La jueza desestima la demanda del PDeCAT y permite a Junts usar su marca
La sentencia constata la “falta de legitimación activa” del partido post-convergente para pedir la nulidad de los acuerdos adoptados en la asamblea de su formación sucesora, en 2020
Una jueza de Barcelona ha desestimado la demanda presentada por PDeCAT y ha reconocido el derecho de JxCat a seguir utilizando la marca de la formación, que en junio de 2020 pasó a manos de personas afines al expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
En una sentencia, la titular del juzgado de primera instancia número 3 de Barcelona ha resuelto así el litigio que enfrentaba a PDeCAT con su formación sucesora Junts, al no ver irregularidades en la asamblea de junio de 2020 que acabó desembocando en el control de las siglas por personas de la confianza de Puigdemont. La jueza ha acordado además en su sentencia imponer al PDeCAT las costas del juicio.
Sobre la asamblea para la que el PDeCAT pide la nulidad, la sentencia asegura que no “consta acreditada la concurrencia de interés legítimo” por parte de este partido para solicitarlo, incluso “en el negado supuesto de considerar que los acuerdos adoptados por el partido político Junts per Catalunya (...) pudieran constituir una contravención directa de normativa imperativa”. La sentencia no es firme, y cabe la posibilidad de interponer recurso de apelación contra ella en el plazo de veinte días desde su notificación.
El litigio comenzó tras la asamblea ordinaria de JxCat, que sirvió para reactivar un partido que hasta entonces no tenía actividad política, cuya marca estaba estrechamente vinculada al PDeCAT, para poner a afines de Puigdemont al frente.
El nombre de Junts se presentó por primera vez en las elecciones autonómicas de 2017 como una candidatura impulsada por el PDeCAT liderada por Carles Puigdemont tras la suspensión autonómica por la aplicación del artículo 155, y que contaba con muchos perfiles independientes en su candidatura.
JUnts per Catalunya como partido se constituyó en 2018, pero no sería hasta 2020 que comenzaría a tener actividad política como tal, puesto que hasta entonces la marca hacía referencia a una coalición electoral entre esta formación, el PDeCAT y la extinta CDC.
En su demanda, el PDeCAT destacó que JxCat “contaba con tres afiliados al tiempo de constituirse, carecía de activos, de NIF y de ingresos y gastos que le permitiera un funcionamiento autónomo”, y que siempre había concurrido en coalición con del PDeCAT, cuyos candidatos siempre fueron de esta formación o independientes.
Además, el PDeCAT también destacó que eran ellos los que se hacían cargo del total “de las obligaciones contables de la coalición”, integrando en sus cuentas anuales la totalidad de la contabilidad electoral.
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