Los ecologistas reclaman participar en la gestión del agua de la Albufera ante su alarmante descenso
Acció Ecologista-Agró, SEO/BirdLife y Xúquer Viu recuerdan a la Generalitat que ya existe una mesa que reúne a todos los representados en la junta rectora y urgen a actuar por los bajos niveles
Las entidades Acció Ecologista-Agró, SEO/BirdLife y Xúquer Viu recuerdan que ya existe una mesa del agua de la Albufera, en la Junta Rectora del parque natural, en la que están representados todos los sectores interesados y a la que corresponde la tarea de control. Este recordatorio responde al anuncio del director general de Medio Natural, Raú Mérida, de la creación de una mesa de control permanente del agua del lago, ante su alarmante descenso en lo últimos meses, principalmente por la falta de lluvias y también por los vientos continuados de Poniente de los últimos meses.
A principios de este año, la situación del lago, situado a 10 kilómetros de la ciudad de Valencia, era mucho mejor que la de otros humedales españoles, afectados por la sequía, debido a las abundantes lluvias que cayeron en 2022 en la Comunidad Valenciana. Ahora, la falta de agua es muy preocupante y recuerda a los niveles de 2019, cuando se dispararon todas las alarmas. Por ello, el pasado martes, el Gobierno, la Generalitat y el Ayuntamiento acordaron medidas para intentar paliar la escasez de agua.
Los ecologistas, con larga experiencia en la gestión y conservación del parque natural, proponen que en el seno de la citada mesa pueden crearse las comisiones que se consideren necesarias. Denuncian que el Consell se olvida de ellas, que son una parte indispensable en la defensa de la Albufera, y solo quiere contar con regantes y políticos.
También inciden en que en la última reunión de la Junta Rectora, en enero de este año, se decidió crear una comisión de agua con el objetivo de elaborar un plan de gestión hídrica para la Albufera. Las entidades ambientales manifestaron su voluntad de formar parte de esa comisión, urgen a su convocatoria y esgrimen como argumento el propio decreto de 2019 del Consell, que modificaba el régimen jurídico del parque.
El comunicado de los ecologistas se produce dos días después de que el pasado martes las organizaciones ambientales pidieron la convocatoria urgente de la Junta Rectora para estudiar las causas de la actual situación y la posibles soluciones a corto y largo plazo, ya que la última vez que se reunió fue en enero cuando, según el reglamento, debería reunirse tres veces al año como mínimo.
Los ecologistas califican de “alarmante” situación del lago y muestran su “preocupación” por los niveles del mismo, que durante el mes de noviembre y diciembre se han situado “por debajo de los adecuados” y, algunos días, por debajo del nivel del mar, lo que ha propiciado “la entrada de agua salada”. Una situación que, según han advertido, “se ha agravado durante los últimos meses debido a la falta de precipitaciones y de aportaciones de agua dulce”.
Ese mismo martes, en una reunión de urgencia celebrada en la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) entre la Conselleria de Medio Ambiente, el Ayuntamiento y los regantes, se acordó que la Albufera reciba los 6,5 hm3 de agua pendientes de la concesión de la Acequia Real del Júcar. Este acuerdo se adoptó ante el estado actual del lago de la Albufera, que se encuentra en niveles por debajo de los adecuados.
Esta cantidad, sumada a los 8 hm3 enviados hasta el momento, completarían la aportación destinada al lago procedentes de los ahorros de la modernización de la Acequia Real del Júcar. La CHJ explicó que aunque esta entrada de agua al lago estaba prevista para ser enviada durante la primavera, las necesidades del humedal, dada la situación meteorológica, con una falta “casi total” de precipitaciones en los últimos meses, ha hecho necesaria su instrucción “con carácter de urgencia”.
No obstante, tanto los técnicos del parque como los del Ayuntamiento consideraron que este volumen, “aunque útil”, resulta “insuficiente” para resolver el problema, por lo que se han analizado “otras posibilidades” de aportación extra. Según los propios técnicos de la Consejería de Medio Ambiente, el humedal, que mantiene desde el mes de septiembre las compuertas de salida al mar cerradas, requiere, para su “correcto funcionamiento” como sistema natural, de una “comunicación constante” con el mar que garantice “una renovación continua” del agua del sistema, incluidos los arrozales que lo circundan.
En este contexto, indicaron que la ausencia de lluvias y los ponientes continuados han supuesto una “grave amenaza” para el ecosistema del parque natural. A este respecto, dada la imposibilidad de derivar caudales procedentes de desembalses, los usuarios de riego han accedido, como solución “de emergencia y extraordinaria”, al aporte de agua sobrante de riego a cambio de agua regenerada procedente de la depuradora de Pinedo a través de sus infraestructuras, con el fin de que llegue al lago el aporte adicional necesario en “condiciones adecuadas” para paliar la situación.
Durante la reunión, los organismos competentes se comprometieron a “estudiar alternativas” que adecuen las normas de gestión existentes con el fin de “incrementar la resiliencia” de la zona húmeda ante previsibles situaciones meteorológicas de sequía como la actual, así como establecer mecanismos para la derivación “efectiva” de caudales ambientales del Turia y del Júcar establecidos como requisitos ambientales por el plan de cuenca.
Las entidades ambientales inciden en que han avisado “repetidamente” en las alegaciones presentadas al Plan Hidrológico, que entró en vigor el enero de 2023, que los caudales ambientales de la Albufera “no eran suficientes y, sobre todo, que no estaban garantizados los requerimientos hídricos fijados en 210 hm3″. En este sentido, han agregado que “solo” los 14,5 hm3, procedentes de la modernización de la Acequia Real, eran “reales”, un 7% del total que se ha estimado necesario para “la buena salud de la Albufera”.
Los colectivos han apuntado que las “abundantes” lluvias de 2022 “mejoraron la situación” del lago, aunque han lamentado que dieron la “falsa impresión” de que los problemas de la Albufera “estaban solucionados para el futuro”. “Las distintas administraciones calificaron como histórico el acuerdo para el Plan Hidrológico, olvidando la situación de cambio climático y de reducción de precipitaciones que ya se estaba produciendo y que se intensificarán en el futuro”, han denunciado.
El agua de la Albufera, además, presenta un color marrón, distinto del verde habitual a causa de la alta densidad de algas. Hace tres meses, el concejal delegado de Devesa-Albufera, José Gosálbez, explicó que “el cambio de coloración del agua de l’Albufera responde a factores biológicos y meteorológicos que, a pesar de no revestir gravedad, sí que nos van a hacer permanecer atentos y vigilantes a la evolución de las aguas”. Ahora, preocupa esa coloración que se ha mantenido tanto tiempo y se apunta a la falta de agua como la principal causa.
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