El muro de Antonio Palacios que confirma su autoría en las cocheras de Metro
Hallan en el archivo de la Villa un expediente en el que el arquitecto afirma que es el director de los talleres de la compañía, en Cuatro Caminos, al tiempo que el TSJM niega la importancia del conjunto
“Tengo el honor de poner en conocimiento de usted, que las obras en proyecto que se realizarán en la Avenida de Pablo Iglesias [actual Reina Victoria], en talleres y cocheras de la Compañía Metropolitano Madrid, se llevarán a cabo bajo mi dirección facultativa”, y lo firma el arquitecto Antonio Palacios. Es un expediente fechado el 25 de febrero de 1932, está dirigido al Ayuntamiento de Madrid y reclama el permiso para elevar el muro de cerramiento del conjunto construido en 1919. El documento, en el que Palacios se señala como máximo responsable de las obras que se ejecutan en el lugar, se encontraba inédito hasta el momento, en el intrincado archivo de la Villa.
A falta de que aparezca el proyecto de las Cocheras de Metro firmado por Antonio Palacios, este informe es una nueva prueba de la autoría del arquitecto de Porriño y favorable a la paralización del derribo para la construcción de las 443 viviendas que pretende la cooperativa Residencial Metropolitan. Ha sido hallado esta semana por el arquitecto Álvaro Bonet, portavoz de la asociación Madrid Ciudadanía y Patrimonio, estudioso de la obra de Palacios y principal defensor del conjunto como un elemento esencial del patrimonio industrial de la ciudad. El muro dibujado por Palacios en los planos es una combinación de ladrillo y piedra. En 1940 se derrumbó la parte que da a Reina Victoria, pero se mantuvo el resto, que ha llegado hasta nuestros días.
“Este documento demuestra, en primer lugar, que Antonio Palacios fue el arquitecto de la compañía del Metro cuando se funda y lo es hasta su fallecimiento, en 1945. Y, en segundo lugar, que nadie puede defender ahora que tenían a un maestro de maestros para hacer crecer muros y no los edificios importantes. Este expediente demuestra que el conjunto al completo estaba bajo su dirección”, añade Bonet. Antes de la petición de elevar el muro para ganar en protección y seguridad, Palacios ya había firmado el diseño y construcción del Casino de Madrid, el Palacio de Comunicaciones (actual Ayuntamiento), el Hospital de Jornaleros de Maudes, el Banco de Español (actual Instituto Cervantes) o el Círculo de Bellas Artes, entre otros.
El especialista en Palacios explica que hallar algún documento en el archivo de la Villa es como encontrar una aguja en un pajar. Permanece sin digitalizar y hay muchos expedientes de edificios hechos por este arquitecto que están desaparecidos o perdidos entre los metros lineales del archivo. Tal y como figura en los planos aportados por Palacios para que le concedan la actuación, el muro se eleva siguiendo el diseño del original.
Atento en los detalles
Las asociaciones recibieron el respaldo hace un año de Europa Nostra, la organización civil europea más importante dedicada a la salvaguarda del legado histórico y artístico que incluyó las cocheras en su lista de los 15 sitios del patrimonio europeo más amenazados del momento. Sin embargo la justicia española no coincide con Europa Nostra: hace una semana el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) confirmó su sentencia de 2017, en la que se mostró favorable a la Oficina de Cultura y Turismo de la Comunidad de Madrid, que denegó entonces la incoación de expediente como Bien de Interés Cultural (BIC) para proteger del derribo las cocheras. Madrid Ciudadanía y Patrimonio recurrió en 2019 la sentencia, pero la Sala, como era de esperar, se ratifica en su posición inicial.
La nueva sentencia, previa al hallazgo del nuevo documento, apunta que la autoría de Antonio Palacios en el conjunto “sigue siendo al menos dudosa, puesto que se sustenta únicamente en la aparición de tres documentos secundarios”. De esta manera la Sala desestima el recurso a pesar “del indudable valor del conjunto de las cocheras”. ¿Es este expediente otro de esos “documentos secundarios”? Bonet contesta con rotundidad: “No”. Y añade que este nueva prueba reafirma la posición de las asociaciones que están luchando por la conservación del legado industrial madrileño. “Expedientes de este tipo demuestran que Palacios era un arquitecto que estuvo atento a todos los detalles. Diseñó también el templete del Metro de la parada de Gran Vía, que ahora se recuperará, y del que no se ha conservado su firma, pero se da por hecho que es suyo”, explica Bonet.
Los magistrados basan su decisión en el dictamen de la Comisión de Monumentos de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en el que declararon -durante este dilatado proceso de más de seis años- que “dichas instalaciones no presentan motivo arquitectónico ni estructural de valor arqueológico alguno para su restauración”. La Sala también ha tenido en cuenta un informe del concejal del PP, Pedro Corral, que niega el valor del conjunto y señalando que carecen de valor paisajístico.
El final de la pelea
En la sentencia del TSJM los jueces de la Sala van más allá y opinan que mezclar las cocheras con la categoría de mayor protección del patrimonio histórico es devaluar el resto de bienes: “Pretender extender la declaración BIC a todo inmueble o elemento por el mero hecho de tener una relativa antigüedad, no solo supone una limitación injustificada de derechos de terceros y restricciones a un desarrollo urbano coherente, sino que desvirtúa el propio concepto BIC y hace desmerecer a aquellos bienes verdaderamente relevantes”, puede leerse en la sentencia a la que ha tenido acceso este periódico.
Después del revés del TSJM quedan pendientes dos procedimientos, que definirán el futuro de este lugar. En las próximas semanas llegará la sentencia sobre la modificación puntual del proyecto y sabremos si se incumplió la Ley del Suelo cuando se aprobó durante el gobierno de Ignacio González (PP). Si los tribunales cuestionan la edificabilidad, no se podrá construir ni destruir. El segundo procedimiento es sobre el desarrollo concreto del plan general. Las vías judiciales se agotan y a mediados de 2021 se sabrá el desenlace que tiene esta obra secundaria en el currículum del arquitecto, pero esencial en el patrimonio industrial español.
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