Solo seis películas en catalán competirán en los Premios Gaudí
La Academia da a conocer los 59 filmes candidatos a participar en la gala, que será el 6 de marzo, y presenta un estudio sobre la diversidad en el cine catalán
El cine en catalán no levanta cabeza. Este miércoles la Academia del Cine Catalán ha dado a conocer las 59 películas que optarán a los XIV Premios Gaudí, correspondientes al año 2021, y las cuatro finalistas a mejor película (en catalán) saldrán de solo seis candidatas. Es la misma cifra que el año pasado y una de las más bajas de la historia, tan solo superada (por debajo), por la primera edición, en que solo hubo cuatro aspirantes. La carrera a los premios arranca este jueves con la apertura de las votaciones de los académicos. El 25 de enero se darán a conocer las finalistas y el 6 de marzo, en una gala que cambia la ubicación del Auditorio del Fórum por la de la sala oval del MNAC, se conocerán las ganadoras.
Las seis producciones en catalán que competirán por el premio a la mejor película de 2021 son Sis dies corrents, de Neus Ballús; El ventre del mar, de Agustí Villaronga; Visitant, de Alberto Evangelista; El cau, de Pere Solés; Cineclub, de Mireia Schröder y Carles Gorres, y Tros, de Pau Calpe Rufat.
La presidenta de la ACC, Judith Colell, ha advertido en declaraciones a Europa Press de “un problema grave por la diferencia de presupuesto” entre las películas en versión catalana y no catalana, explicando que las seis producciones en catalán que optan al Gaudí han contado con un presupuesto medio de 720.000 euros, mientras que la media del resto de películas ha sido de dos millones.
En la categoría de la mejor película en lengua no catalana compiten 17 largometrajes: ¡Corten!, de Marc Ferrer; 15 horas, de Judith Colell; Armugán. El último acabador, de Jo Sol; Bajocero, de Lluís Quílez; Chavalas, de Carol Rodríguez; Donde caben dos, de Paco Caballero; Dos, de Mar Targarona, Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón, Libertad, de Clara Roquet; El amor en su lugar, de Rodrigo Cortés; Mediterráneo, de Marcel Barrena; Mia y Moi, de Borja de la Vega; Ombligo, de José Val Bal; Pan de limón con semillas de amapola, de Benito Zambrano; Solo una vez, de Guillermo Ríos; Tres, de Juanjo Giménez, y Un film dans le rèves, de Francesc Alarcón.
10 títulos (tres, en catalán, cuatro en castellano y tres en otras lenguas) optan a llevarse el galardón al mejor documental. Balandrau, infern glaçat (Guille Cascante), Breathe (Susana Barranco), L’última cinta des de Bòsnia (Albert Solé), Magaluf Ghost Town (Miguel Ángel Blanca), Pedra pàtria (Macià Font), Perifèria (Xavi Esteban y Odei A. Etxearte), Sedimentos (Adrián Silvestre), El retorn, la vida després de l’ISIS (Alba Sotorra) y Un blues per a Teheran (Javier Tolentino).
Los cuatro filmes que concursarán por el Gaudí a la mejor película para televisión son Berenàveu a les fosques (Sílvia Quer), Frederica Montseny, la dona que parla (Laura Mañá), Tocats pel foc (Santi Lapeira) y Un mundo para Julius (Rossana Díaz Costa); las tres primeras, en catalán. Seis películas lucharán por el galardón a la mejor producción europea: Annette (Leos Carax), Malmkrog (Cristi Puiu), Martin Eden (Pietro Marcello), Otra ronda (Thomas Vintenberg), Quo Vadis, Aida? (Jasmila Zbanic) y Titane (Julia Ducoumau). En la categoría de películas de animación solo hay un título: Mironins (La pel·lícula), de Mikel Mas y Txesco Montalt. Para acabar, concursarán 15 cortometrajes.
Otra de las grandes preocupaciones de Judith Colell desde que entró a presidir la academia, el pasado mes de junio, es la de la diversidad en el mundo del cine, de hecho creó una comisión contra abusos laborales (y de cualquier tipo) en el sector. Ahora, de la mano de Dones Visuals, entidad que reúne a más de 400 mujeres de todos los oficios relacionados con el cine con el objetivo de revertir la situación de desigualdad, histórica en el sector audiovisual, y de la asesoría cultural especializada en la diversidad, la Academia ha realizado un cuestionario entre las 59 producciones candidatas que aporta datos sobre la falta de paridad y diversidad. La falta de liderazgo es uno de ellos: solo el 29% de las películas son dirigidas por mujeres, dato que mejora respecto al año pasado, en que eran un 21%; las guionistas son un 37% y las productoras, un 31%. Además, las directoras trabajan con presupuestos un 40% más bajos y todas las películas por encima de los tres millones de euros están dirigidas por hombres. Entre los jefes de secciones como fotografía, sonido, montaje, música y efectos especiales, las presencia de mujeres es del 21%.
El estudio refleja “un sector con resistencia a una transformación real, que no afecta solo al género, sino sobre todo a la discriminación hacia los colectivos históricamente invisibilizados, ya sea por razones de edad, de origen étnico y/o racial, de orientación sexual y diversidad funcional”.
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