Sin recetas mágicas ni dinero para remontar los malos resultados de los alumnos catalanes
En el debate sobre educación, organizado por el Colegio de Docentes, los partidos reclaman más inversión para políticas que favorezcan la equidad
Los partidos políticos, acostumbrados a discrepar, coinciden a listar los principales problemas del sistema educativo catalán: una inversión insuficiente, los malos resultados de los alumnos, el elevado índice de abandono escolar (14%), la segregación escolar, la burocracia o la falta de prestigio de la profesión docente. Y también en la solución: más inversión para poder desarrollar políticas educativas que compensen la pobreza infantil y el aumento de la complejidad en las aulas, desde la gratuidad de las guarderías, el comedor o las extraescolares a la reducción de los barracones o aportar más recursos en los centros con más alumnos vulnerables.
El Colegio de Docentes de Cataluña ha acogido este lunes un debate electoral sobre educación, en el que han participado la consejera de Educación, Anna Simó, en representación de ERC, además de Esther Niubó (PSC), Francesc Ten (Junts), David Caño (CUP), Joan Carles Gallego (En Comú Podem), Fernando Sánchez Costa (PP) y Manuel Acosta (Vox). En el encuentro se ha visualizado de nuevo la coincidencia en muchas políticas educativas, y aunque se ha hablado poco de propuestas metodológicas para mejorar los malos resultados de los alumnos catalanes (la temática de los bloques del debate tampoco lo ha propiciado), sí se han puesto sobre la mesa medidas que colateralmente pueden ayudar a ello.
Tras el fiasco del informe PISA, el Departamento de Educación apuntó como causa al alto nivel de pobreza infantil (un 32%) y la gran diversidad en las aulas (social, económica o con dificultades de aprendizaje). Los partidos también han apuntado otros motivos como la segregación escolar, los efectos todavía palpables de los recortes emprendidos hace una década o los problemas de salud mental de alumnos y profesores, especialmente agravados tras la pandemia.
Las formaciones que concurren a las elecciones del 12 de mayo están de acuerdo en que la solución a los problemas pasa por inyectar más recursos a la educación y llegar al 6% de inversión del PIB (actualmente está en 4,3%). ¿Ello es posible? Según algunos partidos sí. “Es una cuestión de prioridad. El Govern debe decidir dónde poner el dinero”, ha aseverado el representante de la CUP. En una línea parecida se ha expresado el PSC, que ha criticado que se destinen 50 millones a medidas como el vale escolar, “que no garantizan la equidad”, ha dicho, ya que lo reciben todo tipo de familias. ERC, por su parte, ha destacado que si Cataluña no logra una financiación singular no se llegará a ese 6%.
Si se lograra esa inyección de fondos para educación, los partidos ven como prioritario políticas que favorezcan la igualdad de oportunidades y la equidad, como conseguir la gratuidad de las guarderías, del comedor o de las extraescolares, contratar más personal de apoyo educativo o lograr más recursos para la escuela inclusiva. También se ha propuesto contratar más profesorado para reducir las ratios en secundaria, y así favorecer el aprendizaje en aulas más reducidas de máximo 20 alumnos.
El uso del catalán ha centrado uno de los bloques del debate. Aquí casi todos los partidos han apostado por apartar la política de las aulas, y desplegar el modelo de inmersión lingüística, incrementar las aulas de acogida y fomentar el catalán a nivel social. De este discurso se ha desmarcado el PP, que considera que los partidos están politizando la lengua y “la están haciendo antipática para la juventud porque es la del Govern”.
Coincidencias y propuestas de los programas
En sus programas electorales respectivos, los grandes partidos coinciden en la declaración de intenciones sobre aspectos como hacer gratuitas las guarderías, dar más recursos a la escuela inclusiva, mejorar la formación del profesorado, así como su bienestar emocional y su prestigio profesional, potenciar el catalán, ampliar la oferta de FP, reforzar la orientación educativa para luchar contra el abandono escolar y desplegar un plan para lograr que las actividades extraescolares sean gratuitas.
Pero cada partido tiene sus propuestas singulares. En el suyo, ERC explota las políticas realizadas desde que gobierna la Generalitat (2021, aunque ostenta la cartera educativa desde 2018), y se compromete a finalizar los planes que han quedado truncados por la convocatoria adelantada de las elecciones (el de las actividades extraescolares gratuitas, la lucha contra el abandono escolar o el de mejora de la lectura y matemáticas). También quiere recuperar el decreto de conciertos educativos (abandonado en un cajón desde hace años) y acabar con la financiación a las escuelas religiosas que separan niños y niñas (en 2022 se eliminó en la ESO, pero en 2026 se revisan los de primaria).
PSC y Junts piden un refuerzo de las materias básicas -lectura y matemáticas- para remontar resultados, y los nacionalistas añaden la posibilidad de recuperar la sexta hora en los centros públicos (la concertada ya la tiene) o volver a implantar los exámenes de septiembre para la ESO y bachillerato, además de clases gratuitas de refuerzo en julio. Los comunes quieren que toda la educación sea gratuita (sin cuotas de material ni de comedor), apuestan por igualar los horarios entre escuelas públicas y concertadas y un plan para integrar estas últimas en la red pública en el periodo de una década. En esta propuesta coincide la CUP, que también propugna una ley de educación que sustituya la LEC y casals de verano gratuitos. El exiguo programa del PP promete guarderías gratuitas.
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