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Carlos Motta en el Macba: la exposición como “alarma roja para España” sobre el borrado de las personas queer

‘Plegarias de resistencia’ es la primera retrospectiva europea a su obra, que indaga en los mecanismos de control sobre los cuerpos disidentes

El artista Carlos Motta posa frente a una de sus obras en el Macba.
El artista Carlos Motta posa frente a una de sus obras en el Macba.Gianluca Battista

Ni el artista Carlos Motta (Bogotá, 1978) ni los comisarios de su primera retrospectiva europea (María Berríos y Agustín Pérez-Rubio) imaginaron que la exposición Plegarias de resistencia, que se inaugura este viernes en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) y se podrá visitar hasta el 26 de octubre, acabase siendo tan oportuna frente a la urgencia del presente político. Se hace difícil no pensar en el borrado y la campaña de odio sobre las personas queer que está aconteciendo a escala global mientras se visita esta muestra que denuncia eso mismo a través de los 25 años de trabajo artístico de Motta, afincado en Nueva York. Este itinerario nada complaciente con Occidente explora los mecanismos históricos de dominación que religión y política, cogidos de la mano con el estamento médico, han establecido desde la era colonial hasta el presente para desahuciar socialmente a aquellos cuerpos disidentes de la norma, tratándolos de desviados, demoníacos o enfermos. Cómo ignorar que Donald Trump, en su primer día en el cargo de su segundo mandato como presidente de Estados Unidos, firmase un decreto para borrar a las personas trans y a otras identidades de género proclamando que solo “hay hombres y mujeres” mientras se contempla Nosotrxs, el enemigo, el vídeo de Motta en colaboración con el colectivo Spit! (Sodomits, Perverts, Inverts Together!). Un clip en el que la artista griega Despina Zacharopoulou recopila y denuncia la letanía de calumnias e insultos que se han dirigido a las personas LGBTQIA+ durante la historia, desde el precursor “sodomitas”, pasando por “maricones”, “tortilleras” o “invertidos” hasta el actual “aquellos que toman PrEP”.

“No se puede dar nada por sentado. Durante décadas pensábamos que la idea de progreso se había instalado, pero nos encontramos con una estrategia perversa que niega el derecho a la existencia y a la legalidad de adolescentes trans: Debemos organizarnos, lo que está pasando con el avance fascista, no solo en Estados Unidos, sino en Latinoamérica, es una gran alarma roja para España y Alemania”, ha alertado este martes Motta poco antes de hacer una visita guiada de la muestra con la prensa, en la que explora su trabajo con el autorretrato, el vídeo, la escultura o la performance. Sus comisarios invitaron a una toma de conciencia política a través de la exposición. “No pensábamos que nos veríamos así, pero la oleada de conservadurismo y la taxonomía que retoma el legado colonial, así como el regreso del fascismo, demuestra la urgencia de esta exposición, que pide una lucha por la democracia, por espacios de visibilidad, narrativa e inclusión”, defendió Pérez-Rubio.


Instalación en 'Plegarias de resistencia', que se podrá visitar desde el 21 de febrero al 26 de octubre en el Macba
Instalación en 'Plegarias de resistencia', que se podrá visitar desde el 21 de febrero al 26 de octubre en el MacbaGianluca Battista

En palabras de la directora del Macba, Elvira Dyangani Ose, Plegarias de resistencia es una exposición sobre la “rebelión” que evidencia “la presencia de la religión como vehículo perturbador y perpetrador del colonialismo”. En las de su comisaria, María Berrios, la obra de Motta cuestiona cómo se silencian las historias y cómo su arte es un alegato sobre la diferencia, tanto en la forma de estar en el mundo como en posición política. “La existencia es resistencia”, ha defendido la comisaria.

Estructurada en cuatro bloques o capítulos, la muestra se inicia con Queerizar / Cuirizar los relatos coloniales, donde indaga en cómo la religión católica ha sido instrumental en la colonización. Aquí se puede ver Réquiem. Mundo invertido (2016), una videoperformance en la que el artista se cuelga con cuerdas frente a una representación de la crucifixión de San Pedro de Caravaggio para simbolizar el cuerpo histórico sufrido, pero a través del bondage.

La instalación 'Jjagɨyɨ: Aire de vida (2023)', donde colabora con artistas y habitantes de la amazonia colombiana.
La instalación 'Jjagɨyɨ: Aire de vida (2023)', donde colabora con artistas y habitantes de la amazonia colombiana.Gianluca Battista

Cuerpos desviados, el segundo bloque, está marcado por Nosotrxs que sentimos diferente, una documentada instalación que investiga la genealogía de los cuerpos disidentes. El peso del triángulo rosa se expone en Formas de libertad. Triángulo (2012), una serie de triángulos de madera para simbolizar como se utilizó esa forma y color para marcar a los presos sexuales durante el Holocausto y se reapropió después como símbolo de orgullo por parte del movimiento gay de los 60. También se explora la relación con el cuerpo designado como enfermo a través de la epidemia del Sida, vista aquí como un genocidio silencioso que trató a los afectados como seres desechables, ideales de suprimir o desaparecer.

En el tercer capítulo, Amor como resistencia, es una reivindicación del goce y el deseo a través de las representaciones del demonio, de lo lascivo y lo pecaminoso vistas en las esculturas Nosotrxs el enemigo (2019). Mundos transliminares, el cuarto bloque, se adentra en la liminalidad de la noción del género, con autorretratos de Motta a sus 18 años, en los 90, posando con las pelucas de su madre enferma terminal y jugando con su género frente a la cámara. También se puede observar el impactante vídeo Cuando deje este mundo (2022), un relato de transición radical que se observa en un cuarto oscuro y que narra la historia de un artista que transita de hombre a mujer con el objetivo de convertirse en dragón y dejar atrás la noción de humanidad y su reducción binaria. La muestra se cierra con el hermoso epílogo Jjagɨyɨ: Aire de vida (2023), donde además de colaborar con artistas de la Amazonia colombiana, se puede ver a una joven trans y dos jóvenes gays indígenas de la Amazonia colombiana compartir su historia y representar un baile conjunto.

Vistas de la exposición 'Plegarias de resistencia', de Carlos Motta.
Vistas de la exposición 'Plegarias de resistencia', de Carlos Motta.Macba

Pese al señalamiento político en su país de residencia, Motta no se plantea abandonar Estados Unidos. Ni siquiera ahora, que se ha puesto en el punto de mira a las artes, cortando todo tipo de financiación para becas y eliminando los departamentos de diversidad del Museo Smithsonian. “Yo no contesto desde una experiencia personal, sino por la estrategia que nos va a afectar a toda la comunidad”, advierte. En la universidad privada en la que da clases, dice, ya ha recibido información sobre cómo actuar si la policía migratoria llega al centro. “Estamos viviendo unos cambios muy fuertes, pero al acoso a las minorías sexogénericas no es tan nuevo, siempre ha estado presente. Lo que debemos saber es cómo responder a la llegada de las botas militares”.


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