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Un rebuzno de hace 2.800 años: Identificada en Cataluña la mula más antigua de Europa y del Mediterráneo Occidental

El équido, una hembra vieja, apareció en un contexto funerario sobre los restos de una mujer joven de la primera Edad del Hierro

Jacinto Antón

Las mulas y mulos, híbridos hembras o machos respectivamente de caballo y burro y por lo general de burro macho y yegua (los hijos de burra y caballo macho son menos habituales y se denominan burdéganos), son animales muy valorados por su resistencia y la facilidad de su alimentación y que han convivido con los seres humanos desde hace unos tres mil años, cuando se los empezó a producir en Asia Menor. Desde esas acémilas de la antigüedad, que aparecen en la Ilíada y en la Biblia, y las del ejército romano (donde a los legionarios se los llegó a llamar “las mulas de Mario”, por el esfuerzo al que se los obligaba y por el nombre del general y cónsul que reformó las fuerzas militares de la República) hasta las del Far West tipo Dos mulas y una mujer o las de Objetivo Birmania, la estirpe de estos sufridos y tercos équidos ha producido individuos reales y ficticios tan populares como la parlanchina Mula Francis, el condecorado mulo del regimiento de los Middlesex Jimson, héroe de la guerra contra los bóers, o Conchita, la icónica mula del cafetero Juan Valdez.

Ahora, una interesantísima mula anónima de hace 2.800 años viene a iluminar la historia de estos híbridos, generalmente, aunque no siempre, estériles. Se trata del esqueleto muy completo de un ejemplar hallado y excavado originalmente en 1986 en un silo reutilizado como tumba en el yacimiento de Hort d’en Grimau, en Castellví de la Marca (Penedès, Barcelona) en asociación con restos humanos. El animal, que ha sido objeto de un análisis exhaustivo por científicos del Seminario de Estudios e Investigaciones Prehistóricas y del Instituto de Arqueología de la Universidad de Barcelona (UB), es descrito en un artículo publicado en la revista Journal of Archeological Science: reports como la mula más antigua del Mediterráneo Occidental y la Europa continental. Precedería en tres siglos a las hasta ahora tenidas por más antiguas en ese espacio geográfico y que datan de la romanización.

Los investigadores han fechado el individuo entre los siglos VIII y VI antes de Cristo, durante la Primera Edad del Hierro, momento en el que, destacan, los fenicios introdujeron el burro en la península ibérica. Esta datación puede significar, recalcan, que el conocimiento de hibridar équidos llegó a Europa, procedente de Oriente Próximo, antes de lo que se creía.

Los restos de la mula, que se conservaban en el Museo de las culturas del vino de Cataluña de Vilafranca del Penedès (Vinseum), consisten en 712 huesos con conexión anatómica que componen un esqueleto muy completo del ejemplar. La mula, un individuo viejo de más de ocho años, fue colocada en un silo y debajo de ella y de una acumulación de piedras se dispuso el cadáver de una mujer joven de entre 20 y 25 años del que se han conservado 687 fragmentos óseos que muestran indicios de cremación. Asimismo, en el silo se recuperaron 12 pequeños trozos de cerámica hecha a mano, que parecen haber sido colocadas intencionadamente y que representan al menos tres recipientes.

Una mula parece un ser bastante humilde para echar al vuelo las campanas, pero en realidad es un animal de gran interés para la ciencia. La primera generación de estos híbridos aparece muy raramente en los registros arqueológicos y hasta ahora solo habían sido identificados para Europa continental y el Mediterráneo occidental en época de la Segunda Edad del Hierro (500 a.C-200 a.C.) y en contextos ya influenciados por la romanización. Siempre se ha tratado de híbridos resultado del cruce entre un burro y una yegua, y de hecho solo se conoce en el registro arqueológico un caso de burdégano (recordemos: cruce de burra y semental), en un yacimiento bizantino en Yenikapi, un barrio de Estambul. La preñez de la burra en una relación híbrida es mucho más complicada que la de la yegua (en la que ayuda el natural ardor genésico del burro) y se estima que solo una de cada siete puede concebir tras ser cubierta por un caballo, proceso que tampoco es fácil.

Los mulos y las mulas son casi siempre estériles (ellos siempre), a causa del diferente número de cromosomas de sus progenitores, 62 los burros y 64 los caballos, aunque, como ya se ha dicho, las mulas (no los mulos) pueden llegar ocasionalmente a producir óvulos fértiles y tener descendencia, pero no alumbran otros mulos o mulas, es decir híbridos como ellas, sino potros (si la mula es fecundada por un caballo) o pollinos (si lo hace un burro).

En la nueva investigación de la mula del Penedès de la que da fe el artículo, se ha datado al animal con radiocarbono, se ha hecho su identificación genética y se ha realizado un estudio multidisciplinar a escala taxonómica, morfológica, patológica y de la dieta del ejemplar a partir de los isótopos estables. Tanto el contexto del hallazgo como la presencia de material fenicio en el yacimiento y otros lugares cercanos vinculan la zona con el comercio de este pueblo. De hecho, recuerda la investigación, el burro fue introducido abundantemente desde el siglo VIII a C. en adelante en la península ibérica por las redes de comercio —factorías y colonias— que los fenicios establecieron a lo largo del Mediterráneo y en puntos del litoral de la península. Los fenicios también introdujeron la gallina.

La hibridación de équidos, que arrancó hace cinco mil años en Mesopotamia con una primera generación de híbridos nacidos del cruce de asnos (burros) y onagros (équidos salvajes parecidos), permitió conseguir animales de transporte como las mulas, mejor adaptadas a los climas áridos que los caballos y más resistentes. Los científicos han descubierto que la mula del yacimiento catalán fue utilizada para el transporte como cabalgadura (presenta marcas de lesiones maxilares producidas por las riendas) y alimentada con forraje y mantenida en establo. Consideran que esta hembra podría ser el resultado de una hibridación producida en la península a partir del cruce in situ de caballos locales y burros importados. Aunque no se descarta que la mula hubiera nacido fuera y llegado directamente, quizá en barco. El animal no presenta lesiones indicativas de la causa de su muerte.

En la investigación, liderada por la UB, han participado también científicos del Centro de Antropología y Genómica de Toulose (Francia), de la Universidad de la Coruña y de la de Extremadura.

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Sobre la firma

Jacinto Antón
Redactor de Cultura, colabora con la Cadena Ser y es autor de dos libros que reúnen sus crónicas. Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona y en Interpretación por el Institut del Teatre, trabajó en el Teatre Lliure. Primer Premio Nacional de Periodismo Cultural, protagonizó la serie de documentales de TVE 'El reportero de la historia'.
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