El tiempo en Semana Santa en cinco palabras: temperaturas suaves y pocas lluvias
Entre el Viernes de Dolores y el Domingo de Ramos podría producirse un descenso térmico y caer algunas lluvias, sobre todo en el noroeste de la Península
En principio, el esperadísimo pronóstico del tiempo para la Semana Santa apunta a más de lo mismo de lo que lleva ocurriendo todo el mes que va de primavera meteorológica y casi todo el invierno precedente, salvo pequeños paréntesis: escasez de lluvias y temperaturas algo por encima de lo normal para la época del año, aunque no tanto como esta semana y la anterior, apunta este viernes con todas las cautelas Rubén del Campo, portavoz de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet).
“Lo primero que hay que decir es que todavía falta mucho ―nueve días para el Domingo de Ramos y 12 para el Miércoles Santo― y que la primavera es dada a dar sorpresas en lo meteorológico”, recuerda Del Campo. Se trata de la época del año en el que la atmósfera es más inestable y cambiante y, por tanto, en la que más difícil resulta hacer previsiones fiables a más de una semana vista. Para empezar, de cara al arranque de la Semana Santa el próximo fin de semana, el del Viernes de Dolores y el Domingo de Ramos, el portavoz de Aemet atisba, aún con mucha incertidumbre, que podría producirse un descenso térmico y que también podría haber algunas lluvias, sobre todo en el noroeste de la Península.
La caída en los termómetros se iniciaría el viernes por el oeste de la Península, se generalizaría el sábado y además sería notable. “La bajada de las temperaturas del viernes y sábado podría ser intensa, de entre 6º y 10° en casi todo el país, salvo en la costa mediterránea”, la cifra el meteorólogo. Las lluvias, aunque no se puede descartar que el viernes o el sábado puedan afectar a la mayor parte de la Península, “parece que se quedarán acotadas al tercio norte y al noroeste, al menos las más abundantes, mientras que se esperan muy pocas lluvias en el este y en el sur”.
“No va a ser una Semana Santa demasiado calurosa”
Durante la semana del 3 y 10 de abril, los pronósticos señalan que “las temperaturas podrían estar por encima del promedio normal en el centro y en el sur de la Península, pero no de forma muy acusada”. “No va a ser una Semana Santa demasiado calurosa, se espera un ambiente suave, algo más cálido de lo normal, sobre todo en el centro y el sur, pero no demasiado más cálida de lo normal”, reitera el meteorólogo.
Así, la temperatura media, entre las máximas y las mínimas, “podría estar entre 1° y 3° por encima del promedio normal, es decir, ligeramente por encima, en el centro y sur”, mientras que “no hay una tendencia clara en el norte”. En cuanto a las precipitaciones, aunque “necesariamente hay que ser prudentes” porque en “primavera es arriesgado lanzar pronósticos para este fenómeno a tantos días vista”, no parece que vaya a ser una Semana Santa lluviosa en la mayor parte de la Península.
Como apunte climatológico, el meteorólogo César Rodríguez Ballesteros detalla en el blog de Aemet el tiempo que suele hacer en Semana Santa en los últimos 42 años en las fechas en las que cae este año, lo que no quiere decir que sea el tiempo que efectivamente vaya a hacer este año. “En ningún caso debe tomarse como una predicción para la Semana Santa de 2023″, aclara el experto. En esa semana, las precipitaciones son habituales. “El menor número de días de lluvia se registra en las provincias de Almería, Murcia y Alicante, con entre uno y dos, y el mayor, con entre cinco y seis, en el norte de Galicia y de Asturias y en el País Vasco”, señala este experto, que analiza lo ocurrido esa semana entre los años 1981 y 2022. Las temperaturas máximas “son propias del verano, aunque también se registran mínimas invernales, sobre todo en la meseta norte”.
Aunque las previsiones de Aemet pueden variar y sean muy del gusto de los amantes de las procesiones, de los turistas y del sector hostelero, que haga más calor del que debería es un mal síntoma, y que no llueva, una malísima noticia. España entró en diciembre en sequía meteorológica de larga duración, es decir, que las precipitaciones registradas en los 36 meses previos han sido escasas para el promedio normal, con lo peor en las cuencas Guadalquivir, Sur y Pirineo oriental. Y en marzo continúa igual porque, a falta de una semana para que acabe, está siendo un mes seco, además de cálido.
“Terminaremos el mes con muy pocas precipitaciones. Del 1 al 23 de marzo las lluvias estaban por debajo de la mitad del valor normal para ese periodo, porque habían caído 18 litros por metro cuadrado en el conjunto de España, cuando el promedio son 38″, explica Del Campo. En lo que va de año hidrológico, que comenzó el 1 de octubre de 2022 y que está a punto de llegar a su ecuador, se han recogido 329 litros, un 14% menos del promedio normal. Es más, en zonas del este de la Península, como en las provincias orientales de Cataluña, Murcia, Almería y zonas costeras de Granada y Málaga, no se llega “ni a la mitad de la lluvia normal en los seis primeros meses del año hidrológico”.
Fin de semana estable y con carrusel en las temperaturas
Y antes de que llegue la gran semana del año, este fin de semana se espera "un tiempo en general estable, con las precipitaciones acotadas a Galicia y, de forma más débil, a otros puntos aislados del extremo norte peninsular". En los Pirineos podría haber alguna nevada débil. En cuanto a las temperaturas, el ambiente será "bastante templado" el sábado, con los valores entre 5º y 10º por encima de los normales en el este y el sur. En el noroeste, el ambiente será más fresco, con algunas heladas nocturnas débiles en zonas de montaña y puntos de la meseta.
El domingo, las temperaturas descenderán de forma casi general por la llegada de vientos más frescos del oeste y del noroeste. Pero estos mismos vientos alcanzarán "recalentados y muy secos" a las regiones mediterráneas, donde pueden alcanzarse 30° o 32° en puntos del sur de la Comunidad Valenciana, Murcia y el sur de Andalucía. El riesgo de incendios volverá a ser muy alto o extremo en amplias zonas del tercio oriental peninsular por las altas temperaturas y el viento, que puede soplar con algunas rachas fuertes.
El lunes bajarán las temperaturas de madrugada, con heladas débiles en puntos de montaña, la meseta Norte y páramos del centro. Las temperaturas diurnas también descenderán claramente en el área mediterránea al dejar de soplar los vientos, con lo que se reducirá el riesgo de incendios. Sin embargo, los termómetros comenzarán a subir por la mitad oeste, un ascenso que será progresivo y general durante los días siguientes, con unas temperaturas diurnas muy superiores al promedio. Se podrán superar 30° o más en los valles del Guadiana y del Guadalquivir y en el interior de las comunidades del Levante, donde el riesgo de incendios volverá a estar muy alto. Esta situación de altas temperaturas podría mantenerse hasta el viernes.
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