Puigdemont presiona para evitar la investidura del “españolista” Illa y anuncia su regreso a Cataluña: “Estaré en el Parlament”
El ‘expresident’ trata de torpedear un pacto entre ERC y el PSC sin mencionar a los republicanos y asegura que estará presente en la sesión de investidura
Carles Puigdemont ha redoblado este sábado, en un mitin en el sur de Francia, la presión para evitar un pacto entre el PSC y ERC que convierta al socialista Salvador Illa en el próximo presidente de la Generalitat catalana. Sin mencionar a los republicanos, el expresident ha advertido contra una presidencia de Illa porque en su opinión representa “la versión más españolista del PSC” y ha confirmado, entre la euforia de los militantes de Junts desplazados hasta Amélie-les-Bains, que regresará a Cataluña para la sesión de investidura, que previsiblemente se celebrará la segunda semana de agosto.
“Estaré en el Parlament, president”, ha dicho Puigdemont desde la tribuna, dirigiéndose al presidente de la Cámara autónoma, Josep Rull. “Me comprometí a hacerlo y lo haré, y nadie lo podrá impedir. No habrá más campañas electorales en el exilio. La próxima será allí y yo estaré, le pese a quien le pese. El exilio ha de acabar”, ha dicho el líder de Junts, que lleva casi siete años fuera de España para evitar la acción de la justicia por su papel en el procés. Su regreso a España implicaría previsiblemente su detención y su ingreso en prisión preventiva, ya que está procesado por malversación agravada y el juez instructor, Pablo Llarena, no solo rechazó aplicar la amnistía a su caso sino que ha mantenido vigente la orden de detención nacional. No es la primera vez que Puigdemont promete regresar del extranjero, pero nunca lo ha hecho.
El expresident ha equiparado a la justicia española con la mafia (”la toga nostra”) y ha acusado a determinados jueces, con nombres y apellidos, de instalar en España aires de golpe de Estado. “Su devoción patriótica pasa por delante de su obligación democrática”, ha afirmado el líder de Junts, aludiendo a los tribunales que rechazan aplicar la ley de amnistía. En su opinión lo hacen para “evitar la imagen del retorno de los exiliados, que cerrará la actual etapa de represión”.
“Capacidad de respuesta” si es detenido
Pese a que ya hubo campanas de regreso durante la campaña electoral autonómica del pasado mayo —donde Junts quedó en segunda posición, lejos del PSC de Illa—, esta vez el contexto es distinto. Y su regreso, ha insistido Puigdemont, es inevitable por el compromiso adquirido y porque vienen semanas “decisivas” y “críticas” para Cataluña. Su detención es un riesgo cierto, pero el regreso es tal vez la última carta política que le queda por jugar a Junts y la que puede forzar a ERC a reconsiderar un pacto con el PSC para investir a Illa que estos días parece más cerca que nunca. Puigdemont ha agradecido las muestras de preocupación, pero ha recordado a los suyos que no es hora de “lamentarse o llorar”, sino de cargarse de energía y “capacidad de respuesta” ante un eventual arresto; no ha concretado, sin embargo, cómo debería canalizarse ese apoyo popular.
En las últimas semanas se había especulado con la posibilidad de que Puigdemont aprovechara un acto masivo para regresar a Cataluña bajo la protección de sus partidarios o, al menos, con cierta espectacularidad. E incluso con que el acto de hoy, planeado desde hace un mes en Amélie-les-Bains, localidad cercana a la frontera, pudiera servir para organizar el ansiado regreso. No ha sido así. “A Llarena y su banda le decimos lo que vamos a hacer: estaremos delante, detrás, a un lado y al otro, contigo, presidente, con todas las consecuencias”, ha prometido el secretario general de Junts, Jordi Turull. “Sabemos lo que haremos cuando Puigdemont, ahora, vuelva… Bueno, ahora no, hoy no”, ha bromeado, sin precisar fechas ni acciones concretas.
Teresa, de 76 años, ha llegado al departamento de los Pirineos Orientales desde Palma de Mallorca. Ha acudido a casi todos los actos de Puigdemont en el sur de Francia. Quiere que vuelva, pero no de cualquier manera, no para verlo detenido. “Supongo que están pensando en cómo hacerlo bien...”, dice mientras busca una fuente para rellenar su botella de agua vacía. Coincide Dolors, que ha llegado en autocar desde Barcelona: “Un líder en prisión solo sirve para hacer propaganda”, señala la mujer, que a diferencia de Puigdemont sí explicita, como otros muchos militantes de la formación neoconvergente, su disgusto con ERC.
El regreso del candidato de Junts —que no renuncia a presidir la Generalitat pese a que le faltan apoyos— es su mayor baza para frenar el pacto entre ERC y el PSC. Sobre todo si se trata de disuadir a la militancia republicana de dar luz verde al acuerdo que le propongan sus dirigentes. Pese a su debacle electoral, ERC es, con 20 diputados, clave para elegir al próximo president. Pero solo una abstención de Illa —que el PSC ha descartado— permitiría la investidura de Puigdemont, lo que Junts llama la “restitución” del “presidente legítimo”, el que se marchó a Bélgica después del referéndum ilegal del 1-O, la declaración de independencia posterior y la aplicación del artículo 155 de la Constitución que intervino la autonomía catalana y destituyó al Govern.
Puigdemont también ha tratado de poner trabas a un eventual acuerdo jugando la baza del patriotismo. Ha advertido contra el “españolismo” de Illa, a quien considera “más cercano a Josep Borell” y en las antípodas del expresidente catalán, también socialista, Pasqual Maragall. Y ha subrayado que el candidato del PSC no es la persona adecuada para defender los intereses de los catalanes en Madrid. “¿Habéis escuchado a Illa decir algo de lo mal que funciona Rodalies? ¿O de por qué el Estado invierte menos de la mitad de lo que presupuesta en Cataluña?”, ha preguntado Puigdemont en alusión a unas cifras sobre inversión pública que publicó esta semana en redes sociales y que, según él, demuestran que la Comunidad de Madrid resulta claramente favorecida.
El expresident también ha hecho valer el peso que tienen los diputados de Junts en el Congreso de los Diputados, donde son esenciales para la viabilidad del Gobierno de Pedro Sánchez. “Si no hemos autorizado el aumento del techo de gasto es porque se usará en contra de nosotros, habrá más inversión en Madrid y menos en Cataluña”, ha dicho.
El acto en el Teatre de la Verdor —una explanada junto al río Tec—, bajo un sol implacable, ha reunido a más de 1.500 asistentes y ha servido para celebrar el cuarto aniversario de la creación de Junts (estaba toda la plana mayor del partido) y para despedir de la primera línea política a dos históricos de Convergència, luego integrados en Junts: el exsenador Josep Lluís Cleries y el exalcalde de Barcelona Xavier Trias, dolido aún por no haber logrado la alcaldía pese a ser el más votado. Trias ha pedido desconfiar de Illa: “Os clavará siempre una puñalada por la espalda”.
Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y X, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.