El PP promueve un secarral en Pozuelo de Alarcón como una medida contra la tala de árboles
Cerca de 200 encinas sembradas en el Bosque de la Vida se secan, por segunda vez, ante el descuido del consistorio del Partido Popular
El Bosque de la Vida en Pozuelo de Alarcón no es ni lo uno ni lo otro. De las cerca de 300 encinas plantadas por el Ayuntamiento (PP) este año, unas 200 se han secado. A este lugar, enclavado en el histórico Parque de la Cruz de la Atalaya, han acudido este sábado una docena de vecinos para manifestar su descontento por la obra municipal. Casi un año después del inicio de la siembra, los únicos troncos que se ven son los maderos que sostienen unos códigos QR que dirigen a una página web con la descripción del árbol inexistente. Los meros palos, sin ninguna encina que justifique su presencia, se levantan como lápidas en medio de la parcela yerma. Este tipo de proyectos han sido promocionados por el consistorio para mitigar la deforestación en el municipio. “Es un timo. Nos confunden y nos hacen creer el greenwashing”, ha condenado Ana Castro, portavoz de la plataforma ecologista Salvemos Montegancedo. El Ayuntamiento no ha revelado cuánto dinero costó la siembra, aunque una reforestación similar en el mismo parque costó hace dos años 50.000 euros. Muchos de los ejemplares de entonces también murieron secos.
A la concentración han acudido vecinos, activistas de otros municipios y miembros de la plataforma Salvemos Montegancedo. Tan pronto llegaron, desplegaron las pancartas y comenzaron a clavar carteles en los lugares donde, se supone, debían estar las encinas de un metro de altura. “No queremos políticos en guerra contra la naturaleza”, se leía en el cartel más grande. Después, encendieron el altavoz. La primera en hablar fue Castro: “Deberían haber elegido unos árboles más grandes para que hubieran aguantado, porque la última plantación se ha hecho casi comenzando las primeras olas de calor en verano y sin ningún mantenimiento”, ha reprochado la activista, parada en medio de la explanada infértil. La oposición al Partido Popular, encarnada este sábado en el concejal socialista Helio Cobaleda, ha definido como “un desastre” la replantación del parque: “Lo que vemos aquí hoy es que el compromiso de reforestación del Ayuntamiento de Pozuelo es puro humo. Es un mal ejemplo y un derroche de dinero”.
El Bosque de la Vida fue inaugurado en 2022 con la idea de sembrar un ejemplar por cada niño que naciera en el municipio. Cada árbol iría acompañado de un código QR que, consultado desde el móvil, ofrecería datos de interés. Por ejemplo, el árbol número 198 es una encina “que pueda alcanzar los 25 metros de altura”. En realidad no es, sino que sería, ya que en el espacio reservado para el árbol solo crecen malas hierbas al rededor de una plántula calcinada. “Soporta la sequía”, continua la explicación, que parece desconocer los intervalos de riego del Ayuntamiento.
El área de Medio Ambiente del Gobierno que preside Paloma Tejero ha argumentado que en el Parque de la Cruz de la Atalaya “se han detectado, entre otros, acciones vandálicas y posibles problemas de compactación e impermeabilización del suelo, que pueden ocasionar que las raíces no se pueden desarrollar adecuadamente e incluso el agua del riego puede acumularse en los hoyos de plantación”. Aun así, continua la comunicación escrita, “no ha habido ninguna comunicación por parte de la empresa de mantenimiento en relación con la muerte de encinas”.
Después que la borrasca Filomena en 2021 provocara a tala de cerca de cientos de árboles en Pozuelo, el Ayuntamiento anunció nuevos proyectos de reforestación para reducir el impacto medioambiental de la nevada. Entonces, vino la primera siembra de 300 encinas en el parque de la Cruz de la Atalaya a finales de 2022. La mayoría se secaron. Misma suerte para las otras 300 sembradas a finales de 2023, de las que hoy solo se rescata un puñado de tallos con algunas hojas, frente a una mayoría de chamizos inertes o arrancados. Los árboles no solo se han secado, sino que muchos de ellos carecen de tutores ―otros palos para evitar que se vengan abajo con el viento—, y de protectores para que los animales no los roan.
“Lo lamentable” para Cobaleda es que el Ayuntamiento afirme que “hacen muchas plantaciones para compensar las talas cuando Filomena y para desarrollar proyectos como Montegancedo y luego no se preocupan de que tiren para adelante”. El concejal del PSOE ha pedido al Gobierno que publique el contrato de esta obra. “La respuesta es una evasiva completa, no quieren hacer público cuanto les ha costado”, concluye Cobaleda. Lo cierto es que la primera replantación en este terreno, cuando aún gobernaba la popular Susana Pérez Quislant, costó 50.000 euros. El proyecto contemplaba sembrar 600 árboles, que finalmente se redujeron a la mitad.
Montegancedo, en vilo
Cuatro kilómetros al suroeste del Parque de la Cruz de la Atalaya, está Montegancedo, 70 hectáreas de bosque mediterráneo en las que se planea construir una urbanización con 1.050 viviendas de lujo. Por lo ocurrido en ese predio, un juez de Madrid multó en septiembre con 263.000 euros a las promotoras del proyecto por la tala indebida de 82 ejemplares en perfecto estado. El proyecto, aprobada por el Ayuntamiento, está paralizado temporalmente por motivos ecológicos, tras un recurso de Ecologistas en Acción que desembocó en medidas cautelares. Las promotoras interpusieron un recurso que fue desestimado por el juez, así que han decidido llevarlo al TSJ de Madrid. Helio Cobaleda ha manifestado este sábado que el PSOE de Pozuelo está “valorando un recurso contencioso-administrativo para reforzar el de Ecologistas en Acción”.
Entre tanto, los vecinos ven la amenaza cernirse sobre su patrimonio vegetal. Luisa García, una de las residentes de Pozuelo en el entorno de Montegancedo, ha denunciado que en el bosque “han hecho las encinas un misto delante de las narices de los vecinos”. Ignacio Martínez, un adulto mayor que se ha manifestado este sábado, advierte de otros proyectos como el Palacio de Congresos, anunciado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, por valor de 50 millones de euros. La infraestructura está proyectada sobre el terreno donde Martínez —y no solo él— sale a caminar diariamente con su perro. “Si no reaccionamos Madrid va a cambiar completamente de paisaje”, ha exhortado durante la concentración Nuria Velásquez, afectada por las talas en el otro municipio de Madrid.
Mientras los vecinos de Pozuelo luchan por detener la tala de encinas centenarias en ciertos puntos del municipio, asisten con desconcierto lo que ocurre en otros, donde los programas de reforestación del Ayuntamiento solo han dejado un bosque de códigos QR.
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