El PSC y Esquerra se disputarían el triunfo electoral en Cataluña y Junts se hunde, según el CIS catalán
Un tripartito de izquierdas suma holgada mayoría, el PP remonta y Ciudadanos corre el riesgo de quedarse sin representación parlamentaria
Unas nuevas elecciones en Cataluña dejarían un mano a mano entre el PSC y Esquerra, y supondrían un revés para Junts per Catalunya. Catorce meses después de los últimos comicios al Parlament, el mapa político catalán presenta alteraciones. Las previsiones se anuncian sensiblemente mejores para los socialistas, que revalidarían triunfo y podrían arañar hasta 39 diputados, por los 38 que recibirían los republicanos. Ambas formaciones tienen ahora 33 escaños y sacarían provecho de un nuevo paso por las urnas, según afirma el Barómetro de Opinión Pública del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO). Por contra, el que está considerado como el CIS catalán revela que Junts perdería cuatro diputados en el mejor de sus escenarios, pasando de 32 a 28, pero contempla que el descalabro podría ser aún mayor para el partido de Carles Puigdemont, quedándose con solo 23 diputados.
Según los datos publicados este jueves, el frente independentista de ERC, Junts y la CUP puede conservar una holgada mayoría, de hasta 77 escaños sobre 135, pero es Esquerra quien mejor rentabiliza el ejercicio del poder. La proyección de votos reporta que los republicanos conservarían representación y, en su escenario más favorable, podrían ganar seis diputados. Un dato nada menor para el president Pere Aragonès, que aparece reforzado en la riña perpetua que mantiene con sus socios de gobierno. Junts, en cambio, lastrado por sus volantazos, por los achaques judiciales que afectan a Laura Borràs y por la dependencia de Puigdemont que sufre el partido, acusa una erosión que repercute en la pérdida de escaños. Con los resultados que arroja el CEO, la influencia de los postconvergentes en un Govern independentista quedaría en entredicho. El pinchazo de Junts dibuja un posible quebranto de la actual mayoría independentista en el Parlament. Atendiendo a la parte baja de la horquilla de intención de voto, la suma de Esquerra, Junts y CUP queda en 64 escaños, diez menos de los que acumulan ahora.
Sin atisbos de tregua en la tensión fratricida que hostiga a Esquerra y Junts, los resultados del CEO abren la puerta a la aritmética. Incluso con sus peores cifras, PSC y ERC se quedan con la mayoría en la punta de los dedos. Un hipotético acuerdo con los Comunes para configurar un tripartito sumaría, por lo bajo, 73 escaños y configuraría un frente de izquierdas que no debería pasar apuros para ganar votaciones.
La posición de ganador que le otorga la encuesta al PSC también le abre la puerta a explorar un acuerdo con Junts para reeditar la sociovergència que ya funciona en la Diputación de Barcelona y en varios ayuntamientos. En este caso, pero, el CEO deja la suma de PSC y Junts por debajo de la mayoría parlamentaria.
El Barómetro revela pocas diferencias en los resultados que obtendría En Comú Podem, la CUP y Vox, pero sí le otorga un salto adelante al PP. La formación que preside Alejandro Fernández doblaría la representación, de tres a seis diputados, con la posibilidad de escalar hasta los ocho. Ciudadanos sería el principal damnificado del cambio de mapa político. El partido naranja corre el riesgo de perder la representación en el Parlament.
La encuesta se basa en 2.000 entrevistas presenciales realizadas a personas mayores de edad y pone al descubierto, también, inquietudes sobre la situación económica, laboral y social que se vive en Cataluña. El 60% de los consultados considera “insuficiente” el grado de autonomía que tiene Cataluña y un 81% se posiciona a favor de la convocatoria de un referéndum para decidir cuál debe ser el marco administrativo de la Comunidad Autónoma. El CEO también arroja resultados sobre la independencia, y refiere que un 48% de los encuestados se oponen a la secesión de España, por un 44% que dice ser favorable a la creación de un Estado catalán.
El mes pasado el Centre d’Estudis d’Opinió hizo público el resultado de una encuesta acerca de las aspiraciones secesionistas de la ciudadanía de Cataluña. La muestra revelaba un desplome notable del apoyo a la independencia, poniendo de relieve que el 53,3% de los catalanes rechaza la separación de España, mientras que el 38,8% confiesa estar a favor de un Estado independiente. El dato reflejaba que el respaldo a la secesión está en su nivel más bajo desde 2014, y generó inquietud y alarma entre las filas independentistas. El Centre d’Estudis d’Opinió reaccionó alegando que se había cometido un error técnico en la elaboración del muestreo y que, en realidad, el sentimiento independentista era mayor que el indicado en la encuesta. En la rectificación, el CEO elevó hasta el 40,8% el porcentaje de los que se posicionan a favor de un Estado catalán, frente al 52,3% que declara rechazar la independencia.
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