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Las Cocheras de Cuatro Caminos reciben el máximo apoyo de Europa para su conservación

La organización Europa Nostra incluye el hito de Metro de Madrid entre los 14 monumentos esenciales para el patrimonio europeo y en riesgo de destrucción

Vista aérea de las antiguas cocheras de Metro, en Cuatro Caminos.
Vista aérea de las antiguas cocheras de Metro, en Cuatro Caminos. santi burgos

En la pelea por considerar un patrimonio digno de conservar o acabar con ellas para construir una torre de pisos, las cocheras de Cuatro Caminos acaban de recibir el apoyo de la organización civil europea más importante dedicada a la salvaguarda del legado histórico y artístico. Europa Nostra acaba de anunciar la lista de los 15 sitios del patrimonio europeo más amenazados del momento y entre ellos ha reconocido las cocheras del Metro Cuatro Caminos, del arquitecto Antonio Palacios.

“Después de más de 100 años de uso continuo, esta estación de metro en el barrio norte de Cuatro Caminos en Madrid ahora enfrenta la amenaza de demolición para dar paso a un gran edificio de apartamentos”, explica la organización fundada en 1963, respaldada por una amplia red de organismos públicos, empresas privadas y particulares, que abarca más de 40 países y está presidida por Plácido Domingo. Europa Nostra hace campaña para salvar los monumentos, sitios y paisajes en peligro de extinción en Europa con el programa “7 Most Endangered”, cuyos nombres se harán públicos en marzo de estos 14 citados ahora.

Un comité de 15 expertos internacionales se encarga de seleccionar “los sitios patrimoniales más amenazados sobre la base de su valor histórico cultural y la urgencia de la amenaza que enfrentan”. En la decisión de destacar el patrimonio herido y en peligro de muerte también tienen en cuenta la participación de la comunidad, la sostenibilidad y el potencial socioeconómico del lugar. Como indican desde Europa Nostra, las cocheras son “un ejemplo escaso en Europa y el resto del mundo, que sigue las tipologías arquitectónicas del sistema de Metro de Nueva York, como la cubierta en diente de sierra utilizado en sus naves”. Y como tal asegura la organización que “es una parte esencial de la historia del centenario Metro de Madrid”.

“Es un reconocimiento a nivel internacional, que no se ve influido por los intereses económicos y políticos, como sucede a nivel local. Es más independiente. En 2016, cuando fue en Madrid la convención anual de Europa Nostra, los dirigentes pudieron ver en persona las cocheras. El efecto que tiene inmediato no es administrativo, pero refuerza las tesis de la sociedad civil que reclama, de manera apartidista, que sea conservado como pieza fundamental del patrimonio industrial español”, asegura Álvaro Bonet, de la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio, el grupo que está defienden su destrucción. “Ya no hablamos de un conflicto local, sino internacional. Esto debería obligar a la clase política madrileña a estudiar alternativas para su conservación”, añade.

El reconocimiento llega cuando el diseño urbanístico es cuestionado como nulo, a la espera de la decisión del Tribunal Superior en los próximos meses. En 2014 la cooperativa gestionada por el Grupo Ibosa para crear 443 viviendas compró el solar a Metro Madrid por 88,3 millones de euros. Varias asociaciones se opusieron al derribo de las estructuras conservadas. “Su abandono y falta de mantenimiento, junto con el uso de materiales inapropiados como las cubiertas de uralita, significa que se necesita una intervención urgente”, señala Europa Nostra, que alerta a los responsables políticos y de Metro.

En la lista también aparece un emblemático edificio de Oslo, dañado por el ataque terrorista de 2011, que se pretende demoler; una fortaleza de Belgrado amenazada por un proyecto de teleférico; el Teatro Nacional de Albania, que corre el peligro de ser reemplazado por un edificio contemporáneo; un castillo en la República Checa amenazado por la intensa actividad minera en las inmediaciones; o una monumental central eléctrica modernista en Szombierki (Polonia), una de las últimas de carbón duro en Europa, en peligro por demolición.

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