El PP reconquista el Senado en las elecciones generales del 23-J
Los populares logran 120 sillones de la Cámara alta, más de la mitad de los 208 representantes de elección directa en juego el domingo
El PP ha reconquistado este domingo el Senado, con el 99% del voto escrutado. Beneficiada por el método de elección de representantes en esta institución, donde el sistema de tres senadores por lista tiende a primar al partido más votado, la formación ha arrasado en la Cámara alta y ha obtenido más de la mitad de los 208 escaños en juego este 23-J (otros 58 senadores son designados por las comunidades autónomas). Los populares han sumado 120 sillones, frente a los 83 que obtuvieron en la anterior cita con las urnas. Los conservadores, encabezados ya por Alberto Núñez Feijóo, recuperan así el dominio que perdieron hace cuatro años, cuando los socialistas se hicieron con la mayoría (absoluta en los comicios de abril de 2019, que pasaría a ser simple tras la repetición electoral de ese ejercicio).
A estos senadores de elección directa, el PP sumará al menos otros 23 de designación autonómica, según las cifras de la agencia Europa Press. Como las elecciones en varias comunidades fueron hace poco, aún quedan representantes de este cupo por nombrar y no se conocen todos los nombres. Pero, según estos datos provisionales, el PP sumará como mínimo 143 sillones del Senado, cuya mayoría absoluta se sitúa en 134.
El ascenso radical del PP ha empujado al PSOE hacia abajo, que sufre un importante descenso y que no consigue aguantar, como ha hecho en el Congreso. El partido de Pedro Sánchez pasa de los 93 senadores que logró en noviembre de 2019, a los 73 de este domingo (contando el de la coalición PSOE-Sumar-EUIB-ARA Eivissa). Los socialistas se dejan 20 representantes. Y, en este camino, también pierden el control de una institución que han dominado durante la última legislatura. Según el calendario previsto, las Cortes se constituirán el próximo 17 de agosto.
La mayoría de fuerzas nacionalistas da un importante paso atrás, principalmente por el desplome de ERC y el PNV. Los peneuvistas pasan de 9 representantes a solo 4. Por su parte, el partido catalán liderado por Oriol Junqueras, que logró 11 senadores en noviembre de 2019, ahora apenas suma tres escaños a la coalición llamada Izquierdas por la Independencia, de la que forma parte junto a EH Bildu. Esta última formación sí avanza: aporta a dicha coalición cuatro escaños (todos en el País Vasco y ninguno en Navarra), frente al único sillón que logró en los anteriores comicios.
Junts también retrocede. Este partido independentista catalán, liderado desde Bélgica por el expresident fugado Carles Puigdemont, solo suma un senador, frente a los 3 de 2019. Unión del Pueblo Navarro (UPN), la Agrupación Socialista Gomera y la Agrupación Herreña Independiente completan el mapa: cada una de estas formaciones obtiene un sillón.
Por su parte, tres fuerzas pierden todos sus senadores de elección directa. La coalición Navarra Suma (formada por UPN, PP y CS), al no haberse presentado a estas elecciones generales de forma conjunta, se queda sin los tres representantes que logró en la cita con las urnas de noviembre de 2019. En ese camino le acompañan Teruel Existe y Vox, que no revalidan ninguna de las dos actas que tenía cada una de esas formaciones.
El número de miembros de la Cámara alta no es fijo y, de hecho, ha variado durante la actual etapa democrática. La Constitución contempla que 208 senadores son elegidos directamente por los ciudadanos en los comicios generales, pero el total del hemiciclo se completa con otro grupo de parlamentarios de designación autonómica: como mínimo, cada comunidad nombra siempre a un senador, al que suman otro por cada millón de habitantes que viva en su territorio. Este sistema ha provocado, por ejemplo, que en la segunda legislatura (1982-1986), con todas las autonomías ya en funcionamiento, se designase así a 46 senadores, frente a los 58 que se nombrarán de esta forma en esta decimoquinta legislatura.
La Constitución concibe al Senado como una cámara legislativa de segunda lectura y de representación territorial, pero su utilidad se ha puesto en cuestión durante décadas y se han presentado muchas propuestas para reformarlo.
Sin embargo, la institución adquirió una enorme relevancia en el último Gobierno del PP, cuando Mariano Rajoy ocupaba La Moncloa. El desafío independentista catalán provocó que todos los ojos se centraran en el Senado, del que depende la aplicación del artículo 155 de la Constitución —que permite aplicar las medidas que el Ejecutivo considere necesarias para obligar a una comunidad autónoma a cumplir con la ley fundamental—. Este mecanismo solo se ha activado una vez. Fue en octubre de 2017, tras el referéndum ilegal del 1-O y la declaración unilateral de independencia encabezada por el expresident Carles Puigdemont, que actualmente se encuentra fugado en Bélgica. En esa ocasión, el PP gozaba de mayoría absoluta y hubiera podido aprobar la aplicación del 155 por sí solo, pero el PSOE decidió apoyarlo, junto con Ciudadanos y Coalición Canaria.
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