Noche crítica en las Urgencias de Madrid: camas improvisadas en salas de espera, personal al límite y hasta pacientes con cáncer sin médico
Salas de hospital que duplican su capacidad, enfermos que esperan más de seis horas para ser atendidos o un día para conseguir una cama


Esta madrugada ha sido crítica en los centros sanitarios de Madrid, muy larga para los profesionales, que aseguran estar al límite. La gripe pone contra las cuerdas las Urgencias. El Hospital Clínico San Carlos ha cambiado las sillas de la sala de espera por camas para dar cobijo al mayor número de enfermos posible. “A las 21.30 había 145 pacientes esperando a ser atendidos, más del doble de su capacidad. Solo en la unidad de agudos, en esos momentos 12 personas estaban pendientes de recibir una cama desde hacía más de cuatro horas”, reporta el celador Santiago, que prefiere no revelar su apellido para evitar problemas laborales. Denuncia hacinamiento y alto riesgo de contagio entre usuarios, la mayoría de edad avanzada, con diferentes patologías y problemas respiratorios. En La Princesa, un sanitario de 31 años, que tampoco quiere ser identificado por el mismo motivo, reporta que había pacientes oncológicos “sin ser atendidos por un médico”.
En el Hospital 12 de Octubre, después de más de dos décadas de servicio, Ana se plantea dejar de trabajar en Urgencias, donde había 257 pacientes a las 00.30. “La tarde fue horrible y la madrugada, muy mala. A medianoche todavía se atendían a los ciudadanos que habían llegado a las 18.30. La cosa está peor que nunca desde la pandemia″, comenta. Asegura que llegaron a ser 82 personas en una sala con capacidad para 40, una cifra récord. La mayoría, indica, es población con patología psiquiátrica o con gripe.
“No hay camas para todos y mientras aguardan en el box se pueden infectar. Los que están mejor se quedan en la sala de espera, pero muchos tienen fiebre alta y neumonía”, explica esta enfermera, que también opta por no revelar su apellido para intentar no exponerse. “Hay pacientes que llevan seis horas esperando a ser atendidos, cuando solo deberían aguardar una”, expresa en referencia al triaje, el proceso de clasificación que se utiliza en Urgencias para priorizar la atención según la gravedad del estado de salud.
A medianoche, ella tenía 51 usuarios asignados en la zona de consultas, donde se encuentran los que están en mejor estado. “Solo había un médico y una auxiliar de enfermería conmigo. Una señora de 82 años llevababa esperando desde las 15.30 sentada en una silla”, apunta. En los boxes donde suele haber cuatro camas, ahora hay seis. “Inventamos huecos, pero no se garantiza el aislamiento, es imposible”, indica.
En el Hospital de La Princesa, a las 22.00 había 120 pacientes en Urgencias, cifra que bajó a 78 de madrugada, cuando siete personas aguardaban una cama, varias de ellas tenían cáncer. Así lo reportaba pasada la medianoche el sanitario de 31 años. “Llevan esperando 24 horas y tienen problemas de salud graves. Están en observación porque la gerencia quiere que no se acumulen en el pasillo para evitar dar una imagen de colapso, pero esta es una zona destinada a procesos cortos de enfermedades no graves. Por ello, no hay médico, solo una enfermera y una auxiliar”, explicaba.
Aseguraba que llevan sin camas destinadas a pacientes con gripe A desde el pasado martes. “Mientras, hay plantas en este hospital cerradas desde el 30 de junio”, denunciaba antes de seguir afrontando una noche crítica con ocho enfermeras, siete auxiliares, 10 residentes y dos médicos adjuntos. “Estamos agotados, trabajamos a destajo. La Atención Primaria está abandonada y nosotros colapsamos”, expresa su compañera de 54 años.
Desde el Hospital Clínico San Carlos, Santiago, que pertenece a la Plataforma Anticorrupción de este centro sanitario, denuncia que ante la falta de previsión se recurre a la improvisación. “Una planta de cirugía vascular, que suele estar cerrada durante todo el año excepto en periodos críticos, ya se abrió hace 10 días. No tenemos más capacidad, ya hay muchos pacientes de diferentes especialidades mezclados. En traumatología hay personas con coronavirus y en digestivo, con Gripe A”, comenta.
Considera que no puede haber enfermos acostados en la sala de espera al no ser una zona habilitada para ello. “No deberían sacar camas de almacenes para amontonar pacientes”, reflexiona. Mientras, los que mejor están y los acompañantes, aguardan a ser atendidos en una sala contigua. “El hospital se abarrota, pero aquí estamos los mismos de siempre, incluso menos, porque la sobrecarga de trabajo que sufrimos también se traduce en bajas”, relata el celador. Recuerda que en verano ya se cerraron camas porque no había trabajadores suficientes.

Plan de Invierno deficiente
La Consejería de Sanidad habilitó el 1 de diciembre el Plan de Invierno con refuerzo de personal y material sanitario para afrontar el aumento de la presión asistencial ante el repunte del frío y las infecciones respiratorias. Pero este suscita numerosas críticas. “Llega tarde, muy tarde, y ha fracasado estrepitosamente. Hay que diseñarlo y aprobarlo antes de que se necesite, no cuando la epidemia de gripe ha comenzado o está en su punto álgido como ha ocurrido este año”, denuncian desde SATSE.
La información de la que dispone el sindicato de enfermería indica que los distintos hospitales y centros de salud de la Comunidad de Madrid han aprobado la contratación de 615 enfermeras. Pero dicen que finalmente solo se ha reclutado el 48% de las profesionales previstas para el Plan de Invierno.
La consejera de Sanidad, Fátima Matute, comunica que la incidencia es de 307,5 por cada 100.000 habitantes, mucho mayor que la del año pasado. Son cifras aproximadas a las tasas de gripe de hace 15 años. “Está pasando en todo el mundo porque circula un tipo de virus al que no estábamos expuestos previamente”, matiza. Asegura que mediante el Plan de Invierno su departamentó habilitó la contratación de 1.800 profesionales.
“El problema es que no se encuentran. Tenemos un grave déficit y no lo está paliando el Ministerio de Sanidad, que hace oposición a la Comunidad de Madrid”, expresa tras advertir que en 2032 faltarán en España 45.000 médicos. “Que homologuen a nuestros extracomunitarios y que formen más, yo he ofrecido 69 plazas para Urgencias y Emergencias, pero solo me han cogido 11″, apunta tras referir que en 2026 habrá una partida presupuestaria específica para mejorar las condiciones laborales de las horas de guardia y atención continuada.
“Hay picos puntuales de tensión hospitalaria pero se están resolviendo de manera satisfactoria y poco a poco”, insisten desde la Consejería de Sanidad. Mientras, los sanitarios del Hospital Gregorio Marañón han amanecido en tensión. “Aunque esta noche no ha sido de las peores, tenemos 88 registros en admisión de Urgencias de adultos y 73 pacientes pendientes de cama. Se resolverá a lo largo de la mañana”, indica Carmen Flores, delegada de Comisiones Obreras en este centro sanitario.
Santiago comunica que en el Hospital Clínico San Carlos esta madrugada llegó a haber una ratio de 15 pacientes por enfermera en Urgencias. “Esto es un desastre y nosotros solo doblamos turnos. Lo que hace un año era una excepción, ahora se ha convertido en norma. Este pico de gripe va a acabar con el poco personal que queda. Conozco a varios compañeros que lo han dejado para ser camareros, la presión es altísima”, cuenta el celador.
Las Urgencias de La Paz están este martes congestionadas, algunas salas rebasan su capacidad como la número 3 que tiene 51 pacientes, cuando está habilitada para 32 camas. “Por ello, algunas están en el pasillo, con el riesgo que esto supone ante una complicación”, advierten desde Comisiones Obreras tras reportar que la noche en algunas zonas ha sido muy complicada por la bajada de efectivos.
Ana explica que, a veces, se cancelan operaciones para asegurar camas, pero esta táctica no es suficiente. Gracias al Plan de Invierno asegura que su centro sanitario ha conseguido tener dos enfermeras más en cada turno, lo que considera deficiente. “Si no hacemos extras, esto no sale adelante”, insiste. A muchos de sus compañeros les deben 80 horas anuales: “No hay más manos para asistir a los pacientes. Esto es una bomba a punto de estallar”.
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