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El hospital Puerta de Hierro de Madrid, un centro mediano de 2008, gasta más electricidad que los viejos gigantes de la era franquista

La instalación sanitaria, inaugurada por la expresidenta Esperanza Aguirre, consume más que La Paz, el Gregorio Marañón o el 12 de Octubre, pero la Comunidad no explica el porqué

El vestíbulo del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en el oeste de la región de Madrid, este martes al mediodía.
El vestíbulo del hospital Puerta de Hierro de Majadahonda, en el oeste de la región de Madrid, este martes al mediodía.Víctor Sainz

El hospital Puerta de Hierro gasta más electricidad que los tres hospitales públicos más grandes de Madrid, con un equipamiento parecido, con menos cirugías y pruebas diagnósticas y con la mitad de camas. Inaugurado en 2008 y gestionado desde entonces por un sistema público-privado, este hospital de 551 plazas en el municipio de Majadahonda (al oeste de la capital) necesita al año algo más de 40 millones de kilovatios hora, un consumo que lo convierte en la instalación sanitaria del Gobierno madrileño que más energía eléctrica demanda, por encima del 12 de Octubre (38,9 millones de kwh y 1.099 camas), el Gregorio Marañón (34,2 millones de kwh y 1.091 camas) y La Paz (29,2 millones de kwh y 1.085 camas), según las estimaciones de consumo anual de la Comunidad de Madrid para 2020 y 2021. Esos otros tres gigantes hospitalarios abiertos en los sesenta y setenta son paradójicamente más eficientes que el edificio más nuevo, construido ya en una época de conciencia sobre el ahorro energético y el medio ambiente.

Son múltiples las razones que pueden explicar el alto gasto de electricidad —unos equipos de climatización poco eficientes, un diseño horizontal que le da un aire de terminal aeroportuaria o las posibles fugas térmicas—, pero ni la empresa que gestiona las instalaciones, ni la Comunidad, ni la gerencia sanitaria del centro han compartido las auditorías energéticas a las que ha sido sometido desde su arranque. Tampoco han explicado con detalles el porqué de una factura tan cara.

El Puerta de Hierro es uno de los hospitales puestos en marcha por la presidenta madrileña Esperanza Aguirre (2003-2012), según un modelo público-privado por el que la Comunidad se ocupa de la parte asistencial y una empresa privada se encarga de construir el edificio y gestionar los servicios no sanitarios durante 30 años (limpieza, lavandería, restauración o mantenimiento de las instalaciones). A cambio, el Gobierno regional paga un canon anual a las empresas concesionarias. La factura eléctrica corre a cargo de las arcas madrileñas, de modo que las empresas no tienen un incentivo para hacer inversiones que reduzcan el gasto de electricidad.

La factura más cara

La consecuencia es que durante sus 13 años de funcionamiento los madrileños han pagado una factura elevada por la electricidad del hospital. La Comunidad estima que pagará siete millones de euros por la factura total de 2020 y 2021 (3,5 millones por año), la más cara de las 2.273 instalaciones y edificios incluidos en su concurso bienal de suministro de energía eléctrica, entre ellos residencias, escuelas y centros sanitarios. El lote del Puerta de Hierro fue ganado por Naturgy.

El director de Hospitales de la Comunidad entre 2008 y 2014, Antonio Burgueño, reconoce que el tipo de contrato para la construcción y gestión privada del Puerta de Hierro, llamado PFI (Private Finance Initiative), está mal hecho. “Los nuevos PFI en Reino Unido o Chile contemplan que la factura eléctrica la pague la empresa concesionaria para que se preocupe por el gasto eléctrico”, explica Burgueño, que es conocido por ser un firme defensor de fórmulas de privatización sanitaria.

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Aún sin placas solares

El Puerta de Hierro es gestionado por Hospital de Majadahonda SA, que inicialmente estuvo controlada por el grupo constructor español ACS, presidido por Florentino Pérez. Desde 2019 el accionista mayoritario es un fondo canadiense, Brookfield Asset Management, que tiene 625.000 millones de dólares invertidos por el mundo. Por la gestión del Puerta de Hierro la empresa percibe anualmente de la Comunidad una cuantía variable que ha oscilado en torno a los 40 millones de euros.

El consumo eléctrico del hospital es tan alto que en 2020 fue la instalación número 17 en consumo eléctrico de toda la región de Madrid (40,9 millones de kwh), por detrás del aeropuerto de Barajas (286 millones de kwh), el Metro (107 millones de kwh) o industria pesada como Airbus (41,8 millones de kwh), según un análisis de datos públicos hecho por la empresa Consultores Energéticos Integrales.

Una portavoz de la gerencia sanitaria del hospital reconoce el alto coste energético y alega que el Puerta del Hierro es un hospital enorme. Según el catastro, tiene 223.000 m2 de superficie construida, menos que el mastodóntico Doce de Octubre, que cuenta con 376.182 m2 edificados. El centro de Majadahonda es un edificio con largos pasillos y habitaciones individuales y amplias, a diferencia de las de otros hospitales públicos con dos camas y menor tamaño.

Foto aérea del hospital Puerta de Hierro - Majadahonda
Foto aérea del hospital Puerta de Hierro - MajadahondaCOMUNIDAD DE MADRID

“Este es un hospital gigante y enfriar o calentar un edificio así cuesta mucho más”, dice la portavoz. Según explica, desde 2019 el hospital ha venido introduciendo medidas de eficiencia energética. Entre 2019 y 2020 el centro implantó un sistema automatizado de control de climatización y en enero de 2021 renovó las máquinas por unos modelos más eficientes que, dice, “están permitiendo al hospital reducir de manera importante el consumo eléctrico”. Además, se han instalado bombillas de tipo LED.

La portavoz apunta que al ser un contrato de suministro bienal, el hospital se ha librado de la fuerte subida de la electricidad del último año. Pero la Comunidad no puede prorrogar el contrato vigente más allá del 28 de febrero de 2022, de modo que deberá licitar un nuevo suministro que necesariamente se verá afectado por el alza de la luz. Cuando salió la licitación actual, en noviembre de 2019, el precio mayorista en el mercado de la energía de España y Portugal era de 42,19 euros/MWh. Ahora, el mercado de futuros de electricidad prevé que en el primer trimestre de 2022 ese precio sea de 155 euros/MWh.

Una de las medidas que podrían rebajar la factura eléctrica sería la instalación de placas solares, una fuente de energía gratuita para el hospital. Pero la empresa que gestiona el centro, Hospital Majadahonda SA, no las ha instalado a pesar de que su contrato de 2004 con la Comunidad contempla como objetivo prioritario la implementación de energías renovables.

Mal aislamiento acústico

Una pista sobre lo que sucede en el Puerta de Hierro son sus problemas de aislamiento acústico, que hacen sospechar que también se producen fugas térmicas. Ese fallo de diseño fue detectado en 2016 por el inspector de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid José Luis Fernández Solís, que advirtió que el ruido de las máquinas de climatización de la azotea atormentaba a los pacientes de las habitaciones cercanas, en la planta tercera. A partir de esa inspección, la Fiscalía descubrió que el hospital operó sin la licencia municipal y sin las preceptivas mediciones de aislamiento acústico. A pesar de esto, las actuaciones contra el exalcalde de Majadahonda Narciso de Foxá (PP) y Hospital Majadahonda SA no prosperaron ante la Justicia porque los daños no eran suficientemente lesivos como para ser constitutivos de delitos medioambientales.

“Es probable que haya fugas de calor porque un edificio con mal aislamiento acústico tiene que tener mal aislamiento térmico. Ambos son problemas relacionados y se deben a un edificio hecho mal y sin controles”, dice el inspector que destapó las irregularidades, miembro activo del grupo político Verdes Equo.

Hay otro motivo para creer que la falta de confort térmico en el edificio está detrás del exceso de consumo: en una revisión de los consumos mensuales hecha por este periódico, el pico del Puerta de Hierro coincide con el verano, cuando las máquinas de climatización de la azotea (alimentadas con electricidad) funcionan al máximo. En julio de 2020 consumió 4,5 millones de kwh, mientras que esa demanda es casi la mitad en los meses fríos.

Otra posible causa sería que un aparato médico de alta tecnología disparara el consumo, pero los equipos del Puerta de Hierro no son muy distintos de los que tienen los tres grandes hospitales de Madrid.

Sin embargo, algo que sí hace diferente a este centro es su singular diseño horizontal. Tiene solo cuatro plantas en superficie y un sótano. Climatizar un edificio con largos pasillos es más difícil, dice José-León Paniagua, un veterano experto en infraestructura hospitalaria del Instituto de Salud Carlos III.

“El diseño final, que no era el original, desde luego no favorece”, explica. Inicialmente el hospital iba a tener ocho plantas, pero el plan urbanístico de Majadahonda impedía las construcciones en altura. Paniagua califica de “tremenda” la factura eléctrica del edificio.

A pesar de su alto consumo, el hospital presume de su compromiso con el medioambiente. Por los pasillos hay múltiples carteles informando al público de su política de gestión medioambiental, un documento con ocho puntos en forma de declaración de intenciones: “Proteger el medio ambiente y prevenir su contaminación”. “Promover la utilización eficiente de los recursos”. “Divulgar el compromiso con el medio ambiente”...

El Puerta de Hierro ha sido noticia desde hace un lustro por irregularidades relacionadas con la empresa privada que lo gestiona. Una de las cuestiones que han sido conocidas es el frecuente desequilibrio a favor de esta compañía en su relación con la Comunidad de Madrid. Los madrileños han estado pagando a Hospital Majadahonda SA durante casi una década por 135 camas fuera de servicio, un sobreprecio que fue desvelado en 2017 por la Cadena SER y que según la Fiscalía asciende a más de 10 millones de euros. El caso motivó el año pasado una querella del ministerio público contra Elena de Mingo, una alto cargo madrileña que gestionó las infraestructuras sanitarias durante la era Aguirre.

El Rey Juan Carlos I, la Reina Sofía, la presidenta madrileña Esperanza Aguirre y la ministra de Sanidad Elena Salgado durante la inauguración del hospital Puerta de Hierro el 11 de septiembre de 2008.
El Rey Juan Carlos I, la Reina Sofía, la presidenta madrileña Esperanza Aguirre y la ministra de Sanidad Elena Salgado durante la inauguración del hospital Puerta de Hierro el 11 de septiembre de 2008.

No son las únicas ventajas que el Hospital Majadahonda SA extrajo del contrato diseñado en 2004 por la Comunidad. Si la empresa rebaja su consumo por debajo del que tuvo en los dos primeros años de operación (2009-2010) es premiada anualmente por el Gobierno madrileño. Las cuantías han rondado los 120.000 euros y hace años fueron denominadas por la líder de la oposición madrileña, Mónica García, como “cláusulas chollo”. Basta gastar en exceso al inicio del contrato para ser recompensado: “Es decir, los madrileños pagamos el derroche de luz de los dos primeros años. Y luego si los hospitales empiezan a hacer las cosas bien y empiezan a ser eficientes, les recompensamos con la mitad del ahorro. Todo un chollo”.

Se suponía que este sistema de incentivos iba a hacer del Puerta de Hierro un edificio eficiente pero, a la vista de su factura eléctrica récord, ha sido un negocio para Hospital Majadahonda SA y un fracaso para la sostenibilidad.

Por qué es difícil la comparación entre hospitales

José-León Paniagua, experto en infraestructura hospitalaria desde el antiguo Insalud y doctor arquitecto en el Instituto de Salud Carlos III, explica que la comparación entre centros es "complicada” por la multitud de variables que entran en juego e insiste en que hay que observarlas todas para poder hacer un balance. Respecto al número de camas, por ejemplo, asegura que no es el indicador más importante, a pesar de que es la primera variable en la que puede pensarse para medir el tamaño de un hospital.

Por varias cuestiones, una, por el espacio donde se ubican esas camas: "En un hospital antiguo, los metros cuadrados por cama van a ser hasta la mitad de un hospital nuevo". Otra, por quién las ocupa: "El índice de severidad de los pacientes tratados en el hospital. Si en un hospital el número de UCI es el 3% de las camas totales y en otro es el 10%, no es lo mismo. El gasto va a ser mayor en aquel que recibe pacientes más graves".

Además, hay otros factores que tienen que ver con la localización, la latitud, las orientaciones o el tamaño. "También con la gestión, por supuesto. Y con aspectos como el propio diseño de la instalación, cómo se distribuye el espacio que tiene", dice Paniagua.

¿Qué es lo que más consume? El experto enumera: “UCI, quirófanos, las unidades de diagnóstico por imagen o los gabinetes de exploraciones funcionales, todas las áreas donde se hacen pruebas de todo lo relacionado con las especialidades médicas y quirúrgicas, como oncología, etc”.

¿Qué ocurre si se hace una revisión de indicadores? Que no hay ninguna cifra que explique por qué el Puerta de Hierro tiene tanta diferencia de consumo eléctrico con otros grandes hospitales como el Gregorio Marañón, el Doce de Octubre o La Paz, según los datos de las últimas memorias por hospitales de la Comunidad de Madrid, de 2019. Tres centros que tienen consumos parecidos y algo en común que responde a los estándares: su tipología. Complejos como “el Marañón o La Paz son de tipología monobloque, verticales, es decir, que se basan mucho en núcleos verticales de comunicación y tienen pocos recorridos horizontales”, explica Paniagua. En el Puerta de Hierro es justo al revés y la superficie de circulación horizontal “es excesiva”. 

Aún así, tiene mucha menos superficie que el Doce, por ejemplo; menos de la mitad de la plantilla que La Paz o el Marañón; menos quirófanos (y menos actividad quirúrgica, prácticamente la mitad). En cuanto a equipamiento médico de alta tecnología su dotación es solo ligeramente superior, 24 equipos respecto a 22 del Marañón, 19 de La Paz y 20 del Doce; en el total de resto de equipos, está muy por debajo de estos dos últimos. Realiza también menos consultas (alrededor de 100.000 menos que el resto) y menos ingresos, casi el 50% que los otros tres.

En cuanto a las técnicas utilizadas, solo hay diferencias apreciables en cuatro de las que recogen los informes anuales de los centros.

Hematología (análisis de sangre): hizo 1,5 millones en 2019, frente a casi 1,3 millones del Doce, 700.673 del Marañón y 1,2 millones de La Paz.

Broncoscopias (un examen para ver las vías aéreas): realizó 1.762, casi el doble que el Marañón, 200 más que La Paz y 500 más que el Doce.

Mamografías: acumuló 23.254, mientras que el Marañón hizo 9.224, La Paz 16.557 y el Doce 9.207.

PET (una tomografía de emisión de positrones, por sus siglas en inglés, una técnica diagnóstica no invasiva con la que se toman imágenes del organismo que muestran la actividad y el metabolismo de los órganos, es ese aparato que parece un pequeño túnel): registra 5.219 en 2019, el Marañón realizó 4.043, La Paz 1.857 y el Doce 3.337.

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