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Clases particulares, un negocio en auge

El hecho de que casi la mitad del alumnado en España acude a academias privadas pone en cuestión la eficacia del aprendizaje en la jornada escolar

EXTRA COLEGIOS 032025
Maskot (Getty Images)

Convertido en bien de primera necesidad, el recurso a las clases no regladas o extraescolares ya no es excepcional. Martina, estudiante de 1º de bachillerato que prefiere no revelar sus apellidos, va este curso a un centro de apoyo escolar cerca de su casa. Vive en el madrileño barrio de Argüelles y tuvo complicado elegir porque en cada flanco de su manzana hay una academia, y otras tantas en los alrededores; algo común en otras zonas y no solo en la capital (donde se contabilizan unos 500 de los 15.000 centros nacionales).

“Lo bueno es que te dejan probar gratis y luego depende de los horarios que te ofrecen, no solo de la forma de ayudarte, aunque eso sea lo más importante”, comenta. Tras testar varias academias, ha optado por hacer refuerzo de Matemáticas en Nuevo Futuro, a cinco minutos de su portal. Carlos Otto, su director, abrió hace 22 años su primer negocio en el barrio de Delicias y ahora cuenta con cuatro locales en la ciudad, pues considera que “la presencialidad es esencial para dar clase a adolescentes”; los alumnos de entre 13 y 17 años son los que predominan en sus centros. Asimismo, la demanda de “esta asignatura estrella” es la que va a más; “lógico, cuando el sistema educativo se basa en lo memorístico, algo que con los números se agrava”, indica Otto.

Una complicación añadida es que “a los matemáticos se los rifan las empresas; nos las vemos y deseamos para conseguir docentes. Y cuando los tenemos ya formados, en unos dos meses, para impartir nuestro sistema de enseñanza, nos los quitan”, relata Antonio Barbeito, consejero delegado de Mundoestudiante y presidente de la Asociación de Academias de Enseñanza de Madrid (Ascade), quien acaba de vivir “la mayor tormenta laboral de la empresa al salir unas 30 personas de plantilla en medio año”, lamenta. Este emprendedor, que espera haber crecido a finales de 2025 un 50% con su apuesta personalizada, digital y estandarizada, prefiere referirse al negocio iniciado por su padre como un servicio educativo o bien, tutoring. Para él hay un cambio de tendencia importante. “Las clases particulares ya no van ligadas en exclusiva a las dificultades académicas. Son otra pata del aprendizaje y las familias recurren a ello igual que apuestan por la sanidad privada”, añade. Otra novedad es que “los clientes se apuntan todo el curso y no solo en exámenes. El sector ha cambiado mucho desde hace siete u ocho años, y la llegada de la covid lo propulsó y metió en la cesta de la compra”, indica Barbeito.

Cálculos e inglés

El responsable del método Barbeito coincide con Carlos Otto en que el caldo de cultivo estaba ahí. “Una bola de nieve que suma esa carencia vocacional del profesorado, con unos padres que cada vez delegan más y, a la vez, sobreprotegen”, apunta el segundo. Sin embargo, para María Luisa García Gurrut­xaga, que en su día presidió el Consejo Escolar de Euskadi y fue miembro del estatal, “la exigencia debería dirigirse a los centros educativos, en lugar de asumir esa falta de confianza en ellos. La ley contempla el refuerzo escolar como algo obligatorio, así como la evaluación continua y competencial, no solo de conocimientos que fomentan un aprendizaje bulímico, como queda también patente al impartir inglés. Urge un replanteamiento. En primaria se hace bien, luego se puede”, opina García.

En concreto, 3.120 alumnos vascos de dicha etapa han comenzado con refuerzo en competencia lectora y matemática este 2025. Y no solo allí. El programa para la orientación, avance y enriquecimiento educativo PROA+ se ha prorrogado hasta 2028 en los 3.600 centros participantes, así como el de Acompañamiento y Apoyo Escolar (PAAE), aplicado en casos de desventaja socioeducativa y cultural.

Lo cierto es que el último informe PISA en noviembre de 2024, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que el 47% de los hogares españoles recurren a extraescolares. El mismo porcentaje reseñado en el estudio Educación en la sombra en España —expresión de Juan Manuel Moreno, coautor y catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la UNED—, una radiografía de este sector según la etapa escolar, la comunidad autónoma, la renta familiar y la titularidad del centro, y basada en la Encuesta de gasto en los hogares en educación (EGHE) presentada en 2022, y que volverá a publicarse en 2026 con datos del curso pasado. Así lo anuncia Lucas Gortázar, director adjunto de EsadeEcPol, quien nos sitúa “lejos de la fiebre asiática por este tipo de formación, a pesar de los 1.700 millones que se invirtieron en nuestro país”.

El gasto medio por alumno se cifró en 270 euros por curso, variando entre los 370 euros en Madrid y los 153 euros en Castilla-La Mancha. Además, de cada tres euros de este dinero, uno se destina a recuperar asignaturas y dos a ampliar conocimientos, esto último entre clases sociales con mejor renta. Desde la Confederación Española de Empresas de Formación (CECAP) subrayan también que “cada vez se demandan más actividades de todo tipo, mucho más allá de las de refuerzo de asignaturas básicas”, palabras de Félix Martín, su presidente, quien aboga por “la calidad y excelencia en este nuevo contexto en que la formación complementaria a los conocimientos de los distintos niveles educativos es un valor fundamental”. Y subraya: “La profesionalidad, a pesar del daño que nos hace el intrusismo, y la necesidad constante de adaptación del profesorado para poder dar respuesta”.

Desigualdad e inmigrantes

El informe Educación en la sombra deja claro que las diferencias entre los alumnos que reciben clases extraescolares no dependen tanto de la titularidad del centro (cuatro puntos a favor de los concertados frente a los públicos) como de la capacidad económica de las familias. En ambas redes educativas el coste medio por alumno es tres veces superior en los hogares más ricos.
María Luisa García Gurrutxaga, expresidenta del Consejo Escolar de Euskadi, tilda de “gravísima esta brecha entre quien puede pagar y quien no”. No obstante, en las academias consultadas, matizan que en contra de lo que se pueda pensar, los inmigrantes copan buena parte del negocio”. La mitad, en el caso de Mundoestudiante.

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