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Sesión en el Ateneo entre médicos y el portavoz sanitario del PP: “La medicina es cada vez más un negocio de mujeres”

Eduardo Raboso defiende, ante los reproches de los sanitarios, un programa “deslavazado” y “alejado de la realidad”, según los profesionales

Eduardo Raboso
Eduardo Raboso, portavoz sanitario en la Asamblea de Madrid, en el Senado.PP
Beatriz Olaizola

Unas 25 personas ―aunque el aforo es de 60― esperan sentadas en una de las salas de la tercera planta del Ateneo, el templo privado de la cultura en la capital. Hay nueve filas de sillas de plástico gris colocadas frente a una pantalla. La mayoría de los presentes son sanitarios: facultativos de las urgencias extrahospitalarias y rurales, médicos temporales, médicos de atención primaria, enfermeros. Son las seis y media de la tarde y llevan una hora y veinte minutos escuchando un discurso que se conocen al dedillo: las propuestas del PP para mejorar la sanidad madrileña, esta vez expuestas por el portavoz sanitario del partido en la Asamblea de Madrid, Eduardo Raboso. “Tengan la bondad de apoyar estas iniciativas con su voto el día 28″, pide el diputado nada más terminar su intervención. Entonces llega la ronda de preguntas. “Su programa es solo un enorme capítulo de buenas intenciones”, critica uno de los presentes. El público aplaude y empieza la fiesta.

Hasta ese momento, nada había perturbado el monólogo tranquilo del diputado, ni la sucesión de diapositivas de fondo azul cielo. “Nuestro objetivo es que Madrid siga siendo la mejor sanidad de España y de las mejores de Europa”, empieza Raboso. Después, las propuestas, una tras otra. Muchas ya las han anunciado otros dirigentes políticos del partido durante la legislatura, como reformar infraestructuras, implementar la telemedicina o construir guarderías en todos los hospitales de la región. Esto último, ante caras de extrañeza, lo justifica: “La medicina es cada vez más un negocio de mujeres y [ellas] son particularmente sensibles a las necesidades de conciliación”. Y sigue con medidas para fomentar la natalidad, como el polémico teléfono para embarazadas que Isabel Díaz Ayuso describió como una línea “a favor de la vida”. “No dice usted nada de si las mujeres van a poder abortar libremente”, le recrimina después uno de los presentes. A este y muchos otros reproches, Raboso no responde.

Siguiente diapositiva: construir más centros de salud. Esto prende la mecha. “Le voy a dar datos oficiales de la Consejería de Sanidad, en el año 2009 teníamos 258 centros de salud y en 2023 tenemos 265, ocho más”, le reprocha uno de los médicos. En 2020, Ayuso, prometió la construcción de 22 nuevos ambulatorios ―14 ya se habían anunciado incluso una década antes― y a ocho días de las elecciones autonómicas, solo uno se ha inaugurado.

“Soy médico en un antiguo SAR (Servicio de Atención Rural) y no le he oído hablar de la urgencia extrahospitalaria, después del desmantelamiento [que hicieron]”, sigue una doctora sentada en tercera fila. El 27 de octubre del año pasado, el Gobierno regional puso en marcha la reorganización de las urgencias extrahospitalarias, que consistía, en resumen, en abrir 78 centros con la mitad de médicos que había antes de la pandemia. Eso derivó en que muchos de los puntos atendían ―y todavía lo hacen― solo con enfermeros y celadores. Raboso escucha y asiente. La sanitaria insiste: “En Navalcarnero había ocho médicos y ahora hay cero. No me ponga esa cara, porque le puedo enumerar dónde está ocurriendo esto. Contratan el doble de enfermeras y si hay médico libre no se le contrata”.

El diputado coge el micrófono y echa balones fuera: el plan de la consejería no era abrir de nuevo todos los centros. “Tenemos un problema endémico, no tenemos urgenciólogos, porque no hay especialidad. No es culpa nuestra. [...] Vista la disponibilidad de personal se optó por abrir unos cuantos”, defiende. En casi hora y media de presentación, Raboso no ha mencionado una sola vez a las urgencias extrahospitalarias. “Políticamente, sufrimos una presión brutal para abrirlos, cosa que no pretendíamos hacer. La presión fue espantosa y orquestada de diversas formas en las que no voy a entrar”, añade. Se refiere a la huelga del pasado noviembre, que culminó con una dolorosa renuncia de los profesionales: aceptaban que se abrieran 49 centros con médico. Los 29 restantes se valorarían en mesa sectorial, pero por ahora, todo sigue igual, y los sanitarios siguen con los paros.

― “Nos maltratan desde el 27 de octubre”, dice la médico rural.

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― “Desde 1995″, añade otro sanitario.

― “¿Puedo seguir?”, pregunta Raboso.

La intervención del diputado popular es la primera de cuatro. El Ateneo ha organizado un ciclo de charlas para todos que los partidos presenten sus propuestas sanitarias antes del 28-M. Vox ha sido la única formación en negarse a participar.

A mitad de presentación, los sanitarios levantan la vista de sus libretas. Alguno resopla. No les gusta lo que acaban de escuchar, un dato que baila arriba o abajo según quien lo pronuncie: el Partido Popular consolidará a 34.000 profesionales sin plaza fija antes del 31 de diciembre de 2024. Eso supondría un 86% de estabilización. “Ángela, apúntatelo y si el 1 de enero de 2025 no he cumplido me lo reclamas”, dice Raboso. Se dirige a Ángela Hernández, secretaria general del sindicato Médico Amyts, que está entre el público. Ella asiente y espera el turno de preguntas para calificar de “deslavazadas” y “alejadas del la realidad sanitaria” las propuestas del PP. “No basta con decir que hay que proteger las unidades, después de dos décadas de temporalidad [...] Con 27 años de un mismo gobierno se ha perdido una gran oportunidad de planificación sanitaria”, le afea.

El Gobierno regional está obligado por una ley estatal de 2021 a estabilizar el empleo y hacer fijo a los trabajadores temporales antes de diciembre de 2024. Los médicos con un contrato temporal o de interino protestan porque la Consejería de Sanidad les ofrece un proceso de regularización que incluye un examen, cuando ellos piden ser reconocidos de modo automático por un concurso de méritos, como han hecho otras comunidades autónomas. Por eso, un año después de que alcanzaran un acuerdo con la Comunidad de Madrid y su situación no haya mejorado, han vuelto a la huelga. Actualmente, de los 12.018 especialistas hospitalarios del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), 5.534 son fijos (un 46,05%) y 6.484 temporales (53,95%). Estos datos contrastan con los que anunció Ayuso, que aseguró en una entrevista de la Cadena SER que había “acabado con la temporalidad”. “¿Qué busca la Consejería de Sanidad con un examen eliminatorio?”, pregunta un neonatólogo del Gregorio Marañón, que lleva 18 años con contratos temporales. “No soy el director general de Recursos Humanos”, responde Raboso.

Con ello, una de las diapositivas dice así: “Contratar profesionales extracomunitarios para categorías estatuarias deficitarias en Madrid”. Esto es, traer médicos de fuera para suplir la falta de profesionales, que en muchas ocasiones se marchan a otras comunidades por la falta de incentivos y la precariedad de los contratos en la capital. El periodo de formación de los residentes termina un día antes de las elecciones y el 70% de los MIR de medicina familiar ―152 nuevos médicos― ha valorado dejar la región si no mejoran sus condiciones, según una encuesta interna realizada por los propios residentes en marzo. Eso son menos de 70 futuros médicos para los de los 265 centros de salud.

¿Y cuánto va a costar todo? Raboso lo deja para la última diapositiva: 4.179,69 millones de euros. “Habrá que explicar a dónde va el reparto [de dinero]”, desconfía un sanitario. Entre las propuestas, hay una que, por su envergadura, sorprende a los presentes: convertir el antiguo hospital Puerta de Hierro, una mole de 51.300 metros cuadrados vacía desde 2008, en un hospital ELA. “El primero de estas características en todo el mundo, que sea el centro más avanzado para el tratamiento de esta enfermedad”, expone el diputado. El matiz llega al final. “En el programa electoral anterior lo iban a convertir en otra cosa”, dice el mismo sanitario. En septiembre de 2020, Ayuso anunció que el viejo edificio albergaría un hospital de cuidados y recuperación con 240 camas. La charla termina con un último encontronazo.

―”El capital humano del Sermas es un tesoro para la Consejería Sanidad”, declara Raboso para finalizar.

―”Nosotros no percibimos eso”, le responde un asistente.

―”Mmm, a veces es así”, acepta el portavoz.

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Sobre la firma

Beatriz Olaizola
Es reportera en la sección de Madrid. Antes escribió reportajes para eldiario.es en el País Vasco, donde cubrió sucesos y temas sociales, políticos y culturales. También realizó prácticas en la Agencia EFE. Graduada en Periodismo por la Universidad del País Vasco y máster en Periodismo UAM- EL PAÍS.

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