Los embalses del franquismo frenan la candidatura de la Ribeira Sacra a Patrimonio Mundial de la Unesco
El paisaje cultural vertebrado por los ríos Sil y Miño en Galicia era la propuesta española para este año y no volverá a presentarse al veredicto de la organización al menos hasta 2024
Cuando apenas falta mes y medio para la próxima reunión del Comité del Patrimonio Mundial en la ciudad china de Fuzhou, la candidatura de España para el año 2021, la Ribeira Sacra, se cae de la lista de aspirantes por una decisión pactada entre la Xunta de Galicia y el Ejecutivo central. La causa está en el informe que acaba de emitir el Icomos (Consejo Internacional de Monumentos y Sitios), órgano asesor de la Unesco, en el que se pide una mejor justificación, en la documentación de la propuesta, de la existencia de grandes embalses en los cañones fluviales y se critican con rotundidad otras agresiones al medio ambiente. El espectacular paisaje conformado por los ríos Miño y Sil a lo largo de 25 municipios de Lugo y Ourense es uno de los grandes suministradores de energía eléctrica de España desde la dictadura franquista. Fue entonces cuando se inauguraron las presas de Os Peares (1955), Belesar (1963), Santo Estevo (1957) y San Pedro (1959) sepultando poblaciones, cementerios, caminos y viñedos. Hoy, los dos primeros embalses son de Naturgy y el otro par, de Iberdrola. Y en la pasada década todas las centrales hidroeléctricas fueron sometidas a grandes operaciones de renovación, desdoblamiento, repotenciación y ampliación respaldadas por el Gobierno gallego, pero muy cuestionadas por los grupos ecologistas. Durante estas obras se horadó la montaña y se llegó a vaciar en sucesivas ocasiones el cauce de los dos mayores ríos de la comunidad.
Los técnicos del Icomos han visitado varias veces desde 2019 la Ribeira Sacra, “alguna vez de incógnito”, comentan varios alcaldes y hosteleros de la zona. La última expedición fue en noviembre, y en su informe final, los inspectores destacan (entre otras referidas a la gestión turística y ambiental) dos principales escollos en los documentos aportados por la promotora de la candidatura, la Consellería de Cultura de la Xunta: las instalaciones de producción eléctrica y la desacralización de antiguos monasterios.
Para los asesores de la Unesco, no está debidamente justificada o explicada la integración de los gigantes hidroeléctricos ni de las cuatro concesiones eólicas que causan “impacto visual” en un paisaje cultural en el que también ven otras heridas. Citan expresamente las canteras a cielo abierto (inaceptables para el organismo) y las reforestaciones con especies foráneas e invasoras tras los incendios habidos. Y además detectan lagunas en el relato que se hace de los procesos de desacralización —y el paso a manos privadas— tras la desamortización eclesiástica del XIX de algunos de los monasterios y conventos que jalonan esta comarca vinícola, entre ellos el ahora parador nacional de Santo Estevo de Ribas de Sil. Si se trata de una Ribeira “sacra”, la desacralización hay que argumentarla, y tal y como indica el Icomos “la única comunidad monástica que aún existe está compuesta por ocho monjas en Ferreira de Pantón”.
Aunque la tradición más extendida sitúa los orígenes de la viticultura de la zona en la época de los asentamientos romanos hallados, un reciente trabajo del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) dató con la técnica del carbono 14 algunas estructuras de cultivo en el siglo X. Esta etapa coincide con la existencia en la Ribeira Sacra de conventos dúplices (de hombres y mujeres) antes de que estos cayeran bajo el control del Císter. La conocida como “viticultura heroica”, por las condiciones extremas en las que se cultiva la vid en terrazas construidas a lo largo de los siglos en las pendientes que se precipitan hasta el río, es una de las señas de identidad de la comarca. Hay viñedos sin acceso por tierra en los que la uva cosechada debe transportarse en barca hasta las bodegas.
La decisión de posponer la candidatura fue anunciada el jueves, después de una reunión del consejero de Cultura de la Xunta, Román Rodríguez, y del embajador de España ante la Unesco, Juan Andrés Perelló, ese mismo día en París. La convención en China en la que la Unesco decidirá qué candidatas logran la declaración tendrá lugar entre el 16 y el 31 de julio, y la mayoría de los participantes asistirán de forma telemática. Será una edición extendida, porque todavía está pendiente la declaración de los enclaves aspirantes del año pasado, suspendida por la pandemia. España ya no tendrá representación en 2021, pero sigue teniendo como candidato del año 2020 el Paisaje de la Luz (Paseo del Prado y Buen Retiro), que puede convertirse en el primer espacio madrileño que logra el título de Patrimonio Mundial de la Unesco.
En principio, la Ribeira Sacra, que con este empantanamiento de sus aspiraciones no pierde el camino recorrido y aún no se cae de la lista de España para el lustro 2020-2024, tendrá que hacer cola para volver a intentarlo. Y no hallará hueco al menos hasta ese último año, 2024, en el que también ha puesto los ojos para postularse el Priorat de Tarragona. La comarca catalana se retiró en 2019, igualmente a causa del informe de puntos débiles del Icomos. La candidatura prevista para 2022 es la de la cultura talayótica de Menorca, que también se había descolgado de la carrera anteriormente. Y el plan para 2023 es someter a votación el llamado Mar de olivos de Jaén, tal y como decidió el Consejo de Patrimonio Histórico español a finales de abril.
Algunos colectivos culturales gallegos como O Sorriso de Daniel, gran defensor del arte románico de la comarca, exigen a la Xunta un ejercicio de “autocrítica” después del jarro de agua fría del Icomos y las graves deficiencias técnicas halladas en la documentación. Aunque ya ha superado todas las etapas la candidatura de la comarca para convertirse, a finales de verano, en Reserva de la Biosfera (junto a las sierras lucenses de Oribio y Courel), la decepción cunde entre los vecinos y los negocios turísticos de la zona, que califican el informe de “demoledor”. Mientras tanto, el consejero de Cultura traduce la situación en “una oportunidad para reforzar la candidatura”, y así lo defendió el viernes en una reunión con los 25 alcaldes de los Ayuntamientos afectados.
“La Ribeira Sacra será Patrimonio Mundial”, prometió Rodríguez, que el próximo martes tiene prevista una presentación de la candidatura ante los embajadores de los países que forman la Unesco en el Museo del Prado. “Lo importante es llegar, no cuándo”, defendió Perelló a la salida de la reunión en la sede del organismo internacional en París. Según ambos, el paso atrás de España es “estratégico” y “muy normal”, ya que también se dio en su día con los talayots de Menorca, el Priorat de Tarragona o las colinas del Prosecco, en Italia, un paisaje que acabó siendo declarado Patrimonio Mundial en la última edición, la de 2019.
“Severas discrepancias” de España con el Icomos
Andrés Perelló reconoció públicamente el jueves que aunque el Icomos destapa errores “manifiestamente corregibles”, España mantiene “severas discrepancias” con el informe elaborado por este órgano asesor. Se abre ahora, según el diplomático, una etapa de “diálogo profundo” y en el mes largo que queda hasta que se reúna el comité de Patrimonio Mundial no queda “tiempo” para enderezar el rumbo de la candidatura.
Luis Fernández Guitián, alcalde popular de Sober —en el corazón de la viticultura heroica— y presidente del Consorcio de Turismo de la Ribeira Sacra, señala: “Solo pedimos una prórroga en el partido, pero seguimos siendo una candidata oficial del reino de España. Estamos en la fase final, a la que es muy difícil llegar, y de ahí no retrocedemos”. “Podíamos haber seguido adelante y presentarnos pese al informe del Icomos, pero era arriesgarse a perder”, admite, porque a las “dos pegas” puestas por los técnicos internacionales se suman otros “hándicaps”.
El regidor se refiere al hecho de que “España, junto a China e Italia” son los tres países del planeta que más distinciones de Patrimonio Mundial acumulan. Esto puede pesar en las naciones que no tienen tantos títulos a la hora de debatir las nuevas incorporaciones, especialmente en un año en el que “los contactos diplomáticos con los 21 representantes de los países solo pueden ser telemáticos”. Al ser aplazada hasta este año por la pandemia la candidatura de Madrid y estar previstas las votaciones de las listas de aspirantes de 2020 y de 2021 en semanas consecutivas, Fernández Guitián cree que la Ribeira Sacra jugaría con desventaja.
La auditoría del Icomos concluye con la recomendación a la Unesco de que no admita este paisaje en la Lista de Patrimonio Mundial, pero el alcalde recuerda que esto ha sido frecuente en los informes de este órgano evaluador sobre bienes españoles “que luego fueron declarados patrimonio de la humanidad”. Los inspectores internacionales también han redactado un texto desfavorable en el caso de la candidatura de Madrid que votará la Unesco en julio. “No podemos olvidarnos”, comenta el regidor del PP, “de que el Icomos, aquí, es el fiscal”.
El Icomos alerta de que el envejecimiento de la población pone en riesgo los valores
"A pesar de ser significativos los esfuerzos" de la Administración "para preservar las características históricas y revitalizar la economía local, Icomos considera que el territorio es particularmente vulnerable al cambio demográfico y su influencia es negativa en las características, sagradas y agrícolas, en las que se apoya el Valor Universal Excepcional" propuesto. El informe del órgano asesor de la Unesco considera que el envejecimiento galopante de la comarca es una de las mayores amenazas para el cultivo en minifundio en terrazas. Llega a describir, incluso, cómo las más inaccesibles para una población ya anciana acaban abandonadas, sin relevo generacional.
Además, los inspectores elaboran una comparativa con otros 57 enclaves dentro y fuera de Europa, algunos de ellos ya Patrimonio Mundial, para desmontar la "excepcionalidad" y el carácter "sobresaliente" de la Ribeira Sacra que defendía la candidatura de la Xunta. Hallaron 16 sitios en los que el paisaje se vincula al "proceso de evangelización", 19 "conjuntos monásticos únicos", y 21 lugares donde se practica tradicionalmente el cultivo en terrazas, "socalcos" o "pataos", como se denominan en la comarca gallega.
"El Icomos no considera que ninguno de los criterios culturales hayan sido demostrados", sentencia el órgano fiscalizador. "Los criterios propuestos, tanto como los presentados originalmente en el expediente de nominación como los reformulados en febrero de 2021" después de las primeras reservas planteadas por los inspectores internacionales que acudieron en noviembre, "no parecen coherentes con las transformaciones del paisaje del siglo XX", concluyen. Tampoco "con la drástica reducción de las comunidades monásticas y la alienación del actual sistema socioeconómico", alejado de aquel que "fomentó la creación de un paisaje agrícola y sagrado distintivo".
Babelia
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