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La Costa Brava cierra grifos y prepara desalinizadoras portátiles ante la llegada masiva de turistas en plena sequía

Los municipios encaran la Semana Santa con las reservas de agua bajo mínimos y el temor a quedarse sin suministro en plena temporada

Sequia Costa Brava
El pantano de Sau (Barcelona), visto desde el Parador de Vilanova, del que se está trasvasando agua al de Susqueda ante la severa sequía.Gianluca Battista

Una pantalla en rojo advierte en la entrada de Sant Feliu de Guíxols, en plena Costa Brava: “Situación excepcional, Sequía. Consultar la web municipal”. Hace tiempo que riegan con agua del subsuelo. La limpieza de las calles de la vecina Palafrugell también se hace con agua freática y las duchas de sus playas no tendrán agua. Algo más al sur, en Palamós directamente solo se barre. Blanes, que tampoco tendrá duchas, hace meses que cerró las fuentes ornamentales. Estas localidades forman parte de la decena de municipios de la costa de Girona que ya se encuentran en la situación de excepcionalidad por sequía decretada en el sistema fluvial Ter-Llobregat, cuyos embalses están en niveles nunca vistos desde la gran sequía de 2008 (27%). Los pantanos que suministran las comarcas gerundenses de Darnius-Boadella y Sau-Susqueda se encuentran a un 30% y 27% de su capacidad.

La costa de Girona, uno de los destinos más reclamados del turismo nacional, se enfrenta al arranque de una temporada que multiplica sus poblaciones con la peor sequía que se recuerda. En toda la Costa Brava, saltarán en agosto de unos 265.000 habitantes a más de 1,2 millones. “Es una de las zonas con una situación más difícil”, aseguran fuentes de la Agencia Catalana del Agua (ACA), el organismo que gestiona los recursos hídricos de la comunidad. Sus ayuntamientos están tomando medidas para paliar la falta de agua con un aumento de las restricciones agrícolas, industriales y domésticas ante una Semana Santa con récord de reservas a nivel nacional.

Algunas poblaciones costeras se multiplican por 11, como en Pals (2.600 habitantes), y otras, como Lloret de Mar, pasan de 42.000 a 140.000 residentes. Lloret es el quinto destino de sol y playa de España en número de plazas hoteleras y el segundo de Cataluña. Desde hace años, hacen campañas de sensibilización para los visitantes y utilizan agua regenerada de la depuradora y del subsuelo. En Castell-Platja d’Aro y s’Agaró, donde pasan de 12.900 a 120.000 habitantes en verano, se plantean ya en Semana Santa acciones como camiones cisterna o una desalinizadora, recursos que podrían mantener hasta pasado el verano. El Consorci d’Aigües Costa Brava Girona hará gratuita este año la captación de agua regenerada a través de cisternas para usos donde esta no tenga que ser potable.

Una familia francesa de Toulouse, que pasa cuatro días en Roses (Girona), se refresca en una fuente del paseo marítimo, en mayo de 2022.
Una familia francesa de Toulouse, que pasa cuatro días en Roses (Girona), se refresca en una fuente del paseo marítimo, en mayo de 2022. ©Toni Ferragut (EL PAÍS)

En el caso del Port de la Selva, aunque están en “alerta”, la fase previa, la situación es grave porque “ya es endémica”. Se provee de un acuífero propio que, debido a la sequía, se ha salado y mantienen medidas de ahorro de agua desde el año pasado. Como todavía no se ha realizado la prometida conexión al pantano de Boadella, contratarán una desalinizadora por segundo año consecutivo para garantizar el agua de boca de los 1.000 vecinos, que en agosto pasan de 10.000. “Vivimos de la gente que nos viene, pero tenemos que mirar que se gaste la menor agua posible”, sostiene su alcalde, Josep Maria Cervera. Asegura que “quienes tienen su jardín como un edén” ya están controlados.

Los consistorios advierten de que saben quiénes son los grandes consumidores y que, en caso de reincidencia, los sancionarán. En Begur, las sanciones van desde 750 euros, las leves, a 3.000 las graves. Teniendo en cuenta que quizá estas multas no afecten demasiado al bolsillo de estos grandes consumidores, que se han detectado de madrugada, entre las 3.00 y las 5.00, otras medidas posibles son la bajada del caudal con dispositivos limitadores, el corte del suministro unas horas o el cierre definitivo.

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El cielo no parece dispuesto a ayudar a mejorar la situación. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología son desalentadoras en cuanto a lluvias en Semana Santa en Cataluña. Aunque no se puede descartar que el viernes 31 de marzo o el sábado 1 de abril las precipitaciones puedan ser generalizadas, se esperan muy pocas en el este. Y la semana del 3 y 10 de abril no parece que vaya a ser lluviosa, ni en Cataluña ni en la mayor parte de la Península. Más a largo plazo, la previsión estacional para el conjunto de la primavera apunta a que las precipitaciones podrían ser inferiores al promedio en la vertiente mediterránea. En lo que va de año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2022 y que está a punto de llegar a su ecuador, el agua recogida en las provincias orientales de Cataluña no llega ni a la mitad de la normal.

Que los turistas gasten la mitad de agua en 2040

“El turismo no puede hacer un expolio del agua”, sentenció el director de ACA, Samuel Reyes, en un evento por el Día Mundial del Agua celebrado el martes pasado. Dos días después, el president, Pere Aragonès, firmó un Compromiso nacional por un turismo responsable junto a un centenar de entidades como el Ayuntamiento de Barcelona, Foment de Treball o el Gremio de Hoteles de Barcelona. El documento propone renovar el modelo turístico catalán, que aporta alrededor del 13% del PIB comunitario, para afrontar el cambio climático. Incluye medidas como reducir el 40% de las emisiones de CO2 de los cruceros o limitar el acceso con coches de combustión a municipios con alta presencia de visitantes. Para implementarlas, el Govern se compromete a redirigir parte de los ingresos anuales de la tasa turística a apoyar a que las empresas del sector usen instalaciones con energía verde y a ser más eficientes.

El 66% de los establecimientos hoteleros cree que los turistas consumen más agua que los residentes, según una encuesta encargada por Life Wat’savereuse. Este proyecto de la Unión Europea actúa en Cataluña, Baleares y el sur de Francia para sensibilizar a turistas, administraciones y empresas del sector con el fin de reducir un 20% el consumo de agua en los hoteles y aumentar un 9% el uso de agua regenerada. En esa misma encuesta, la mitad de los locales estaba dispuesto a instalar tecnologías más eficientes, como la separación de agua, pero solo un 6% la implantaron. Xavier Bernard-Sans, uno de los responsables del proyecto, destaca que ya hay “casos de éxito” en varios hoteles catalanes, pero que aún falta camino para que se generalice en el sector.

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