Los Reyes Magos en Barcelona: “Estamos tristes, debemos hacer lo posible y lo imposible para parar las guerras”

Lo prometido es deuda, y pese a las previsiones de lluvia, a primera hora de la tarde los Reyes Magos llegaban al portal de la Pau a bordo del pailebote santa Eulàlia. Allí, el alcalde, Jaume Collboni, les ha recibido y entregado las llaves de la ciudad para repartir por noche los regalos, excepto uno que ha llegado por adelantado. A las 18.00, coincidiendo con el comienzo de la cabalgata, Sus Majestades han devuelto la lluvia a Barcelona, que acaba de cerrar el segundo año más seco desde que hay registros. Pero el mal tiempo no ha aguado la fiesta, los Reyes han desfilado por 18 barrios de la ciudad, siguiendo el recorrido del año pasado, por Paral·lel y la calle de Urgell.

Pasadas las 16.00, una multitud de niños esperaba impaciente el desembarco de los Reyes Magos. “Baltasar, eres el mejor”, ha gritado a pleno pulmón un pequeño grupo que sostenía una pancarta identificativa, “Club de Fans de Baltasar”. Melchor, quien guarda un asombroso parecido con el ilusionista Mag Lari, ha confesado que Sus Majestades han vuelto tristes y preocupados por las guerras que sufren tantos niños en el mundo. “Debemos hacer lo posible y lo imposible para pararlas, todos los niños merecen la oportunidad de crecer y vivir en paz”. La Guerra entre Israel y Hamás y la invasión rusa en Ucrania no entienden de Reyes Magos. “Os pedimos que seáis siempre bondadosos y tengáis buen corazón, la razón y el diálogo os ayudarán a resolver muchos conflictos”, ha pedido Melchor en nombre de sus compañeros, Gaspar (que recuerda a la teniente de alcalde Laia Bonet), y Baltasar (idéntico a Olamide Adisa, de la plataforma musical The Voodoo Club).

Después de este recordatorio―y de que Collboni asegurase ante los Reyes que los niños de Barcelona se han portado muy bien este año―Sus Majestades han desvelado que venían “cargados de regalos” y comprometidos con el deseo de todos los ciudadanos de vivir en una “Barcelona bonita, ordenada y acogedora y cuidadosa con el medioambiente. “Contáis con nuestra ayuda, entre todos los conseguiremos”, han subrayado. A cambio, Collboni, les ha entregado la llave maestra de la ciudad, capaz de abrir las puertas de todas las casa y repartir los regalos, sin interrumpir el sueño de padres y niños. Antes de la cabalgata, los Reyes han aprovechado para recoger las últimas cartas.

A las 18.00, las primeras gotas de lluvia se han mezclado con los copos de nieve de la carroza inaugural de la cabalgata. El desfile ha salido de la avenida Marquès de l’Argentera y se ha dirigido a Colón donde unas 600.000 personas según la Guardia Urbana los esperaban en balcones, azoteas, ventanas e inclusos agarrados a las rejas de la estación de Francia. La lluvia no ha sido capaz de aguar la fiesta y según avanzaba el recorrido, paraguas de Frozen, La Patrulla Canina y Pepa Pig saltaban al ritmo de las nuevas bandas sonoras de las carrozas.

La cabalgata de este año estaba de estreno. La Patge Estel―con vestuario diseñado por Raquel Bonillo―ha abierto las calles con una comitiva encabezada por una enorme estrella fugaz formada por 48.000 luces led y acompañada de una melodía compuesta por el Conservatorio del Liceo y Alejandro Vivero. Las coreografías modernas y de tinte futurista han dejado paso a la parte más tradicional de la cabalgata: las carrozas de los carteros reales, este año con la coreógrafa y bailarina Irene Pallarés, y la del Patge Gregori.

Melchor, el rey sabio, ha abierto paso a sus compañeros que han empezado el 2024 estrenando carrozas: Gaspar ha saludado a los niños de Barcelona desde una instalación diseñada por el escenógrafo e iluminador Marc Salicrú, ambientada en sus orígenes mágicos y misteriosos, con estampados y telas orientales. Detrás, la percusión anunciaba la llegada de Baltasar en su nueva carroza, a dos alturas inspirada en paisajes africanos y diseñada por José Menchero con la colaboración del artista plástico senegalés Michel Doudou. Entre tanto, los niños han bailado al paso de las carrozas de juguetes o la del carbón, y han permanecido atentos a las instrucciones para dormir.

La lluvia amainaba y la cabalgata ha podido continuar su recorrido por la avenida del Paral·lel, calle de Urgell y Sepúlveda hasta llegar a la plaza Espanya a las 21 horas. Sus Majestades han desfilado acompañados de un séquito de 1.200 personajes, entre artistas, bailarines de distintas compañías artísticas de la ciudad.

Tras la cabalgata, los niños deberán irse a casa para cumplir con los deberes que los Reyes Magos les han encomendado para esta noche: dejar comida a los camellos en los balcones o terrazas y preparar las zapatillas en la entrada de casa. Después a descansar, que mañana será otro día, uno muy especial.

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