Pino Prestanizzi, pizzero y ‘youtuber’: “Tanto me llamaron el puto amo que me lo creí”
El italiano, que regenta en Barcelona la pizzería La Briciola, tiene más de un millón de seguidores en YouTube y saca libro con sus mejores recetas. ¿Pizza con piña? No, gracias
Es el gran defensor en las redes de la pizza bien hecha, con maneras, cómo decirlo, muy vehementes. Pino Prestanizzi, nacido en Calabria hace 58 años aunque criado en Milán, no ahorra naturalidad y palabrotas en sus vídeos de YouTube, donde acumula 1,1 millones de seguidores y se codea con algunos de los youtubers más exitosos, como Ibai Llanos o AuronPlay. Regenta la pizzería La Briciola, en Barcelona, y ahora saca su libro de recetas: Los secretos del puto amo (Libros Cúpula, 2022).
Pregunta. ¿Qué problema tiene usted con la pizza con piña?
Respuesta. Problema ninguno. En el canal de YouTube me comprometí a hacer una pizza con piña cuando llegase al millón de suscriptores. Y la hice. Y me la comí. La verdad, no me gustó nada ese contraste. Pero cada uno que coma lo que quiera.
P. ¿Hay mucha pizza mala por ahí?
R. A ver, yo defiendo la pizza, me da igual el estilo. Lo importante es que haya alguien que te haga la pizza delante. Yo critico la pizza precocinada de las multinacionales. Es de mala calidad. El tomate ácido, que es más barato, la mozzarella sintética, una masa que parece un bizcocho…
P. ¿Es tan importante que el horno esté a la vista?
R. La gente tiene que ver cómo se hace la pizza, en Italia la mayoría de las pizzerías son así. Que se vea que la masa se hace al momento, que no es pizza precocinada, como se ve tanto hoy. Y hay que comerla nada más que salga del horno, en el mismo momento. Si no, lo pierde todo.
P. ¿Cómo llegó a España?
R. Fue en 1986. Vinimos de vacaciones cuatro amigos a San Carlos de la Rápita (Tarragona) y nos enamoramos de cuatro chicas. Uno de esos amigos y yo, que nos enamoramos de dos hermanas, pusimos dos años después una pizzería en Barcelona. En Italia era muy complicado, hacía falta mucho dinero, aquí era más fácil y barato.
P. ¿Cómo fueron los inicios?
R. Muy bien: mi socio y yo, amigos desde pequeñitos, nos casamos con las hermanas y nos convertimos en la pizzería del barrio, cuando casi no había italianos. No hablábamos ni castellano, ni catalán, los clientes nos intentaban hablar en italiano. La gente nos ayudó mucho, todo el mundo nos conocía. Éramos dos jovencitos.
P. ¿Qué tal vive un italiano en Barcelona?
R. Cuando vienen amigos italianos me dicen que comen mejor pizza en Barcelona que en Italia… Además, hay mar, sol, diversión… No es lo mismo que trabajar en Milán: aquí hay mucha fiesta.
P. ¿A qué se debe el éxito mundial de la pizza?
R. Al 90% de la gente le gusta. Es un plato simple y barato. Vas a Nueva York y buscas un italiano. Vas a París y buscas un italiano. Gusta a todos y no es muy caro.
P. ¿Cómo empezó en YouTube?
R. Hice un vídeo criticando la pizza precocinada [se refiere a un vídeo de El Comidista, en este periódico, en el que cataba a ciegas distintas pizzas de supermercado], hablando claro, diciendo que era una mierda. Entonces Ibai Llanos hizo uno metiéndose conmigo y yo me enfadé mucho. Mi hijo y mi sobrino me explicaron que solo estaba jugando, que jugara con él. Luego nos encontramos en una cata de cerveza, y nos caímos bien y ahora somos amigos. Luego también entró AuronPlay, que incluso ha venido a hacer vídeos. Y así empecé el canal, que ha crecido muchísimo. En solo dos años y medio llegó al millón.
P. Es usted muy vehemente en sus vídeos. Dice palabrotas.
R. Soy natural, digo lo que pienso de la vida, a la gente le gusta. La gente está cansada de los cocineros educados, que dicen buenos días y los gramos de cada ingrediente. Yo soy en plan: coge un poco de sal, échala, y a tomar por culo, ya está. Bueno, a veces me paso un poquito.
P. ¿Por qué?
R. Algunas veces me han venido padres diciendo que sus hijos dicen algunas palabras porque yo las digo. Pero en cualquier película se habla peor y encima cortan el cuello a la gente... Si es que sus hijos saben más que ellos… Así se habla en la calle.
P. Agradece en su libro a quienes le aguantan, porque tiene mal carácter. Tiene mala hostia.
R. Ahora menos… Bueno, ayer me fui a cenar y le dije a los trabajadores que no iba a la pizzería, que me iba con unos amigos. Los cabrones abrieron una botella de cava, así que imagínate el carácter de mierda que tengo.
P. ¿Cuál es su pizza favorita?
R. La de salami picante, que aquí lo llaman pepperoni. Esa es otra de mis luchas: en italiano pepperoni es pimiento, no sé por qué aquí todo el mundo llama así al salami picante. Lo tengo que explicar todo el rato. Me gustaría investigar quién coño ha puesto de moda lo del pepperoni.
Es otra de mis luchas: en italiano pepperoni es pimiento, no sé por qué aquí todo el mundo llama así al salami picante
P. ¿Le ha traído mucha clientela el canal de YouTube?
R. Mucha no: exagerada. Siempre hemos trabajado bien en el barrio, pero desde lo de YouTube se llena todo el rato, el teléfono no para de sonar. Solo caben 48 comensales, no puedo dar de comer a todos, aunque vengan de México o Madrid. Y ampliar el restaurante no sería buena idea, perdería calidad, servicio.
P. YouTube también da dinero.
R. Sí, pero es muy esclavo. Hay que estar produciendo vídeos todo el rato, y yo no siempre tengo ganas ni tiempo. Soy pizzero, no youtuber. Eso es solo un divertimento.
P. Lleva alrededor de 150 vídeos ¿Para cuánto da el tema de la pizza?
R. Puedes hablar de cómo hacer la masa, de la cocción, de las fermentaciones, se pueden hacer virguerías. Yo trato de innovar, creando pizzas raras como la de kebab, la mexicana o la de patatas bravas. Suelen quedar bien.
P. ¿Y la piña?
R. La piña no.
P. ¿Por qué se hace llamar el puto amo?
R. Eso me lo puso el youtuber AuronPlay… Tanto me lo decían, “el puto amo, el puto amo”, que al final me lo creí.
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