Ifema sigue intentando reorganizar a los sanitarios tras dos semanas de quejas
La Comunidad de Madrid registra 4.483 muertes, 34.188 casos confirmados y 1.506 pacientes en críticos
Las quejas de los trabajadores sanitarios no han parado ni un solo día en el gran hospital de campaña que se abrió el sábado 21 de marzo en Ifema para enfermos de Covid-19, que en Madrid ya ascienden a 34.188 casos confirmados, de los que 1.506 son pacientes graves ingresados en UCI; hasta el momento se registran 13.850 recuperados y 4.483 fallecimientos. Ninguno, hasta el momento, en el recinto ferial de Ifema. Allí, el pasado fin de semana, sindicatos y profesionales denunciaron una situación que llegaba al “desastre”: pacientes hacinados, poca seguridad para los profesionales, mala logística y escasez de recursos materiales.
Esas protestas se han seguido produciendo a lo largo de la semana en este espacio con una capacidad que puede llegar a las 5.500 camas y 500 plazas de UCI de las que, hasta el momento, solo hay dos ocupadas en la primera unidad que se abrió, este jueves, con 16 camas. “Cuando parece que una cosa se soluciona, va mal otra”, se lamenta una médica de familia. Borja Apellániz, médico de atención primaria residente de cuarto año que trabaja en el turno de tarde, corrobora esa valoración: “Sigue faltando un poco de todo, nos piden que reusemos las mascarillas hasta tres días, tenemos una bata para toda la jornada y solo tenemos una pantalla. Pero después del caos absoluto, esto está dentro de lo que podemos aceptar”.
Sigue faltando un poco de todo, nos piden que reusemos las mascarillas hasta tres díasBorja Apellániz, médico residente de familia de cuarto año
La presidenta de la Comunidad Isabel Díaz Ayuso reconoció este viernes en una entrevista en Televisión Española que puede haber “desorganización de manera puntual”, pero que allí se están “obrando milagros”. Explicó que la idea es que Ifema esté operativo como hospital los meses de abril, mayo y junio para recuperar posteriormente su actividad habitual. Aunque ha precisado que las canalizaciones se quedarán temporalmente “por si volviese la ola” y se necesitase de nuevo; y ha ofrecido a otras comunidades el recinto para que lleven a pacientes afectados. Aunque la presidenta ha hecho declaraciones sobre el hospital de campaña, la Consejería de Sanidad, a las preguntas de este diario sobre las protestas de los trabajadores y la organización de la plantilla no ha dado ninguna respuesta.
El sábado y domingo pasados y este miércoles fueron los momentos donde ese caos se agudizó. El 1 de abril, alrededor de 40 profesionales se marcharon sin haber visto a ningún paciente por la desorganización en las planillas de trabajo. “Fui a las siete de la mañana, porque ya las colas son inhumanas para todo una vez que llegas, y todos juntos, distancia de seguridad no hay por ningún sitio. No me habían asignado ningún control, nos dijeron que sobrábamos, que nos marcháramos... ¿Para qué nos haces dejar nuestros centros de salud entonces para venir hasta aquí?, no entendimos nada y nos cabreamos bastante", recuerda otra residente de familia. Horas después tuvieron que volver a llamar a algunos de esos a los que habían mandado de vuelta a casa porque hacían falta.
Reorganización constante
La desorganización por los turnos de trabajo han provocado “broncas" continuas durante esta semana, apuntan varios sanitarios, que acabaron en una reunión en la que la solución fue lo que muchos profesionales venían pidiendo, que les dejaran organizarse a ellos mismos en lugar de hacerlo bajo la dirección que se había establecido de la gerencia de Atención Primaria. “Nos lo dijeron ayer [por este jueves] y tengo la sensación de que ya va mejor. Nos dicen cuánta gente hace falta por cada control y nosotros establecemos el reparto”, explica Apellániz. Sin embargo, y a pesar de que muchos denuncian pasar allí horas “mano sobre mano”, para los alrededor de 900 pacientes que ya tiene ingresados este hospital de campaña, no hay suficientes profesionales en determinados momentos del día y la reubicación es constante.
Anna Feijóo, enfermera en quirófano de ginecología y obstetricia de 42 años, alega que el trabajo allí produce “agotamiento mental” porque hay que discutirlo todo: “Hay que estar todo el tiempo luchando, contra ellos y contra la Covid-19”. Entiende que montar un centro sanitario en tan poco tiempo lleve mucho trabajo, pero no que tras dos semanas los problemas sigan siendo los mismos. “Hoy nos han dado el planillo, pero hay mucha gente que no aparece o que aparece dos veces, la organización es pésima”.
Hay que estar todo el tiempo luchando, contra ellos [la dirección de Ifema] y contra la Covid-19Anna Feijóo, enfermera en quirófano de ginecología y obstetricia
A los médicos residentes, obligados a atender en Ifema, ya les han asignado un puesto fijo. “O eso parece en principio”, apunta uno de ellos. Hasta el momento, iban cada día sin saber si estaban en las listas de algún control. Pero, asegura, al menos ellos no están siendo tratados como el personal del Summa, enfermeras y auxiliares: “Les cambian los turnos sin avisar, se presentan allí y les dicen que se vayan y que vuelvan luego... Ahora les han dicho que tienen que hacer noches”. El Summa, que en principio se iba a hacer cargo del turno nocturno, no da más de sí. Cada vez hay más pacientes y las bajas se suman. Según un cálculo de Comisiones Obreras, este 2 de abril contaban con 300 profesionales de baja por coronavirus o en aislamiento domiciliario.
Una enfermera residente de segundo año se levantó este jueves a las 06.00 de la mañana, se fue a Ifema, trabajó hasta las 14.00 y a las 15.00 estaba en su hospital para comenzar su turno de tarde. A las 23.00 estaba de vuelta en casa. Y no le pagan más. “Asumo la misma responsabilidad que el resto de mis compañeras pero por menos dinero por ser residente”, denuncia. A partir de ahora, además, tendrán que hacer guardias de noche. Se lo comunicaron el miércoles arguyendo que se iba a pasar a un “modelo hospitalario”.
Según cuenta la enfermera Anna Feijóo, hubo muchas quejas. “Si vamos a hacer un trabajo de hospital, no nos pueden pagar como Atención Primaria. Es decir, yo entiendo que ahora se nos van a pagar las noches, los festivos y los domingos”. El coordinador zanjó la conversación y Feijóo y sus compañeros aún no saben qué pasará: “Se ha quedado en el aire”.
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