Mónica García, de némesis de Díaz Ayuso al Ministerio de Sanidad
La portavoz de Más Madrid, que se dio a conocer por sus críticas a las políticas de la líder del PP durante la pandemia, salta a la política nacional
El nombramiento de Mónica García (49 años, Madrid) como ministra de Sanidad libera a Isabel Díaz Ayuso de su gran némesis. Durante los dramáticos meses de la pandemia del coronavirus de 2020 y 2021, la portavoz de Más Madrid se erigió en la gran fiscalizadora de las polémicas políticas del Gobierno de la Comunidad de Madrid. Pleno a pleno e intervención a intervención, esta anestesista, que en 2012 había sido ya portavoz de las mareas blancas de protestas de sanitarios contra el consejero Javier Fernández-Lasquetty, se transformó en el contrapunto de la baronesa conservadora. Fue una metamorfosis en directo. De desconocida a portavoz. De portavoz a candidata electoral en las elecciones adelantadas de 2021. Y de diputada a líder de la oposición en la Comunidad de Madrid. Todo un hito: con Mónica García a los mandos, Más Madrid se ha erigido en el partido hegemónico de la izquierda regional, desbancando al PSOE. Nadie puede garantizar que su viaje a La Moncloa no sea de ida y vuelta: aunque abandona la Asamblea regional, García cimentará su poder interno en el congreso que su formación está culminando estos días con las elecciones de 2027 en el horizonte. Un ascenso continuo que vivió su punto de inflexión con una poesía.
21 de marzo de 2019. García es una diputada más de Podemos. Le toca interpelar al entonces consejero de Sanidad. Y acapara los focos con una intervención que aprovecha que es el día mundial de la poesía.
“La legislatura ya ha terminado y nos deja otro gobierno perverso,
como en prosa no nos han escuchado, lo vamos a intentar en verso.
En cuatro años no han hecho nada por lo que les podamos recordar,
techos caídos, UVIS inundadas y nuestra sanidad sin mejorar.
Somos la Comunidad que menos invierte en la salud de nuestros compatriotas,
pero ustedes corren a envolverse en la bandera de España, supongo que considerando que los madrileños somos idiotas (...)
Dice la señora Ayuso que extendería la privatización,
que una cosa es gestionar lo público y otra terminar con el filón.
Y no dudan en reivindicar el nefasto legado de su lideresa,
parece como si hubiera algo en la corrupción que a ustedes claramente les embelesa”
Y llega el salto a Más Madrid, proyecto fundado por Manuela Carmena e Íñigo Errejón. Y la pandemia. Y una nueva etapa para García. Durante dos años, la hija de Sergio García Reyes, psiquiatra y diputado del Partido Comunista en la Asamblea de Madrid entre 1983 y 1987, hace una oposición llena de datos y sin pelos en la lengua. Su carrera se construye en el enfrentamiento cuerpo a cuerpo con Díaz Ayuso, a la que pleno sí, pleno también, reclama que le mire a los ojos, que no la ignore y haga oídos sordos, actuando como si no existiera. En una Cámara acostumbrada a la diplomacia de Ángel Gabilondo (PSOE), un catedrático de metafísica que confronta con mano izquierda, ella va al choque. Basta como ejemplo su última intervención en la Cámara, este mismo jueves.
“Son ustedes los de la mentira del 11-M, los del sí a la guerra, los de las políticas más austericidas, los que han malvendido la vivienda [pública] a los fondos buitre, a los que se sentenció como una organización criminal, y los que abandonaron a 7.291 mayores en la pandemia”, se arrancó. “Y sí, señora Ayuso, es usted la que le dio una mordida a su hermano”, añadió sobre la comisión que cobró Tomás Díaz Ayuso de una empresa que había firmado un contrato con la Comunidad para importar mascarillas de China durante la pandemia. “No sé si les gusta la fruta, pero lo que sí sé que les gusta es meter la mano en la caja”.
Esas palabras provocaron la intervención del presidente de la Asamblea, Enrique Ossorio, exconsejero de Díaz Ayuso, que le pide que las retire y la apercibe por no hacerlo. El choque, vivido entre gritos de “dictador” contra el jefe del Parlamento, resume las fricciones constantes entre la líder de Más Madrid y la bancada del PP. Porque desde el primer día el PP se revuelve contra el tono de García. Y así la acusa de haber gesticulado hacia su bancada conformando con sus dedos la imagen de una pistola. O hace sangre cuando se descubre que cobró el bono social térmico. O celebra que sea “médica y mema”, según el comunicador Federico Jiménez Losantos, que usa el acrónimo “mema” para ridiculizar el “médico y madre” con el que la líder de Más Madrid se presentó ante los electores hace dos años. O le afea que tenga que devolver dinero por haber cobrado como parlamentaria con dedicación exclusiva mientras estaba de baja laboral.
“No la echaremos de menos”, la despide Carlos Díaz-Pache, el portavoz parlamentario del PP. Porque Más Madrid ha rivalizado con Díaz Ayuso a cada paso. En 2019, el partido, entonces dirigido por Íñigo Errejón, recurrió ante el Tribunal Constitucional por considerar que se le había excluido injustamente de la Mesa de la Cámara para beneficiar a Vox. Y el alto tribunal le dio la razón. Esos mismos jueces tienen aún que pronunciarse sobre otras denuncias del partido para señalar lo que considera mala praxis del Ejecutivo conservador: por ejemplo, porque no conteste a sus preguntas si se refieren a legislaturas anteriores, aunque se trate de los mismos consejeros, la misma presidenta y el mismo gobierno.
Todo empieza a cambiar el 2 de abril. Ese día, García flanquea a la vicepresidenta Yolanda Díaz en la presentación de la plataforma Sumar. Al poco, en mayo, Pedro Sánchez convoca elecciones. Y entonces, Más Madrid se convierte en palanca imprescindible para el proyecto de la izquierda en España, limitando, en paralelo, el campo de acción de Podemos, de donde provienen la mayoría de sus dirigentes, incluida García. Ella, que es lectora del dramaturgo Bertolt Brecht, o de la filósofa feminista Judith Butler, sigue ahora su camino en el ministerio. Pero sin perder de vista Madrid, dicen quienes la conocen bien, pues solo el tiempo dirá si vuelve como candidata autonómica en 2027. La mayoría absoluta de Díaz Ayuso la había dejado sin más margen de acción hasta esas elecciones que el de hacer crecer la organización de Más Madrid, un partido que no tiene ni un lustro de vida y aún no ha echado raíces en toda la región. El ministerio, en ese sentido, le servirá como plataforma para visualizar el proyecto, y como siguiente escalón en una carrera meteórica.
García no entró en la política institucional hasta 2015. No dio el paso hasta la primera línea de la política autonómica hasta 2020. Y no llegó a liderar la oposición regional hasta 2021. Apenas dos años después, es ministra.
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