Junqueras quiere que la militancia avale su aspiración a seguir liderando ERC
Puigdemont aprovecha la debilidad de Esquerra para intentar aglutinar al independentismo en Junts
Oriol Junqueras aspira a llegar al congreso extraordinario de ERC, que se celebrará el 30 de noviembre, con un aval claro de la militancia para repetir como presidente de la formación, pese a haber dejado el cargo el miércoles. El exvicepresidente de la Generalitat ha dado este jueves, en una rueda de prensa, más detalles de su plan: recorrerá Cataluña, escuchará a la ciudadanía y a la militancia y decidirá entonces si se presenta para revalidar el cargo con una nueva propuesta. El objetivo, ha dicho, es reconectar ERC con las inquietudes sociales de los catalanes. “No tengo prisa para nada, pero no quiero renunciar a nada a la hora de ayudar a mi país”, ha afirmado un Junqueras, quien justifica su decisión de dejar temporalmente la presidencia del partido —lo hará tras las elecciones europeas de junio— para poder hablar “de tú a tú” con las bases. No es el mismo camino que ha tomado la secretaria general, Marta Rovira, quien ayer, en una carta en la que anunciaba su dimisión del cargo, remarcó que no buscará repetir en esa responsabilidad y abogó por nuevos liderazgos.
Carles Puigdemont, por su parte, ve una oportunidad en la crisis que sufre ERC. El líder de Junts y candidato a las elecciones autonómicas del pasado domingo ha hecho este jueves un llamamiento al independentismo para “no perder el tiempo con divisiones internas”. Puigdemont, que se marchó de España en 2017 para evitar ser juzgado y está ahora a la espera de que se apruebe la ley de amnistía, ha comparecido desde Perpiñán (Francia), donde ha considerado que Cataluña vive una situación de “emergencia nacional”. Junts y su líder tratan de sacar petróleo del mal momento que sufre su rival en ese espacio político, presentándose como la única agarradera sólida que tiene el independentismo. “Las razones para la independencia son más rotundas que nunca”, ha dicho el expresident.
Sus declaraciones son una manera de meter presión a ERC para que este partido descarte un Gobierno tripartito que haga presidente de la Generalitat al socialista Salvador Illa. Puigdemont insiste en que tiene intención de presentarse a la investidura, pese a que necesita una pirueta parlamentaria para llegar a ser president. Le haría falta el apoyo de ERC y de la CUP y, además, la abstención del PSC, el partido que ganó las elecciones con 42 escaños, siete más de los que obtuvo Puigdemont. En público, Junts mantiene que la repetición electoral no sería una buena idea, pero el propio Puigdemont ha reconocido estar “preparado para todas las eventualidades”. Si hay que volver a votar en otoño, probablemente podría hacer campaña físicamente en Cataluña, beneficiado por la aplicación de la ley de amnistía.
ERC tendrá que decidir en breve qué votará en la investidura del nuevo president de la Generalitat, tanto si a esa votación se presenta Illa como si lo hace Puigdemont. Junqueras ha instado al PSC, Junts y Sumar Comuns a que pacten entre ellos, tras “poner trabas” al Govern de Aragonès en la pasada legislatura. Y se ha querido sacudir la responsabilidad del sentido final del voto en esa investidura: “Las decisiones siempre las toman los órganos correspondientes”, ha apuntado.
Pese a que desde ERC también insisten en que no desean la repetición electoral en Cataluña, la fecha elegida para el congreso del partido es significativa. Junqueras ha aclarado que ese plazo hasta el 30 de noviembre da margen ante un incierto calendario electoral, “[los comicios] que se saben y los que no se saben, como unas generales”, ha apostillado.
Junqueras intenta reubicarse en el debate interno abierto tras el fiasco electoral del 12-M —ERC se desplomó, perdiendo 13 de sus 33 diputados— y al que el president en funciones, Pere Aragonès, respondió el pasado lunes con el anuncio de que abandona la primera línea de la política. Junqueras no tardó en mandar una carta abierta en la que se mostraba dispuesto a mantenerse en el liderazgo del partido. Un día después, sin embargo, aceptó dejar la presidencia, pero a continuación sugirió que era una dimisión temporal, y ahora ha anunciado que tomará la decisión definitiva tras ese período de escucha a las bases. El exvicepresidente no cree que eso suponga un cambio de guion y ha negado presiones para dar el paso, dejando claro que quiere volver. “Solo lo haré si tengo un aval explícito. Quiero que la militancia me diga si espera algo de mí, que puede ser que no y también sería legítimo”, ha añadido.
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