La política económica de Ayuso: los bares abiertos como ideología
La Comunidad de Madrid enarbola las facilidades para mantener la actividad comercial en ausencia de planes de rescate para los sectores más golpeados por la pandemia
Al tomar las uvas en la Nochevieja de 2019, Alejandra Álvarez sabía que el año que estaba a punto de empezar llegaba cargado de momentos importantes. En febrero abriría un restaurante en Madrid y en junio daría a luz a su primer hijo. Pero nadie le preparó para las otras sorpresas que le esperaban a la vuelta de la esquina. No habían pasado ni dos meses desde que inauguró su negocio y ya tenía que cerrarlo a cal y canto por el durísimo confinamiento. Álvarez y su marido salieron adelante gracias a endeudarse más y más. Cada mes se acumulaban 5.000 euros de gastos fijos mientras su local del barrio de Chamberí no ingresaba ni un euro, recuerda ahora desde la terraza del negocio que tantas noches sin dormir le ha deparado.
Ha pasado más de un año y las cosas van mejor. La terraza que improvisó ganando espacio donde antes había plazas de aparcamiento le permite ir aumentando los ingresos. En estos meses de pandemia, Álvarez dice no haberse sentido apoyada por las administraciones, ni la central ni la autonómica. Ella no se declara ni pro Ayuso ni anti. Pero sí hay algo que valora de la gestión de la presidenta de la Comunidad: que le haya permitido abrir cuando otras comunidades con mejores datos sanitarios obligaban a la hostelería a bajar la persiana. “Poder seguir trabajando ha sido la mejor ayuda”, valora sobre una decisión muy criticada por los responsables sanitarios que consideraban que la apertura podía contribuir a propagar la epidemia.
Las facilidades para mantener en marcha los negocios —pese a los aforos reducidos y el toque de queda— es una de las escasas señas de identidad económica del Gobierno madrileño en una legislatura con pocas iniciativas. No solo por su corta duración. El Ejecutivo de Isabel Díaz Ayuso se ha visto incapaz de aprobar medidas económicas de envergadura, ya sea por la falta de mayoría en la Asamblea, por el desacuerdo entre PP y Ciudadanos o porque no ha sacado adelante sus Presupuestos.
A falta de grandes iniciativas, ha habido una avalancha de declaraciones a favor del pequeño comercio. “Que no cuenten conmigo para arruinar a la hostelería”, ha repetido la presidenta, convertida en una especie de musa de los bares, con ofertas como “patatas a lo Ayuso”, pizza “Madonna Ayuso” o cerveza “la caña de España” dedicadas a la lideresa.
Miguel Garrido, presidente de la patronal madrileña CEIM, recuerda un año y medio “durísimo”, en el que muchas empresas han desaparecido. Pese a echar de menos un plan de rescate serio para ayudar a estos empresarios en apuros, sí aplaude las medidas para evitar un cierre generalizado. “La experiencia ha demostrado que no era en los negocios donde se producían los contagios. Al menos nos ha dejado trabajar”. En la Consejería de Economía calculan que eso ha salvado más de 20.000 puestos de trabajo. El Gobierno regional, además, ha aprobado 30 millones en ayudas directas para pymes; ha intentado dar liquidez a las empresas industriales; y ha sufragado las cuotas de decenas de miles de autónomos.
Mucho más crítico que Garrido es Jaime Cedrún, secretario general de CC OO Madrid, que achaca a Ayuso una absoluta inacción. “No se ha gastado ni un euro pese a que el nivel de deuda lo permitía. No ha hecho nada: ni presupuestos, ni rebajas fiscales, ni planes de rescate. Solo una ley de suelo que ha acabado en el Constitucional y legalizar una universidad privada. Eso es todo”, dice.
En la Consejería de Economía sacan pecho y aseguran que Madrid lidera la recuperación en España, creciendo un 4,4% en el cuarto trimestre de 2020, frente a un 0,4% en la media española, según sus datos provisionales. Pero a la espera de que el INE publique los datos definitivos, analistas independientes como Funcas cuentan otra historia. “La caída del PIB madrileño en los tres primeros trimestres de 2020 fue más acusada que la media nacional, resultado que no va a modificar la evolución más favorable del cuarto trimestre, fruto de unas medidas de control de la pandemia menos restrictivas”, asegura el documento Previsiones para las comunidades autónomas 2020-2021, que estima en un 13,6% la caída del PIB madrileño el año pasado frente al 12% de media en España.
Los economistas de BBVA Research, en cambio, creen que Madrid ha resistido mejor el golpe económico de esta crisis. “Tenía varias ventajas: menor peso del turismo que otras autonomías, mayor capacidad de generar valor añadido de forma telemática y un aumento del gasto por los madrileños que no fueron de vacaciones por los cierres perimetrales”, dice Miguel Cardoso, economista jefe para España del banco.
En algo coinciden los analistas: la mejor evolución de Madrid a finales de 2020. “A partir del verano, cuando las comunidades empiezan a hacerse con la gestión, hay una relativa mejoría fruto de la política no tan estricta para el comercio. Madrid es de las pocas comunidades donde aumenta la afiliación a la Seguridad Social a partir de septiembre”, asegura Javier Ferri, de la Universidad de Valencia y Fedea. La gestión económica fue fruto de las dos almas del Gobierno de coalición, ya que PP y Cs se repartieron las consejerías de Hacienda y Economía. Pero los datos no lo cuentan todo. No lograron ni siquiera presentar un proyecto de presupuestos ni en 2020 ni en 2021. Y fue el primer Gobierno de Madrid que no aprueba una rebaja impositiva desde 2004.
“El principal problema es que el presupuesto que gestiona hoy la Comunidad se hizo hace tres años… ¡Como si no hubiera cambiado nada en tres años!”, ironiza Juan Lobato, del PSOE. “La estrategia de imprudencia sanitaria no ha dado un buen resultado económico”, añade. “El gran error de Ayuso en la gestión económica ha sido pensar que la economía no estaba supeditada al impacto de la pandemia”, coincide Pablo Gómez Perpinyà, de Más Madrid. “Al despreciar la salud, ha despreciado a su vez la recuperación. Y aunque es difícil decir un acierto, su plan de rescate a familias y autónomos de 1.000 millones tenía un buen planteamiento, pero por desgracia quedó en un cajón con su convocatoria electoral”.
Ese plan fue impulsado unilateralmente por Cs, que batalló para incluirlo en los que debían ser los primeros Presupuestos del Gobierno de coalición. Como informó EL PAÍS, los dos socios tenían una reunión para cerrar el apoyo de Vox a las cuentas el mismo día en que Díaz Ayuso decidió el adelanto electoral: un terremoto que se llevó por delante 250 millones en ayudas para la hostelería.
Mayor golpe al empleo y una recuperación más rápida
Esta crisis ha traído algo inédito a la economía española: por primera vez la caída del PIB es mucho mayor que el golpe al empleo. Pese a todo, la pandemia ha elevado la tasa de paro en toda España, con un repunte ligeramente mayor en Madrid que en la media del país.
La Encuesta de Población Activa —la mejor radiografía del mercado laboral español— mostró que la tasa de paro en todo el país había subido en enero al 16,1%, dos puntos y medio más que un año antes, cuando la covid parecía tan solo una extraña enfermedad aparecida en un remoto lugar de China. La tasa de desempleados en Madrid era menor, del 13,5%, pero en 2020 había aumentado más rápido que en la media española: un 3,5 puntos en un año.
Si en el último trimestre de 2019, la región madrileña contaba con 352.000 parados, un año después esta cifra se había disparado hasta los 480.000. Una subida del 36%, la segunda mayor de toda España, solo superada por el impresionante 75% de Baleares. El número de ocupados también cayó el año pasado más en Madrid que en el resto de España.
Pero estos datos no cuentan la historia completa del efecto de la pandemia en el mercado laboral madrileño. Porque si bien el impacto inicial ha sido mayor, en los últimos meses la evolución de los afiliados a la Seguridad Social en Madrid evoluciona a mejor ritmo.
Así, en la Consejería de Economía insisten en que el dinamismo de la región ha permitido liderar la creación de empleo (102.000 puestos efectivos desde septiembre, contando a las personas que han salido de los ERTE) y empresas (el 23% del total de España en 2020).
“Al mercado laboral madrileño le beneficia el tener un menor peso relativo de la temporalidad. Y que su economía se basa más en servicios que no son presenciales. De esta forma se explica una evolución algo mejor que en el resto de comunidades autónomas”, cierra Miguel Cardoso, economista de BBVA Research.
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