Hasta 40 sanitarios se marchan de Ifema sin trabajar después de esperar horas “mano sobre mano”
El sindicato CSIF denuncia desorganización y desinformación a los profesionales
“Es lamentable, lamentable. Me voy a mi centro de salud... los centros de Atención Primaria cerrados y nosotros aquí, sin hacer nada, ni un mono en patines es capaz de organizar tan mal”. Es una médica de familia residente de cuarto año que, por quinto día consecutivo, se presentó la mañana de este miércoles en el hospital de campaña de Ifema para tener que marcharse horas después porque su nombre no estaba en las listas de ninguno de los controles de los dos pabellones que, hasta ahora, están operativos en el recinto ferial: el siete y el nueve, con 930 pacientes por Covid-19 ingresados. “¿No hacemos falta? Vale, pero que no nos hagan venir porque en otros lugares sí hacemos y mucha, como en nuestros puestos de trabajo, de donde nos han sacado obligados para trabajar aquí y trabajar es lo único que no hacemos”.
Los residentes de cuarto año de medicina de familia —en el último de la especialidad— fueron llamados de forma obligatoria a asistir en Ifema y no tienen equipos fijos asignados previamente. “Forzados, dejando 180 plazas vacías en los centros de salud”, apunta la residente, que añade: “No solo nosotros, también los adjuntos están dejando sus agendas y sus citaciones para estar aquí unas horas mirando al resto y luego tener que volverse a su casa”. Para los médicos adjuntos la presencia en Ifema fue, en principio, una libre elección.
La previsión de la Comunidad para este hospital de campaña es que tenga una capacidad de hasta 5.500 camas y 500 plazas de UCI —las primeras 16 se han instalado este miércoles— con 400 médicos y 400 enfermeras sacados de hospitales, el Summa y los centros de Atención Primaria. Lo que provocó una reorganización que levantó, y levanta, críticas de profesionales, sindicatos y el Colegio de Médicos de Madrid, que ven en esta decisión un “vaciado de la Atención Primaria”.
Me vuelvo a mi SAR [Servicio de Atención Rural], he visto cómo mi entusiasmo ha ido evolucionando en hartazgo, ansiedad y no poder dormirMédica de familia de un SAR de Madrid
Ahora, muchos de los que se presentaron voluntarios se plantean renunciar o directamente lo han hecho ya. Es lo que le ha ocurrido este miércoles a una médica del Servicio de Asistencia Rural (SAR) del Sermas que lleva en Ifema desde que abrió, el pasado 21 de marzo: “Yo hoy ya me he plantado, me vuelvo a mi SAR, he visto cómo mi entusiasmo ha ido evolucionando en hartazgo, ansiedad y no poder dormir. No sabes cuándo te toca trabajar y cuándo no, los planillos nunca son del todo cerrados, me he llegado a poner el despertador a las 02.00 porque incluso llegan de madrugada”. Asegura que la situación de caos está generando malestar porque pasan allí "muchas horas en habitaciones totalmente colapsadas de profesionales sanitarios sin trabajar, sin ningún sentido”.
Nuevos turnos rotatorios
Como ellas, dicen ambas, varias decenas de profesionales se vuelven a casa a diario. Algunos de ellos se han quejado de esta situación a lo largo de la mañana. A mediodía, el sindicato Csif enviaba una nota en la que calcula que hasta 40 sanitarios se han marchado este miércoles sin haber visto un solo paciente ni realizar ninguna tarea. Algunos, como los residentes, porque no tenían asignado ningún control. Otros, apunta el sindicato, por la instauración de nuevos turnos de los que no han sido informados por los cauces habituales.
Se refiere a una carta que la Gerencia de Atención Primaria, encargada de dotar de personal a Ifema, junto al Summa, envió el pasado lunes a las plantillas de Enfermería, las TCAE [Técnicas de Cuidados Auxiliares de Enfermería] y los celadores para avisarles de los turnos rotatorios de mañana, tarde y noche que iban a instaurarse para garantizar la asistencia.
Según Csif, “muchos de ellos no han recibido esa notificación en la que se les informa de que su nuevo turno es de noche". Por eso, este miércoles se han presentado a las 07.00 para entrar a la que se suponía que era su jornada laboral. “Se han tenido que dar la vuelta porque, de repente, su turno era de noche”, dice la residente. “¿Es normal que te levantes a las cinco de la mañana para llegar hasta aquí y que te digan que a tu casa después de llevar 15 días sin descansar y que vuelvas por la noche?”, pregunta otro médico.
Csif asegura que muchos se han enterado una vez han llegado al recinto ferial, "a través de unas planillas colgadas en un corcho, de un día para otro, o informándose a través de grupos de WhatsApp”. Y recuerda que el horario de Atención Primaria es diurno, exento de noches. “Aunque somos conscientes de la necesidad de personal en estos momentos, la planificación de los turnos y la información previa es vital para la vida personal y laboral de cada trabajador”, explican en un comunicado.
“Se suponía que las noches las iba a cubrir el Summa, pero es que evidentemente no dan más de sí y ya avisaron”, recuerda la médica residente. “Ya hubo problemas el fin de semana porque el Summa no da abasto”, apunta otro médico de familia. El sábado y el domingo hubo innumerables quejas de profesionales y sindicatos por la escasez de equipos de protección individual, de recursos materiales para atender a los pacientes y por las condiciones del pabellón cinco, el primero que se abrió de manera provisional con 200 camas y que fue cerrado este lunes. Los enfermos fueron trasladados al pabellón siete, la Comunidad pidió disculpas por los fallos y aseguró que el recinto ferial reconvertido en lo que el Gobierno regional anunció como "el mayor hospital de España” ya estaba “cogiendo ritmo”.
El desastre organizativo del personal es absoluto e intolerable con la situación en la que estamosMédica de familia residene de cuarto año
La apertura de esa área nueva prometía dar una tregua a los sanitarios y, tras un día y medio, los recursos materiales como ecógrafos, medicación para otras patologías que no son Covid-19 o servicios de radiología van llegando. Sin embargo, “el desastre organizativo del personal es absoluto e intolerable con la situación en la que estamos", apunta la médica residente. La sanitaria del SAR asegura que si la llaman porque la necesitan, irá “feliz”, pero ni un día más de forma voluntaria: “Me parece hasta poco ético, incoherente e irresponsable que mi guardia en algún momento tuviera que ser cubierta por algún profesional jubilado o sobrecargar más a mis compañeros para yo estar mano sobre mano peleándome por hacer mi trabajo en un sitio en el que aparentemente no hago falta cuando hago mucha en el mío”.
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