Las frenéticas primeras horas de Fátima Ofkir en libertad: “Cuando esté más estabilizada podré hablar”
La joven, indultada por el sultán de Omán tras siete años encarcelada en el país, aterriza en Barcelona, donde la familia y amigos lamentan las dificultades para poder recibirla

Fátima Ofkir ya está en Barcelona. La joven catalana, liberada tras pasar siete años en una prisión de Omán condenada por tráfico de drogas, ha aterrizado este domingo en el aeropuerto de El Prat cuando pasaban pocos minutos de las siete de la mañana procedente de un vuelo de Abu Dhabi. Sus primeras horas en libertad han sido frenéticas, siempre al lado de su abogada, Mònica Santiago: papeles burocráticos, impacto emocional, traslado a dependencias de la Guardia Civil, cansancio y la incertidumbre de familia y amigos, que no han podido recibirla como deseaban en el aeropuerto. “Ya estoy de vuelta en casa. Cuando me sienta un poco mejor y esté perfectamente estabilizada, podré hablar con todos”, ha expresado poco después del mediodía en un vídeo difundido por el gabinete que la representa.
La fiesta que había pedido Ofkir tras su liberación tendrá que esperar. La madre y una decena de personas la aguardaban en el vestíbulo de llegadas entre una fuerte expectación mediática, pero no han podido dar con ella. Tras una hora y media de espera, un miembro de seguridad del aeropuerto ha salido a anunciar que Fátima no aparecería por allí. “No saldrá”, ha dicho, y ha regresado dentro ante la incredulidad del personal.
Su madre ha ido a pedir explicaciones y el trabajador ha repetido la misma frase: “Me han dicho que no saldrá por aquí, no puedo decirte nada más”. La escena fue incómoda por la falta de información y la inquietud de los familiares, y se ha repetido con una llamada a la abogada, que ha confirmado que la joven saldría por otra zona sin el conocimiento de la madre y de sus amigos, que estaban aguardándola. La conversación ha sido tensa.

La familia y el grupo de amigos ha abandonado la zona de llegadas y se ha trasladado a otro espacio más alejado, desde donde mostraban signos de incertidumbre. Eran las nueve de la mañana, y a la misma hora el ministro José Manuel Albares, aseguraba a Catalunya Ràdio que Fátima se había reunido con sus allegados en un lugar apartado de la mirada de los medios de comunicación. Sus palabras han incomodado a la madre porque no encajaban con lo vivido. “No sabemos dónde está, aunque sabemos que ha llegado”, ha compartido una de las amigas que ha ido a buscarla. Poco antes de las 11.00 de la mañana y sin más noticias, el grupo de amigas ha abandonado el aeropuerto. Unos minutos más tarde lo ha hecho su madre con el rostro abatido. “No entiendo por qué no la he podido ver”, ha compartido.
Fuentes del despacho de abogados que asiste a Ofkir aseguran que el regreso a casa ha sido emocionalmente intenso para la joven. Y que por recomendación médica la administración ha preferido evitar su exposición mediática. Ha sido entonces cuando, aún en dependencias aeroportuarias, ha pasado un largo trámite burocrático para poner los papeles de alguien que ha pasado siete años lejos de casa en regla. Su abogada, Mònica Santiago, ha pedido tiempo para que la joven pueda “estabilizarse” y afrontar en los próximos días una rueda de prensa. El padre ha podido saludar a su hija en el despacho de los abogados, según el propio bufete.
Ofkir, de 25 años, fue condenada en 2018 a cadena perpetua en Omán después de ser detenida en un hotel del país con un cargamento de morfina y era la reclusa española más joven en una cárcel extranjera. Desde entonces ha estado encarcelada en el penal de mujeres de Mascat sin que las diversas administraciones españolas, entre ellas la Delegación del Gobierno de Barcelona, que habían intercedido en el caso, consiguieran su liberación. Según su despacho de abogados, Ofkir fue condenada “sin ningún tipo de garantía judicial ni posibilidad de defensa”, al ser considerada miembro de una banda internacional de tráfico de drogas. El Gobierno pidió hace tres años el indulto para la joven, y finalmente este llegó esta semana, coincidiendo con los indultos habituales en Omán posteriores a la celebración del Ramadán. “Ya estoy en casa”, celebra Fátima.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma
