por ejemplo, contenía mirin (vino de arroz) y vinagre. Luego se remueve con insistencia —la recomendación más extendida en TikTok dice que unas 50 veces—, lo que hará que la babilla que recubre los granos de soja aumente, volviéndolos aún más viscosos. Puede que no estemos acostumbrados a texturas de este tipo, pero lo cierto es que es muy divertido arrastrar esos hilos que parecen telarañas mientras dibujas círculos en el aire intentando enredarlos para que no se te queden pegados a la barbilla.

Como explicaba la tiktoker Shannah Mau, cuyo vídeo comiendo natto es uno de los más virales de la plataforma, independientemente de si nos gusta o no el sabor de este alimento y más allá de lo que opinemos sobre su apariencia, es importante tener en cuenta que cada cultura tiene diferentes comidas tradicionales y que no está de más acordarse de respetarlas cuando nos acerquemos a ellas. Tampoco está de más incorporar nuevos sabores a nuestra dieta que desafíen un poco a nuestro paladar.

@shannahmau

another natto lunch because it’s affordable and i’m a broke college student! and because it’s super yummy and healthy. time to go to class now! #fyp #foryou #foryoupage #natto #nattohack #college

♬ Love You So - The King Khan & BBQ Show

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