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Malestar en el Real Club de Polo de Barcelona por el vídeo de Ibai Llanos que muestra sus instalaciones

El presidente de la institución deportiva pide disculpas a los socios en una carta personal

El streamer Ibai Llanos, en una imagen de archivo.
El streamer Ibai Llanos, en una imagen de archivo.
Josep Catà Figuls

Cuando el pasado miércoles, al filo de la hora de cenar, los socios del Real Club de Polo de Barcelona recibieron un correo personal del presidente de esta exclusiva institución deportiva, muchos no entendieron por qué se les ofrecía una disculpa. ¿Un vídeo en YouTube? ¿Quién es Ibai Llanos? ¿Y qué hace este señor en el Polo? El día antes, el popular youtuber —12,4 millones de seguidores—, había publicado un vídeo titulado “Así Es el Gimnasio Más Lujoso Del Mundo (45.000€ la Entrada)“. Durante algo más de 18 minutos, Llanos enseña cómo entra en el gimnasio, nada en la piscina, habla con entrenadores personales, recibe una sesión de fisioterapia, come en el restaurante y hasta juega al tenis. Termina diciendo que el club está muy bien, pero que es un lujo innecesario: ”Coges un buen amigo y paseas, que es gratis y va bien para el cardio”, dice. Si en 1979 fue Manuel Vázquez Montalbán quien soliviantó a la burguesía catalana con su célebre “hijos de puta” final en la novela del detective Pepe Carvalho Los Mares del Sur, en este 2025 quizá más falto de ideología ha sido Ibai Llanos quien ha indignado al personal con la frase final del vídeo fuera de plano: “A tomar por culo”.

Desde que se publicó el vídeo y este empezó a llegar a los móviles de los socios, las quejas y el malestar de una parte de ellos se adueñaron del Real Club de Polo de Barcelona. Ante el revuelo generado, el presidente de la institución, Pablo Sánchez Marquiegui, consideró necesario disculparse “ante la evidente controversia que ha generado el vídeo publicado”, señala en el correo al que ha tenido acceso EL PAÍS. El presidente admite que aceptaron la propuesta de Llanos de grabarse en el club, aunque señala que “se acordó que no habría referencias directas o explícitas al Club y que no se reconocerían las instalaciones”. Recuerda que este vídeo “no ha supuesto ningún coste ni ingreso para el club” y que “la intención era buena”: “Aproximarnos a nuestra masa social joven (a la que siempre es difícil llegar)”.

Sánchez Marquiegui, socio de la agencia Dinamarka, es presidente desde las elecciones de diciembre de 2023, las primeras que se celebraron en 13 años, donde se impuso con un programa continuista. En la misiva, el presidente señala que su junta se comprometió “a ser valientes en todas las áreas, también en la de comunicación”, y que una buena gestión “requerirá en algunos casos innovar”. Pero reconoce, viendo el descontento de los socios, que el vídeo “no traslada la identidad y los valores del Club”. Fuentes de la institución evitan hacer más comentarios al respecto: “El club lo considera un tema interno. Nuestro foco es dar el mejor servicio a los socios”.

Esta institución nació en 1897, y hasta en 59 ocasiones alguno de sus socios ha participado en alguna de las ediciones de los Juegos Olímpicos. Pero pese a su palmarés deportivo, ya desde el principio, cuando un grupo de aficionados al polo decidieron fundar el club, este se creó más como un lugar para ver y ser visto que como un centro deportivo al uso. Con 10.200 socios, y situado en lo alto de la avenida Diagonal de la capital catalana, el Polo es un enorme complejo de 29 hectáreas dedicadas a la hípica, el hockey, el pádel, el polo y el tenis, con restaurantes, piscinas, salones sociales, peluquerías y una capilla.

Por todos estos sitios pasó Ibai Llanos grabándose en vídeo, mostrando a todos sus seguidores espacios que normalmente son exclusivos. En la terraza frente al campo de polo —“vas en un caballo con un palo rollo como de golf”, resume—, en la sala social —“Es un gimnasio, ¡pero no se permite entrar aquí en ropa de deporte!”—, en el fisio, donde se lamenta adolorido —“aquí se viene a sufrir”, le dice el fisioterapeuta—, o en el restaurante, donde saludan a Fernando Belasteguín, uno de los mejores jugadores de la historia del pádel y socio del club, mientras el camarero pregunta: “¿El entrecôte?".

El creador de contenido Ibai Llanos, el pasado mes de septiembre en Barcelona.
El creador de contenido Ibai Llanos, el pasado mes de septiembre en Barcelona.Quality Sport Images (Getty Images)

En el vídeo también detalla los costes y las cuotas de cada aspecto y servicio del club. Llanos explica que la matrícula para entrar en el Real Club de Polo de Barcelona asciende a 45.000 euros, aunque hay generosos descuentos si un familiar también es miembro —conyugues, 8.000 euros, hijos, entre 0 y 25.000 euros según la edad, y padres, hermanos, tíos, sobrinos o primos, 25.000 euros—, que la cuota mensual para los adultos es de 145,7 euros y que por cada servicio extra se paga a parte. Llanos también apunta que el gimnasio ha sido renovado (se inauguró el año pasado) y que la inversión fue de 15 millones de euros. “Me siento como en Beverly Hills, siento como si fuésemos inversores en Bolsa y hubiésemos dado un pelotazo”, dice el youtuber.

Ibai Llanos lleva meses embarcado en un reto personal para adelgazarse, y ha publicado varios vídeos junto con su entrenador personal en el que cuenta su experiencia —hace un mes, uno titulado “Así perdí 50 kilos”—. Es en este contexto que pidió permiso al Real Club de Polo de Barcelona para visitar las instalaciones y hacer deporte ahí. Este diario ha intentado sin éxito ponerse en contacto con Llanos para saber su versión de los hechos. El vídeo publicado cuenta ya con 2,6 millones de visualizaciones. El youtuber, uno de los más conocidos en España, participó hasta el año pasado en la Kings League de Gerard Piqué, y hace algo más de un año explicó que tiene un patrimonio de entre cinco y 15 millones de euros.

“¿Cómo han podido ser tan ingenuos de dejar entrar a alguien así y pensar que saldría bien?“, se pregunta una socia que prefiere no ser identificada, aunque reconoce que hace años que no pisa el club. Dos furibundos artículos sobre el asunto, publicados en ABC, que relacionan la democratización de este espacio con la pérdida de empuje de la burguesía catalana durante el procés, corren por los móviles de los socios bajo el epígrafe ”Reenviado muchas veces”. Otro socio no entiende cuál es el objetivo, porque el club no admite nuevos socios (hay lista de espera desde hace años) y los jóvenes a los que se dirige Llanos difícilmente podrán pagar la matrícula.

Los motivos de la indignación son heterogéneos y poco concretos, pero coinciden en que el youtuber no respetó las normas de conducta del club —el propio Llanos se graba jugando al tenis gritando frente a un cartel que pide silencio, hasta que un socio de la pista vecina le advierte—, en que habló de dinero sin pudor, en que asocia el club con la imagen de un “enclave elitista y exclusivo que no solo no se ajusta a la realidad, sino que además resulta contraproducente tanto para la reputación del club como para la seguridad de los socios” —según relata ABC sobre las quejas de uno de ellos—, y en que desdeña las instalaciones a las que ha sido invitado: “Y al final, encima, dice ‘a tomar por culo’”.

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Sobre la firma

Josep Catà Figuls
Es redactor de Economía en EL PAÍS. Cubre información sobre empresas, relaciones laborales y desigualdades. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona. Licenciado en Filología por la Universidad de Barcelona y Máster de Periodismo UAM - El País.
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